EL LOBO DE WALL STREET: PRIMERAS IMPRESIONES DESORDENADAS
Por Jorge García
En los años 70 se hablaba de un quinteto de directores norteamericanos que, dentro de la industria, aparecían como una suerte de nueva generación del cine americano, destinada a mantener vigentes las mejores tradiciones de esa cinematografía, integrada por Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Walter Hill, Brian De Palma y John Carpenter. Con varias películas en su primera etapa de gran interés (algunas hoy consideradas con justicia auténticos clásicos), la evolución de sus carreras fue deshilachando aquella idea, más allá de que aun hoy De Palma sigue contando con un grupo de adeptos incondicionales. De todos ellos el que, con sus considerables altibajos, y trabajando tanto en el terreno de la ficción como en el del documental, se mantuvo más fiel a los lineamientos principales de su obra fue Martín Scorsese.
En la primera etapa de su filmografía, digamos hasta 1990, están varios de sus títulos fundamentales, vg. Calles peligrosas, El último vals (notable documental sobre el grupo The Band), Toro salvaje, El rey de la comedia, Después de hora, Buenos muchachos en las que se podían apreciar todos los rasgos esenciales de su cine, esto es, la violencia, explícita o latente, pero siempre presente, un formidable uso del montaje, y esa inigualable capacidad para construir dentro de una secuencia un crescendo dramático casi insoportable. Pero también hay una variable dentro de su cine menos considerada y que tiene que ver con la comedia negra, apreciable en obras como Después de hora y El rey de la comedia. Deliberadamente no menciono Taxi driver, ya que siempre me pareció una película problemática desde lo ideológico y de nefasta influencia y, en cambio, siempre aprecié New York, New York, una obra en mi opinión subvalorada. Y también a este período pertenece El color del dinero, lavada remake de El audaz, la gran película de Robert Rossen.
A partir de Cabo de miedo (1991), y hasta la fecha, la obra de Scorsese se hace mucho más irregular y es difícil encontrar en esa etapa una gran película. Hay documentales interesantes, como los dedicados al cine americano y a Bob Dylan, otros más rutinarios, como el referido al cine italiano, un film de época, La edad de la inocencia, en el que no parece encontrarse muy cómodo, trasmitiendo una inesperada frialdad y una serie de títulos manifiestamente desparejos en los que, junto a secuencias notables se alternan momentos considerablemente banales .También aparecen en este período obras para mi gusto irredimibles como Kundun y La invención de Hugo Cabret.
Otro de los rasgos esenciales de Martin Scorsese ha sido su capacidad para la dirección de actores y el otorgarle a algunos de ellos el rol de protagonistas principales de sus películas. Hasta 1994 ese rol lo cumplió Robert de Niro, quien en sus trabajos con MS consiguió seguramente los mejores actuaciones de su ya dilatada carrera. Y no quiero dejar de mencionar al increíble Joe Pesci, particularmente memorable como el asesino psicópata de Buenos muchachos. En el siglo 21 quien ha tomado la posta de ese protagonismo es Leonardo Di Caprio. Actor promisorio en sus comienzos (recuerdo un muy buen trabajo suyo en la hoy poco recordada ¿A quién ama Gilbert Grape?), sin embargo, progresivamente Di Caprio fue desarrollando un estilo interpretativo cada vez más exuberante y siempre al borde de la sobreactuación (o entrando directamente en ella). Lo cierto es que hoy, junto a Nicholas Cage y el Al Pacino de los últimos años integra mi podio personal de actores infumables dentro del cine contemporáneo.
¿Cómo ubicar dentro de la obra de Scorsese su último trabajo, El lobo de Wall Street? Basado en la autobiografía de Jordan Belfort, un ambicioso joven que, prácticamente de la nada crea un imponente emporio en Wall Street, la película, de tres horas de duración, sufrió numerosos cortes (particularmente en escenas de sexo y drogas que, de todos modos, abundan en el film) y fusiona elementos constantes en su obra como la ambición desmedida, la codicia y la corrupción con el tono antes mencionado de comedia negra. El resultado es un biopic de tono desaforado con un tratamiento cercano al comic, en el que se dan cita momentos de una desorbitada vitalidad (particularmente en su primera mitad) que lo acercan a los mejores films de Raoul Walsh, y algunas caídas del ritmo narrativo, perceptibles, sobre todo, en la zona central de la película. Y por cierto que también están presentes esos momentos de bravura que pocos directores manejan como Scorsese. Como ejemplo bastan la escena en el restaurant en la que su mentor (notable Matthew McConaughey) le enseña los trucos para convertirse en un magnate o la macabra danza en la que se transforma la ingestión de una droga vencida por parte del protagonista y su segundo (un efectivo Jonah Hill).
