Por Roger Koza

Une jeunesse allemande / Una juventud alemana, Jean Gabriel Périot, Francia-Alemania-Suiza, 2015

Una juventud alemana: Después de varios cortometrajes notables, el primer largometraje de Jean-Gabriel Périot es un trabajo lúcido y exhaustivo de reconstrucción histórica del radicalismo político de la década del ‘60 en Alemania, a propósito de la genealogía y praxis del grupo Baader-Meinhof. Sin condenar ni justificar el accionar del grupo, se examina el fundamento y el imaginario de la violencia política de la así llamada Fracción del Ejército Rojo. A través de diversos materiales de archivo, que incluyen programas televisivos de la época, películas partidarias de denuncia y citas precisas de algunos films claves, como Zabriskie Point de Antonioni y Vladimir y la rosa, de Jean-Luc Godard, Périot consigue materializar el clima cultural de ese tiempo, vinculado secretamente con el pasado aciago de unas décadas más atrás en Alemania. No obstante, Una juventud alemana deja muy en claro que la ideología de la juventud alemana de aquel tiempo fascista es inconmensurable con la de este período de inesperada radicalización posterior, del cual el film permite seguir su evolución desde principios de la década del ‘60 hasta su crepúsculo a mediados de la década del ‘70. En una referencia ocasional a Habermas por parte de un conductor televisivo sobre la incompatibilidad entre el socialismo y la violencia, y en la aparición de Rainer W. Fassbinder en el epílogo, en el que el gran director alemán defiende a ultranza un sentido absoluto de la democracia y el respecto irrestricto de sus leyes, Una juventud alemana articula su punto de vista. El film transcurre en el pasado, pero sus signos pretéritos interrogan intempestivamente nuestro presente.