Acerca de La casa del sol naciente

Por Jorge García

Peter Bogdanovich desgranó alguna vez una frase que luego recorrió el mundo: “Nadie, absolutamente nadie filma como Samuel Fuller”. Es muy posible que a Bogdanovich no le faltara razón ya que en todas las películas de Fuller aparecen escenas que solo él podría haber hecho. Tal vez su formación como reportero policial, sus recorridos por los Estados Unidos de la depresión y su participación directa en la Segunda Guerra, donde recibió varias condecoraciones, hayan forjado su poderoso estilo visual y el carácter profundamente visceral de sus películas plagadas de violencia y personajes corruptos y amorales. No es casual que en su aparición en la película Pierrot, le fou, de Jean-Luc Godard, uno de sus grandes admiradores, Fuller defina al cine como un campo de batalla. Su anarquismo intransigente –que provocó iras permanentes por izquierda y por derecha- es la marca de fábrica de su cine, perceptible ya desde su ópera prima, Yo maté a Jesse James, un western filmado casi en su totalidad en primeros planos y con sorprendentes tintes homosexuales. Si sus experiencias periodísticas se ven reflejadas en films como el excelente Página negra, de Phil Karlson, del que escribió el guion y en La voz de la primera plana, las bélicas aparecen en varios de sus títulos mayores (Bayoneta calada, Casco de acero, Más allá de la gloria). Ante los cuestionamientos ideológicos desde distintos ángulos de sus películas, sólo cabe coincidir con la afirmación de Andrew Sarris acerca de que Fuller no pertenece al mundo de la sociología, la política o la literatura, sino estrictamente al del cine.

La casa del sol naciente, una de las películas del director preferidas de Godard, no se encuentra, en mi opinión, entre sus mejores trabajos (debe haber, al menos, una docena de películas suyas que prefiero a ésta). Sin embargo, en esta historia ambientada en Tokio, acerca de un policía que se infiltra en un clan de gángsters para aclarar el asesinato de un militar americano, aparecen muchas de los temas recurrentes de Fuller, como la ambigüedad moral de los personajes, las tensiones raciales y las lealtades divididas. La poco convincente historia romántica entre el protagonista y una muchacha japonesa y algunos baches argumentales se ven ampliamente compensados por la potencia de algunas escenas (vg, el impúdico interrogatorio acosando a un moribundo, el diálogo del jefe del clan con el cadáver de su segundo, a quien acaba de matar) y la excelente secuencia final. En cualquier caso, un Fuller (para mí) menor seguramente está por encima de una enorme cantidad de películas actuales.

Jorge García / Copyleft 2013

La casa del sol naciente / House of Bamboo, Samuel Fuller, EE.UU., 1955

JU 11         22.50                   ARTE MULTIPLEX BELGRANO

LU 15         21.05                   VILLAGE CABALLITO

SA 20         20.30                    VILLAGE RECOLETA