Desde ya que quien busque un análisis en profundidad de las causas que provocan el ascenso, apogeo y caída de un magnate de las finanzas deberá buscar otros rumbos. Aquí estamos ante una narración desbordada, por momentos caótica, en la que, como en el mejor cine americano clásico, son las acciones de los protagonistas las que definen sus conductas. Y la actuación paroxística de Di Caprio, con momentos que rozan la caricatura, se ajusta en este caso, más que en otras ocasiones, al tono general del film.
Y hay otro elemento que corresponde mencionar: Scorsese siempre se manifestó admirador de la obra de Elia Kazan (le dedicó un documental), quien sin duda influyó sobre él en el cuidado en la dirección de actores y aquel crescendo en la construcción de las escenas que mencionábamos más arriba. Pero también, como una réplica de su conducta en la vida real (habiendo sido un hombre de izquierda, terminó denunciando a varios colegas en los nefastos años del macartismo), Kazan justificó la delación en varios de sus films. Aquí, como ocurriera en Buenos muchachos, el protagonista del film de Scorsese también termina delatando para reducir su pena de prisión, una vez puestos al descubierto sus turbios negociados. Un rasgo común, no precisamente elogiable, de ambos directores.
Película desmelenada, despareja, con algunas secuencias notables, es posiblemente, aun con sus reparos, el mejor film de Scorsese de las últimas dos décadas y muestran al director, ya superados los 70 años con una envidiable vitalidad y una intensidad narrativa bastante difícil de encontrar en el cine hollywoodense de hoy.
Jorge García / Copyleft 2014
¿Qué tiene que ver que Kazan haya sido un delator con que un personaje del film de marras lo sea? «Un rasgo común, no precisamente elogiable, de ambos directores».
No hay analogía ninguna. Kazan le jodió la vida a gente de carne y hueso. Scorsese no.
para mi , el mejor filme d eun director en muchos años no debería contener tantosreparos e irregularidades co lasuq eud le señala a 2el lobo..»
no ese tan seguro alejnadro.si hubiese ahora mismo comités d ede cazas ebrujas en la industri ad elcine, ?¿que nos asegura que scorcese no actuaria como su venerado Kazan’? haymas bosta dentro d eesa industria de la que uno se imagina.
el titulo de eset file «el lobode Wall street2 es poco impresionante por l omuy explicito, parece salido deun comic o folletín de otras épocas. ydesde luego, en aquel mundillo d elas finanzas, mas que lobos hay jaurías enteras d e lobos…
en qué te basas para afirmar que si «hubiera ahora mismo comités de caza de brujas en la industria del cine ¿qué nos asegura que scorsese no actuaría como su venerado Kazan?»?
scorcese s emuestra desparejo cuando quiere, cinematograrficamente hablando, quedar bien con dios y con el diablo, con sus conviccione s criticas y con la Industria q de la que vive y que d evez en cuando le otorga un premio Oscar. ya le paso en El Aviador, en dond e trataba d e rescatar un perfil contestario y antigobierno para Howard Hugues, silenciando los aspectos mas oscuros, pero muy conocidos, d e dicho personaje.
creo que pelis como Wall Street de Stone o la masreciente Cosmopolis de cronemberg explican bastante bien el siniestro mundo e las finanzas y de la especulacion bursátil. O scorcese «llego tarde» a este «subgénero» o busco hacerle la competencia al filme d ecronemberg.
