EL DEPORTIVO
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
EL PESO Y LA GALLINA
El Deportivo, Argentina, 2015
Dirigida por Rosendo Ruiz, Alejandro Cozza, Antonio Moro, Andrés Yaremczuk, Matías Rivera, Zonia Giménez, Santiago Ludueña, Andrés Bustamante. Escrita por Película Taller 2014.
** Válida de ver
Una película noble y popular con algunos aciertos, nacida de un taller cinematográfico
Extraña coincidencia: una de las protagonistas clave de El deportivo es una gallina y su discreta función de rubricar una superstición. Es la gallina de la suerte del Deportivo Alberdi, cuidada por una anciana. En efecto, los simpatizantes del club creen que de esa criatura cósmicamente insignificante depende la suerte de su equipo. La otra superstición del film es menos evidente por el poder casi teológico que tiene entre los mortales: el dinero. En El deportivo, la falta de dinero define la totalidad de las relaciones entre los personajes. ¿Una superstición? Creer ciegamente en un papel impreso como objetivación indiscutible del valor de nuestro mundo material es, como mínimo, misterioso.
No menos misteriosa es la carrera de Rosendo Ruiz. Cuatro largometrajes: dos profesionales, dos amateurs. Sus dos últimos son experimentos innovadores: Todo el tiempo del mundo, un film realizado en una escuela secundaria, y El deportivo, un film que es el resultado de un taller que él, la productora Inés Moyano y el crítico y guionista Alejandro Cozza dictaron recientemente a lo largo de un año. La película, en ese sentido, es una creación colectiva de todos los participantes del taller. Muchos de ellos no solamente están detrás de cámara sino que tienen algún que otro papel. Los actores principales son amateurs, y si bien en algunas escenas se puede adivinar esa condición de inexperiencia frente a cámara, la frescura de los personajes es incuestionable.
La función cinematográfica de la gallina es aquí lo que Hitchcock denominaba “Macguffin”. En algún momento alguien se robará la gallina y para su dueña eso será terrible. Pero en verdad la desaparición del animal pone en movimiento las relaciones entre los personajes, es la excusa que empuja a la ficción. Alguien tendrá un accidente relacionado con la gallina, y la falta de dinero será decisiva respecto de esa desgracia. El hijo de la persona accidentada intentará conseguir la suma solicitada para ayudar a su madre. Al mismo tiempo, el nieto también necesitará billetes: quiere ayudar a su novia, cuyo hermano está en deuda con un vendedor de droga de poca monta.
Así descripta, la trama parece demasiado sombría, pero Ruiz no suele entregarse a la típica sordidez del cine social vernáculo y latinoamericano. En sus películas, y esta no es la excepción, el realizador de De caravana elige una amabilidad generalizada no exenta de humor que neutraliza, sin negar, el manifiesto drama social que articula sus relatos. La ligereza poco tiene que ver el costumbrismo y sus fórmulas. Paradoja de su cine: el costumbrismo sin costumbrismo singulariza prácticas reconocibles de un ethos sin entregarse enteramente a su representación fiel y obscecuente
Si bien El deportivo es una película deliberadamente amateur, cada encuadre denota que detrás de todo esto hay un director con una precisa idea de puesta en escena y un entendimiento firme del relato. Por otro lado, no son muchas las películas cordobesas que han conseguido captar la vida de una ciudad en su registro y a la vez seguir a sus criaturas en sus respectivas vidas cotidianas. Vidas circunscriptas a la lucha cotidiana y aliviadas por las pequeñas glorias que pueden venir del amor a una camiseta.
Esta crítica fue publicada en el diario La voz del interior en ootra versión durante el mes de diciembre 2015
Roger Koza / Copyleft 2015
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