EL BAFICI ANTES DEL BAFICI 2014 (05): EL MUNDO EN UN MUNDO
El corral y el viento, de Miguel Hilari, Bolivia, 2014
Por Marcela Gamberini
Santiago de Okola es el pueblo originario del director de este documental que trasciende las barreras del género, instalándose en el corazón de un relato acerca de una historia privada que deriva en lo público. El pueblo del padre, es el pueblo donde la “tierra” es lo que se hereda, ese corral sin límites donde los animales conviven con los niños y con los hombres, con los jóvenes y con los viejos. El corral es ese espacio inmenso, es el espacio de la pertenencia y de la identidad. El ruido del viento lo atraviesa, lento y fuerte al mismo tiempo. En el comienzo, la espalda del hombre que cruza, lenta y parsimoniosamente el lago Titicaca se transforma en los ojos del espectador, vemos lo que ve ese hombre y lo que es aún mejor, sentimos con él. La distancia, a veces marcada por los planos largos, zigzaguea con la cercanía de los primeros planos, marcando el ritmo parsimonioso, que es el ritmo de los habitantes de ese espacio rural y de sus tareas cotidianas. Esos chicos, esos adolescentes que prueban los celulares con timidez, se mezclan con los ancianos que recuperan constantemente el valor de la tradición. El corral es esa casa repleta de tradiciones y es la escuela donde Pitágoras y Tales de Mileto custodian desde la entrada, desde una tradición heredada. Pero, fundamentalmente, el corral es el Mundo atravesado por las lenguas aymará, quechua y español, las poesías políticas y entrañables de los chicos, el nacimiento de un animal, la caída de una estrella fugaz.
Marcela Gamberini / Copyleft 2014
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