«actores infumables» ja,ja, rak, invento un neologismo digno de Cortázar. ¿critica o elogio?en principio, infumable me suena negativo,algo igual a intragable o insoportable. si es negativo, yo creo ue equedo corto con un trio, hay muchos mas…
en actores o actrice s con rostros muy expresivos, la sobreactuación es cas i nevitable, sobre todo si son los directores los que e esxplotan esa «vena expresiva» de un actor. para ud. como cineasta, la sobreactuacion es ma s perdonable o mas tolerable en actores dramáticos o comicos?
mi «infumable2 argentino e s darin,por dos razones: se cree el centro d etoda película y porque nunca fumé…
y en peliculas de muy larga duración (HASTA 3 horas) es también casi inevitable la desparejidad(neologismo mio) del ritmo, como en una novela. solamente en los cuentos es posible la intensidad relativam pareja a lo largo delreato. los «largos» son las novelas del cine.yeso que el cine esta obligado,por esencia de arte, a ser sintético, acomprimir en poca s horas todo un universo…
y a medida que un director d ecine envejece, aunque gane en sabiduría,tambien pierde reflejos o se «aburguesa» o se repite. quizás no sea eses el caso de scorsece o de los taviani en su ultima película, pero lo etario pesa, y mucho.hay pelis d ejuventud, de adultez y de vejez.
ya que menciona la violencia en las películas e M S, LO QUE a mi padre mas le desagrada del cine y la televisión estadounidense es su abuso y cas i apologia d ela violencia, prácticamente reflejos d e una sociedad que es de la s mas violentas del mundo.
en el cine, como arte(la industria e s otra cuestión)la calidad media debe predominar sobre a cantidad. amuchos les copa kubrick porquehizo poca s pelis y en su mayoría son de calidad, o culto. lo ideal seria que un dire haag solamente las películas de sua agrado, sin imposisciones de la industria o delos productores, esos «lobos» de la cinematografia.
en Wall street no solo hay lobos, también zorros, serpientes, pirañas, tiburones (la expresión tiburón de las finanzas es muy conocida),cocodrilos, pumas, tigres, linces,chacales, hienas, arracudas,buitres( por algo hay fondo buitres),aancondas, halcones,vampiros quirópteros…todo u n bestiario(de nuevo J C) humano en traje y corbata y limusina.
Dentro de 50 años todos recordarán y verán películas de Scorsese; dentro de tres meses nadie se acordará de esta crítica tan pretenciosa. dentro de 50 años nadie se acordará de Jorge García
Criticón crítico: me gustaría saber por qué -según tu criterio- la crítica de García te parece pretenciosa. En 50 años, por otra parte, García no estará más con nosotros, pero sus textos permanecerán y para todos aquellos que amamos el cine (clásico), mal que les pese a algunos, será una referencia inevitable entre los cinéfilos y críticos de nuestros país y Latinoamérica. Saludos. RK
El fondo es forma Roger. Y partiendo de esta premisa la lectura del largo texto y el uso de ciertas palabras que dan a entender que García hace, desde su podio, juicio «sumario»
El fin de una crítica es analizar una obra, no juzgar al autor de la misma.
Por otra parte, la obra de Scorsese será buscada, vista y quizás imitada por todo tipo de público; la crítica de García, permanecerá en el olvido del montón de textos como este
Criticón crítico: sinceramente, no veo que JG esté en un podio y desde allí dictamine qué se debe pensar sobre MS. Es mi apreciación. Por otra parte, JG ha explicado un poco más el pasaje de su l texto en donde sugiere el tema de la delación. Es una observación arriesgada pero no descabellada.
Es cierto: Scorsese no será olvidado, aunque puede suceder que con el tiempo su obra tenga mayor o menor importancia. Somos hijos de una cinefilia que creció junto a Taxi Driver y Buenos muchachos (confieso mi total desprecio al primer film y admiración al segundo). La pregunta es si este film de 2013 será o no olvidado, o si el tiempo le dará otro lugar. No lo sé, nadie lo puede saber.
Lo que dices de García y su ineluctable destino suena un poco a juicio «sumario». Desde el altar has decretado su ignominia en el porvenir de la literatura cinematográfica.
Creo que la contribución de García a la crítica no es menor. Para dos o tres generaciones de cinéfilos y críticos argentinos (tal vez tu perspectiva al ser mexicana difiera de la nuestra) los escritos de García han sido obligatorios. Su estilo breve y seco, su cinefilia enciclopédica pero no académica constituye un estilo de crítico de los que quedan muy pocos. Es una pena que le niegues un lugar en tu lectura. En este blog hay varios textos suyos que siguen siendo reveladores.
Saludos.
