EL CHICO DE LA BICICLETA / LE GAMIN AU VÉLO
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
EN BÚSQUEDA DEL PADRE PERDIDO
El chico de la bicicleta / Le gamin au vélo, Bélgica, 2011
Escrita y dirigida por Jean-Pierre y Luc Dardenne
**** Obra maestra
Si esta película no estuviera firmada, si los Dardenne fueran desconocidos, sería una de las películas del año. Es extraordinaria, no del todo perfecta, pero aún así un film que prevalecerá en el tiempo.
Dedica a M, el jefe de todo esto
El riesgo que enfrenta todo cineasta es imitarse a sí mismo. Los Dardenne estuvieron cerca de autoplagiarse con El niño. ¿Se había agotado el método? El silencio de Lorna fue un claro cambio de registro y quizás las debilidades de aquel film derivaban de una nueva búsqueda. No se trata de un film fallido, pero sí del menos consistente, aunque tenía una escena de sexo, casi una interdicción en el cine de los hermanos, y era una gran película sobre el dinero.
El chico de la bicicleta es un regreso a un terreno conocido. Este ensamble entre Rosetta y El hijo, no obstante, no es un paso atrás sino la destilación de un método de trabajo. Es un film sin riesgo, pero casi perfecto y con un descubrimiento, el de Thomas Doret, un niño que sostiene el film desde el inicio al final, que bien podría estar a la altura de Jean-Pierre Léaud. El otro elemento sorpresivo es la luz. Los Dardenne siempre han pensado las estaciones como un elemento de la puesta en escena. En esta ocasión, la luz del verano incorpora matices visuales a la textura del film que no estaban presentes en sus trabajos pretéritos.
Cyril, un chico de 11 años, experimenta la urgencia característica de todos los personajes de los Dardenne: corre, se escapa e intenta cumplir con su objetivo; en este caso, encontrar a su padre que, descubrirá con dolor y sin ningún tipo de mediación simbólica, lo ha abandonado. A la madre jamás se la nombra y permanece en un absoluto fuera de campo. Por azar, el chico conocerá a una bellísima peluquera que paulatinamente lo adoptará. En algún pasaje, Cyril será tentado para convertirse en un pequeño ladrón y finalmente tomará una decisión: vivir con Samantha (Cécile De France, la belga, no francesa, de Más allá de la vida, de Clint Eastwood).
Lo que filman los Dardenne es el casi imperceptible pero verificable aprendizaje de Cyril. Y no lo hacen apostando a la psicología sino develando a través de las acciones cómo se constituye un carácter. El único refuerzo para señalar los instantes centrales de esta pedagogía materialista son unos acordes breves del Concierto para piano número 5 de Beethoven que remiten al estilo particular del uso de la música en Bresson. Los Dardenne han vuelto en forma.
Los Dardenne piensan sus películas topológicamente. En Rosetta, una película de guerra, la ciudad, el bosque y el campamento de caravanas delimitaban un territorio de combate, de descanso y de abandono. El espacio estaba delimitado en sectores de intensidad. Algo similar sucede en El chico de la bicicleta: aquí, dicho por ellos mismos, la película triangula sus áreas simbólica: la ciudad se sintetiza en la casa de Samantha, sustitución de la casa de su padre; el bosque es el espacio delictivo, una región sin ley, en donde se aprende a robar y la vida se pone en peligro; finalmente, la estación de servicio, una zona de transición pero también de adquisición de elementos primarios de locomoción: aire para la bicicleta y gasolina. La topología de los Dardenne es así concebida en función de diseminar signos de aprendizajes y pruebas.
Es que hay por detrás una pedagogía Dardenne, la que se repite una y otra vez, un sistema excepcional de mostrar un mismo tema desde perspectivas cambiantes que consiste en trabajar en la personalidad de sus protagonistas una noción de ley. Es como si los Dardenne estuvieran trabajando en una reparación o aun invención de, como dicen los psicoanalistas, la función paterna, pues parecen postular que gran parte de las inconsistencias sociales contemporáneas responden al debilitamiento de la noción de ley y la función de los padres. En otras palabras, Rosetta, el pibe del El hijo, y ahora Cyril, son pruebas vivientes y exposiciones fílmicas de cómo trabajar respecto de un tema que para los hermanos resulta una prioridad. En efecto: la ausencia de ley y la figura del padre articulan la filmografía de los hermanos.
