EL BAFICI ANTES DEL BAFICI 2013 (04): LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS
Acerca de Parapalos
Por Roger Koza
Una de las grandes películas secretas del cine argentino reciente, y uno de los mejores retratos del trabajo que ha dado la cinematografía nacional. En Parapalos Ana Poliak cuenta la historia de Adrián, un joven que llega del interior para empezar a trabajar en Buenos Aires. Ya en el extraordinario plano secuencia inicial, en el que Adrián espera completamente desnudo por su revisación médica, requisito elemental para conseguir un empleo, está la cifra del film: el cuerpo y su fuerza de trabajo. Adrián conseguirá un puesto en un bowling barrial; primero aprenderá el oficio de sus pares, y después lo ejercerá. La precisión geométrica de la puesta en escena es asombrosa: la cancha de bowling funciona como un perímetro que establece una distancia física y simbólica entre quienes juegan y quienes trabajan. El parapalo constituye el fuera de campo del juego, apenas una figura humana imperceptible que reacomoda los palos mientras que en el campo visual del cliente lo que importa es el ir y venir de los bolos y la restitución de los diez palos. La inteligencia sensible de Poliak consiste en descubrir el contracampo del juego: se trata tanto de observar los hábitos corporales de los trabajadores como de escuchar los discursos con los que interpretan su labor. En ese sentido, Nippur, que trabaja hace años en el bowling y decora su espacio laboral con fotos de Warhol y Joplin y cita a Copérnico, constituye la conciencia social de la película. El trabajo dignifica, pero las condiciones laborales suscitan un agobio interminable y el deseo irreprimible de una fuga indeterminada, como se materializa por unos segundos en un travelling genial que reproduce una fantasía onírica del protagonista.
Este texto fue publicado en otra versión en el catálogo del BAFICI 2013
Roger Koza / Copyleft 2013
Parapalos, Ana Poliak, Argentina, 2004
SA 13, 18.05, V. Recoleta 9
MI 17, 14.40, V. Recoleta 9
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