RK
El compromiso de Jorge con la crítica y el cine sus muchas columnas donde siempre ha expresado con franqueza sus opiniones, justificando su gusto a partir de ideas, generando un corpus de mucha coherencia a lo largo de años merecen un poco más de cautela, aún cuando sabemos que hoy la crítica con ideas, conocimiento, justeza, claridad (y muy poca pretensión ) no sea el valor más visible. No concuerdo criticón, y aún más, me parece que el argumento una vez más va hacia el adelgazamiento de las ideas en debate apuntando a frases simplonas y acabadas, donde deba permanecer indiscutida la grandeza de scorsese. El texto, por cierto, sigue con bastante precisión su carrera proponiendo una distancia analítica a world of wall street, saludos
La capacidad de supervivencia de Jorge García me hace dudar de que en cincuenta años no esté por estos pagos. En cambio tengo serias dudas sobre lo que ocurrirá con el resto de nosotros. Por las dudas guarden este texto en una botella y échenlo al mar.
A mi me gusta mucho «cómo» y «qué» escribe García. Es un estilo de los que ya no quedan casi. Explica, da información y analiza la película o el tema. Hay muy poco o nada de referencia a su persona como parte de la nota. Creo (supongo) en la veta de HAT y supongo que de alguna manera se confirma esto con sus notas sobre el cine clásico. Felicitaciones García.
Hay algo en lo que concuerdo con quien dice que quizás la analogía entre MS y EK es algo forzada. Tal vez García tengas datos que lo corroboren, pero no están en la nota. Es más, recuerdo una película de las listas negras con De Niro y creo Jessica Lange, en la cual, MS interpretaba a un editor incluído en las listas, que trabajaba en la clandestinidad. Igual, eso no quiere decir nada, pero no lo puedo ver como un Kazán de esta época.
Aldo… ¡Viva Scorsese!
Como veo que se ha armado algún revuelo alrededor de mi referencia a que tanto Kazan como Scorsese justifican – o si se quiere ser más diplomático, no cuestionan- la delación en sus películas, trataré de establecer algunas precisiones. Por lo que releo en lo escrito, nunca dije que Scorsese fuera delator. Lo que sí escribí y sostengo es que Kazan, como muchos otros izquierdistas, sí lo fue, denunciando a colegas para no perder su trabajo y que Scorsese es gran admirador de Kazan (le dedicó un documental y lo considera una de sus grandes influencias). Lo llamativo es que ambos ( Kazan, tal vez para auto exculparse, Scorsese no sé porque) tienen películas en la que la delación está justificada o, como dije antes, no cuestionada (Viva Zapata, Nido de ratas, en el caso de Kazan, Buenos muchachos y El lobo de Wall Street, en el de Scorsese). Tal vez si Scorsese en lugar de Kazan fuera admirador de, por decir algo, John Huston, el hecho no llamaría mi atención pero, en este caso, no puedo negar que me produce cierto ruido.
Veo que querés sacar «la pata del lazo».
Vos afirmás: «Un rasgo común, no precisamente elogiable, de ambos directores.»
Y efectivamente, hilando fino, es sobre la justificación de la delación en ambos.
A mi me hace ruido tu comentario, precisamente en el punto en que plantas la analogía.
Una cosa es Kazan, delator y otra Kazan justificador de delaciones en la ficción !
La analogía va en la justificación de las delaciones en la ficción no en la delación en cuanto tal.
El ponerle un toquecito moral («no precisamente elogiable» (hace llevar la analogía al Kazan delator y queda en la nebulosa que Scorsese podría llegar a ser delator.
Una cosa es la pantalla y otra la realidad.
saludos
Y hay otro elemento que corresponde mencionar: Scorsese siempre se manifestó admirador de la obra de Elia Kazan (le dedicó un documental), quien sin duda influyó sobre él en el cuidado en la dirección de actores y aquel crescendo en la construcción de las escenas que mencionábamos más arriba. Pero también, como una réplica de su conducta en la vida real (habiendo sido un hombre de izquierda, terminó denunciando a varios colegas en los nefastos años del macartismo), Kazan justificó la delación en varios de sus films. Aquí, como ocurriera en Buenos muchachos, el protagonista del film de Scorsese también termina delatando para reducir su pena de prisión, una vez puestos al descubierto sus turbios negociados. Un rasgo común, no precisamente elogiable, de ambos directores. WHAT THE FUCK???