Como sea, El chico con una bicicleta es una pieza inolvidable; es una de las pocas películas que el guión no ahoga ni el registro, ni el montaje posterior. Los últimos 10 minutos son un prodigio de suspenso y el plano que clausura la película una conquista del personaje y de los cineastas, quienes saben retener en su tiempo justo la aparición y surgimiento de un sentimiento. Si Rosetta finalizaba en una nota sensible reservada a conjurar el desamparo y El hijo en retratar a la piedad en un sentido materialista, El chico con una bicicleta se cierra ante una bella evidencia: la autonomía de su protagonista.
Esta crítica fue escrita durante la edición 59 del Festival de Cannes en mayo de 2011
Roger Koza / Copyleft 2012
La palabra clave en esta película es: compromiso. Pero no me refiero al compromiso político, sino al afectivo. El chico de la bicicleta es un testimonio lacerante de la falta de compromiso de los adultos para con los afectos hacia los niños.
Los hermanos Dardenne, retratan con exquisita delicadeza esta búsqueda desesperada de un niño que no encuentra quien lo quiera. Este dolor intenso, se expresa en permanentes rebeldías y se va calmando de a poco cuando descubre al adulto que lo pueda contener.
El estilo narrativo de los Dardenne, sigue vigente. Planos secuencias extensos y de ritmo vertiginoso, aunque esta vez predominan los planos medios y no tanto los primerísimos planos como en Rosetta. La intensidad del relato, de todos modos, no decae, en gran parte por las actuaciones sobresalientes de Thomas Doret que interpreta al niño Cyril Catoul y de Cécile De France que asume el rol de madre adoptiva bajo el nombre de Samantha y ejerce como peluquera.
Hay muchos adultos ocupados en lidiar con Cyril, pero no vemos casi nunca, un beso, un abrazo o una caricia que le permita al niño sentirse querido por los mayores.
Esta película tiene varios momentos claves, y en todas ellas el niño está en escena:
Cuando Samantha, en medio de la noche se acerca a la cama de Cyril, para apaciguar su insomnio, y le habla al oído, el niño percibe y disfruta de un gesto de ternura.
Cuando en una discusión en el auto, el amigo y amante de Samantha le pide que elija entre el niño o él, Samantha solo lo piensa un segundo y se queda con el niño.
Cuando Ciryl le lleva al padre el dinero robado y este le dice que no quiere verlo más. Es el momento en que el niño termina de aceptar que ha sido abandonado por el adulto a quien tanto necesitaba.
Cuando Ciryl le pide a Samantha, y ella acepta, que quiere quedarse todo el tiempo con ella y no solo los fines de semana. Es el instante glorioso en que la pesadilla del orfanato queda en el pasado. Además, el niño, quizás por primera vez, empieza a pedir perdón por sus errores. Samantha besa al niño con un verdadero beso de madre, con intensidad, emoción y plenitud. (ver esta escena en el video más bajo)
Cuando Samantha firma ante el juez, el arreglo extrajudicial por el cual deberá abonar al damnificado del robo una indemnización en muchas cuotas mensuales, no solo se hace cargo de una deuda sino que ratifica su lugar de madre.
El filme otorga a una mujer el papel más trascendente: hacerse cargo de la tarea de lidiar con un niño que la retribuye, dando ella muestra de una paciencia infinita, avanzando a tientas pero con valentía en el descubrimiento de esta nueva relación que se está gestando.
En suma: otro filme inolvidable de los Dardenne que no podemos dejar de ver.
En el diario local La Capital, un tal P.S. en su «crítica» sobre esta película, escribió que «el final abierto es ideal para los amantes del cine de culto, pero deja sabor a poco para el resto, que son la gran mayoría de los espectadores.» Me pareció tan discriminatorio y ramplón. ¿Cómo puede ser lo único que le sugiere ese final?… y es gente que escribe sobre cine en medios masivos, con todo lo que eso implica (acreditaciones, invitaciones, etc.)
Pasando a algo más lindo: felicitaciones por la nota que te hicieron en Marienbad, me permitió conocerte un poco más.
Un abrazo.
Se pueden decir muchas cosas, pero… Extraordinario film. Un abrazo para vos querido Fernando. RK
Dato importante y horroroso: su estreno es en DVD.
No conocí el dato que aporta Juan, ahora que lo pienso en la proyección de la película -la vi en La Plata- noté que le faltaba contraste e intensidad de color. Aún así, saludemos la posibilidad de seguir viendo a los Dardenne en pantalla grande ¿en cuántos países fuera de Europa es esto posible?
Muy buena la crítica y muy bueno el blog.
Gracias Scotti. RK