Dear Lila, What a language! For God’s sake, Mr. García is being attacked by secret agents! What the fuck is this! Ray Liotta says is ok. Don’t worry.
La verdad es que disfruto las crìticas de Jorge Garcìa. Es un placer pensar siempre con ellas, ergo: aprender. Las «inclinaciones» a lo Kazan que JG deduce que MS tiene, pues me parecen atinentes. Porquè no decirlas? Si es parte de la persona sobre la que justamente està escribiendo. Ademàs concuerdo con lo de «infumables» respecto a las actuaciones ùltimas de De Niro, Di Caprio y Cage las que son tàn exhuberantes que incomodan y resultan en una pèrdida del disfrute del filme.
Seguramente he de verla pues la salvedad que hace Jorge Garcìa cuàndo dice:…»el mejor filme de Scorsese de las dos ùltimas dècadas».., pues lo ameritarà aunque tenga que apreciarlo a Di Caprio rozando lo «comic».
No se a qué viene tanto aspamento, pero así son los fanáticos: no soportan la verdad. El mismo Scorsese no parece saber qué hacer con el hecho de que Kazan no sólo fue un delator, sino que usó el cine para exculparse («Nido de ratas»). Es como si Borges hubiera usado su literatura para defender sus encuentros con Videla y Pinochet. Los que han hecho ese tipo de cosas (y con talento) han provocado mucha confusión, más allá de recordarnos que lo bello y lo bueno no necesariamente van juntos (platonismo que ya nadie se atreve a sostener, por otra parte). El problema es cuando los que vienen atrás canonizan esa obra, ocluyendo el problema. Grave error: Scorsese cree que tiene que salvar a Kazan como si de eso dependiera la historia del cine norteamericano, como si no supiera que está jodida desde «El nacimiento de una Nación». Hay que aprender a lidiar con ese estigma, no ocultarlo bajo la alfombra. Y mucho menos reproducirlo…
y si, np, desde esas películas de griffith(un sureño reaccioario nostálgico d ela esclvitud)que el cine en usa nacio recontra sodomizado….
Aprecio a Jorge García como uno de los mejores críticos argentinos. Y este texto no es una excepción, es muy bueno también.
Sobre Scorsese: su punto de vista siempre ha sido sinuoso. Y eso es uno de los motivos que lo hace un autor muy atractivo, uno de los mejores cineastas norteamericanos vivos. Aunque esta última década no fue muy buena para él, con la excepción de NO DIRECTION HOME (extraordinaria) y la nueva, EL LOBO… En donde estaría mi punto de discrepancia con Jorge es en el tema de la relación entre la moralidad del personaje y la moralidad de la película. Con la excepción de su apología a Elia Kazan (uno de sus documentales más flojos), Scorsese no hace apología de la posición de sus protagonistas. Siempre, ya desde TAXI DRIVER, hay una tensión entre «héroe» y el punto de vista que el director adopta. Que muchos de sus protagonistas sean delatores, psicópatas, dementes, machistas, no debe llevarnos a inferir que Scorsese sea su apologeta.
Saludos.
En esto del comentario o crítica en forma y fondo, el que más me impacta por sus enfoques y porque trata de darnos pautas es Pepe Derteano «el peruano». Ha dicho en su Facebook que ha visto la película en Chile. Ojala la comente.
Luis Francisco
Psd.- el blog es pepederteano.blogspot.com
-Les recomiendo que lean Black, Réquiem para un sueño, Mary Reilly y El ángel ebrio de Kurosawa.
No leí todos los comentarios y quizás mi preguntas ya se hayan hecho. ¿Cuál es la nefasta influencia de Taxi Driver para JG? ¿Y por qué desprecia Taxi Driver, Roger? Me interesan mucho ambas respuestas.
Estimado Mateo: no niego la maestría de una cantidad de escenas de Taxi Driver; lo que más me interesa de ese film es el registro de la ciudad y la soledad del taxista. Lo que siempre me molestó es la estilización de la violencia y una ostensible ideología reaccionaria que atraviesa y organiza el film. El extraordinario texto de Jonathan Rosembaum sobre Taxi Driver me permitió poner en palabras una sensación que tuve durante años frente al film. Es uno de esos textos magistrales que cambia la perspectiva que se tiene sobre algo y da el permiso necesario para dudar sobre un artículo de fe. Te la recomiendo especialmente. Saludos. RK
Roger: no leí el texto de Rosembaum sobre Taxi Driver. Lo que no encuentro es ideología reaccionaria en la película. Creo que Scorsese hace una operación muy compleja con el punto de vista, por lo que no veo posible superponer la subjetividad de Travis al punto de vista de la película. El rey de la comedia es la versión atenuada de Taxi… en ambas la misma operación de distancia entre protagonista y punto de vista del film. En ambos casos finales alucinatorios. Creo que basta comparar Taxi driver, los elementos disruptivos de su narración, col cualquiera de las películas de vengadores (esto incluye a aquellas que protagoniza o dirige Eastwood) para advertir la distancia entre el singularisimo punto de vista de Scorsese y el del resto. Aunque pueda parecer anacrónico, me encantaría alguna vez hacer un debate sobre Taxi Driver, el punto de vista y la ideología en Scorsese. Por eso no puedo suscribir en absoluto que esa película haya ejercido una influencia nefasta.
Oscar: siempre tengo presente el inicio de la reseña de Daney sobre White Dog: «el estudio del racismo no es necesariamente racista». Lo mismo se podría aplicar al film de Scorsese, y tantos otros. Entiendo tu objeción y tu no adhesión al lapidario comentario de JG sobre TD. Creo, como vos, que la subjetividad de Travis no es necesariamente la de MS, incluso estoy seguro que Ms es consciente de eso. Aún así, pienso que la complejidad es confusión.
No puedo hacerlo ahora. Se me ocurre algo para este año. Un debate cruzado entre blogs sobre el film. El punto de partida sería el artículo de Rosenbaum. Y vemos qué sale. Después del BAFICI o Cannes. Antes me es imposible.
RK
Buenisima idea, lo haremos.
Coincido con Oscar, y no entiendo el rechazo que produce Taxi Driver, que es quizás la película más compleja y sofisticada de Scorsese. Y justamente porque no juega a ser políticamente correcta o humanista y no se pone por sobre los personajes para representarlos.
Creo que el lobo es una gran película. Si en parte su éxito sobre el espectador proviene de la atracción que nos produce esta especie de movilidad social a velocidad luz, como sacudón popper. (Hay una artículo muy bueno de Silvia Schwarzböck sobre la atracción que producen las películas sobre la mafia). Creo que es una película que se mantiene cerca de su personaje y evita las metáforas y los sermones, y es explicita cuando tiene que serlo, como en el rescate de la expresión ítaloamericana “fugazzi” para definir el funcionamiento de la bolsa. Con un ritmo frenético, que como señala García, hace recordar al mejor Walsh, el de White heat o The roaring twenties. Por eso tampoco entiendo porque el rechazo con Di Caprio. Me parece que confunden los excesos en la interpretación de Di Caprio con los excesos melodramáticos de otros tanques de Hollywood. En la película de Scorsese, al igual que en esa remake delirante de Herzog con Nicolas Cage, hay más bien una búsqueda de cierta libertad en la interpretación, igual de sinuosa que la forma en que avanza el film, cierto rango dinámico, si se quiere. Una vitalidad de viejos filmando como jovenes. ¿Qué diferencia hay entre el Di Caprio de El lobo y el registro maravilloso y desatado de James Cagney en White Heat? Y si Scorsese no condena la delación del personaje, es porque la sociedad en la que transcurre la historia –basada en un hecho real- pone el éxito por sobre todo lo demás, y eso si, queda clarísimo en el final, o no?
Estimado Rosselli: por las dudas: no pretendo que Scorsese sea políticamente correcto, pero me parece como mínimo confuso el punto de vista de TD. Lo que evalúas como complejo yo lo veo como confuso.
El humanismo o la corrección política son posiciones, lugares de visión. Sin participar de esas coordenadas, no obstante, se puede tener una visión sobre cómo mostrar la violencia y cómo pensar el microfascismo.
Me interesa mucho tu comparación de Di Caprio con Cage de Herzog. Yo no vi aún el film.
RK
PS. ¿En dónde está publicado el artículo de SS? Es un tema que siempre me ha preocupado. Por regla general, las películas de mafia me producen sospechas. Tampoco soy admirado de El padrino.
Scorsese siempre es confuso, pero en Taxi driver nada y en The wolf se ahoga. Es el misterio de las obras maestras, que siempre son más inteligents que el autor.
Roger, no conozco el artículo de Rosembaum, está online?
No lo sé. Estoy pensando traducirlo. Te aviso. Abrazo.
Lo podés leer acá Roger, es una entrevista, en realidad, no se porque lo recordaba como un articulo. Pero no tiene desperdicio. http://edant.clarin.com/suplementos/zona/2009/06/07/z-01934337.htm
TD puede ser un poco confusa sobre el final -ese plano cenital sobre la escena del crimen nunca me gustó-, pero cómo representar el microfacismo de un peon de taxi que tiene que trabajar casi 12 horas diarias?
Me gustaría ver como se las arreglaría cualquier realizador contemporáneo. Es problema al que se enfrentan Scorcese-Schrader es complejo. Y yo creo que en ese sentido, el film avanza hasta llegar a un nivel de tensión pocas veces visto en la historia del cine.
Creo que en el final de Taxi driver no hay confusión alguna. Es el happy ending imposible, hay decenas de indicios que impugnan una lectura literal de esa resolucion «Feliz». Son elementos retóricos y es a partir de ellos que se puede inferir una lectura ideológica de la película.
Saludos
Si, yo me refería más bien al largo plano cenital, un punto de vista innecesario, en terminos de distancia sobre el personaje. Aunque tiene algo de alucinatorio también, como vos decís, es como si Travis alucinara su propia muerte, su alma dejando el cuerpo.
El dialogo con ella y ese final abrupto con el espejo retrovisor, es uno de los más extraños de la historia del cine. Aunque la escena entre ellos es poco probable, el montaje sobre el espejo retrovisor y el corte abrupto a los títulos con la banda sonora Herrman-todo el film mantiene esa tensión entre el realismo sucio y cierta elegancia del cine clásico- nos deja el sabor amargo de la duda.
Si vinculamos ese final con el de El Rey de la Comedia y con el de La última tentación de Cristo, creo que podemos entender retrospectivamente Taxi Driver. Son 3 alucinaciones.
Esa idea sí me gusta, aunque también pienso que estamos forzando la interpretación de ese plano cenital.
Lo seguiremos discutiendo si se hace el debate cruzado entre blogs, mas adelante. Pero ojo, cuando digo alucinacion yo no hablo del plano cenital sino de lo que viene después, el extrañisimo final en el que Travis aparece como el winner de novela negra que en el resto de la película era imposible que encarnara. Sobre como introduce las alucinaciones Scorsese hay que ver El rey de la comedia, una película con muchos puntos de contacto, solo que el ajuste de cuentas se da de modo farsesco y no trágico.
Les dejo esta breve nota a Thelma Schoonmaker, la gran colaboradora de Scorsese. En la entrevista se revela porque El Lobo de Wall Street se narra con desaforada libertad. Me hace acordar a una frase de Truffaut, que decía algo así como «filmar contra el guión, montar contra el rodaje». http://variety.com/2014/film/news/schoonmaker-enjoys-long-collaboration-with-scorsese-1201032064/
¿le ahbran echo subir varios kilos d emas a di caprio para esta película?
su riva Iparraguirre (PARA ENEMIGO EL DE TU OFICIO)define «el lobo de Wall stret» como» un espejo fascinante para problematizar los mito s que rigen anuestra sociedad, y por l o tanto comoun espacio don de pensarnos mejor anosotros mismos». Y la elogia sin reservas.
un refrán criollo reza: «el vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo». los vivos,como este Belfort, necesitan de mucho zonzaje para poder crecer… y en usa hay también muchos zonzos
lei una vez por ahí que «Hollywood nunca aprenderá». ¿cque opina de eso, rak?
Muchas gracias por la respuesta, Roger; voy a buscar el texto de Jonathan Rosembaum. Personalmente creo que -más allá de la maestría formal y del retrato de los barrios bajos de New York por aquellos años- Schrader, Scorsese y De Niro componen con precisión entomológica un personaje cuyos únicos destinos posibles son la incomunicación y la violencia. Quizás incomode que Scorsese no condene a Travis, pero recordemos que tampoco lo eleva a la categoría de héroe (el final, en el que Travis es reconocido por su gallardía, es bastante ambiguo). Los adeptos de Taxi Driver (me incluyo) solemos celebrar la película y no el personaje. Con Malas Calles, Toro Salvaje, Buenos Muchachos, Casino y esta descomunal El lobo de Wall Street suele ocurrir lo mismo. Sí me perturba (cambio de director) la celebración del Alex de La Naranaja Mecánica.
P.D.: Reconozco que disfruto horrores de la secuencia operística del telo, quizás tenga que verlo en terapia.
Estimado Mateo: no está en mí juzgar a Travis, sino entender cómo surge su conducta en el contexto del film. Tendría que volver a ver el film. La última vez que lo hice fue en un curso de 2003. Son diez años. Si da, en el blog, después del BAFICI o Cannes, vamos a revisar Taxi Driver. Mi idea es proponer una discusión interblogs sobre el film. Veremos. Hoy, sinceramente, me es imposible.
Lo de Alex y Kubrick. No tengo duda alguna: la naturaleza del mundo, del cosmos, de las amebas, de los marcianos es nihilista.
Saludos.
RK
Estimado Roger: ¿Debe un director de cine juzgar a sus personajes? Lo digo y ya pasando a «El LObo..»porque pareciera según leo, que se le pide a MS una cierta condena a Belfort. Y la verdad es que no «que» significaría (cinematograficamente) condenar a un personaje por sus acciones y/o conductas. Entiendo bien (creo) cuando un film propone una cierta mirada (pongámosle reaccionaria o progresista, etc) y en definitiva una postura personal de su director o guionista sobre un tema determinado (supongo que a esto te referís cuando hablas de la conducta de los personajes en el contexto del film). Ahora, los personajes son otra cosa.
No veo que MS debiera juzgar a Belfort; lo hace un tribunal norteamericano a instancias de una investigación del FBI. Lo que si se puede apreciar claramente en el gesto del detective del FBI en el subte, es la sensación de que «el sistema», no sólo no castiga, sino que premia veladamente a personajes como Belfort.
Un caso que se me ocurre interesante se da en el film argentino «De Martes a Martes»; tal vez en otra oportunidad.
Gran noticia la de la futura discusión blogueril sobre el film de Scorsese.
Encontré el artículo de Rosenbaum sobre Taxi Driver, pero mi inglés es muy básico.
Una más y no jodo más. Me atrevo a dar una respuesta de cómo surge la conducta de Travis Bickle en el contexto del film. Como Rambo, Travis lucha en Vietnam pero no obtiene nada de su país a cambio. Es un joven de 26 años que no pertenece a una clase social acomodada ni tiene estudios universitarios. Se ve forzado a convivir entre prostitutas, chulos y tipos que quieren matar a su esposa. Tiene que limpiar semen y a veces sangre en el asiento trasero de su taxi. Es introspectivo pero sus elucubraciones son espirales que lo sumen en la locura y no puede darse el lujo burgués de ir a un psicoanalista, como lo haría un personaje de Woody Allen. No tiene amigos cálidos o cultos con los que compartir una tertulia e intuímos que tampoco pudo probar las mieles del amor.
Creo que es fácil adherir a ideas progresistas cuando nuestro máximo contacto con la realidad es una mesa de café. Creo que es lógico demandar , compasión, humanismo, pacifismo u «open-mindedness» a los que cada día tienen una elección y no están atrapados en un modo de vida infrahumano y es descabellado hacerlo con los que viven un Infierno en vida, como Travis.
Antes de agradecer su cita, estimado Aldo, quisiera impugnar su afirmación sobre una supuesta rivalidad mía con Roger (que supongo se debe a que publicamos en diferentes medios, ya que no es la primera vez que la leo): bien al contrario, no sólo compartimos una comunidad de ideas, experiencias y visiones sobre el cine, sino que tengo el gusto de considerarlo mi maestro y amigo, incluso un mentor de dedicación y generosidad sin par, de quien sigo aprendiendo y nutriéndome tanto en el debate franco como en en la lectura de sus textos, cuya clarividencia me suele conmover. Es una suerte tenerlo entre nosotros: vale la pena aprovecharlo. Le mando un abrazo, Martín Iparraguirre
Aunque no coincido con la mayoría de las opiniones del autor, me parece un buen texto, que invita a seguir pensando y reflexionando sobre el filme.
..No recuerdo si alguien lo comentó, y tengo fiaca de releer todo… ¿la historia de esta película tiene algo que ver con la de ‘Boiler Room’?…