EL ORIGEN / INCEPTION
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
por Roger Alan Koza
LA VIDA ES SUEÑO
El origen / Inception, EE.UU.-Reino Unido, 2010.
Escrita y dirigida por Christopher Nolan.
** Válida de ver
La última película de Nolan es temáticamente coherente con toda su obra y una pieza paradigmática del cine industrial de nuestro tiempo en su vertiente «intelectual».
Muchas reseñas sobre El origen insisten en la proximidad entre la última obra de Christopher Nolan y la concepción de los sueños en el psicoanálisis. ¿Un estudio sobre la psique en clave pop? ¿Freud revisitado por Hollywood? Puede ser, aunque esta nueva aproximación del director de Batman, Noches blancas y Memento a su tema predilecto, la alteración de la percepción y el carácter contingente de la identidad, es más bien un thriller filosófico.
El sólido Leonardo Di Caprio es un espía corporativo llamado Cobb, un hombre capaz de extraer y leer el subconsciente ajeno. Este fugitivo de la justicia norteamericana, viudo y padre de dos hijos a los que extraña durante su obligada ausencia, surfea libremente a través de los sueños de los otros, excepto si el “subconsciente ha sido militarizado”. Asistido por una tecnología jamás descripta pero efectiva, él y sus ayudantes se conectan con las representaciones oníricas de sus blancos.
Cobb será contratado por el líder de una corporación japonesa. El objetivo: manipular la suerte de un competidor monopólico. Ya no se tratará de descifrar los secretos del subconsciente del rival más poderoso sino de inseminar un pensamiento que pueda alterar el deseo y por lo tanto la identidad. El pensamiento es un virus, el más poderoso; una idea dirige la voluntad. Y no será una misión sencilla porque semejante tarea implica múltiples niveles de manipulación, o dicho de otro modo: trabajar sobre los sueños que se tienen en los propios sueños. Además, a Cobb le persigue una pesadilla íntima en la que su mujer es protagonista excluyente, un subtexto del filme en el que se puede vislumbrar las consecuencias de la radicalización del dilema filosófico y la introducción de un tema psicológico: la culpa.
Si Matrix de los hermanos Wachowski funcionaba como una introducción a la filosofía platónica y el mito de la caverna, El origen parece una introducción perfecta a la primera meditación metafísica de Descartes: no hay un criterio preciso y confiable para distinguir entre la conciencia de vigilia y la onírica; la certeza es un mito; aunque también, durante los sueños, somos creadores sin restricciones. En esa tierra inmaterial en donde la ley de gravedad no existe y el espacio se curva, así como el tiempo posee otras reglas, la genialidad es un bien de todos.
Escrita y dirigida por Nolan, no hay duda de que se trata de una película personal. Sus obsesiones están presentes, pero la espectacularidad de sus efectos, algunos admirables, termina por debilitar su apuesta filosófica y la fluidez narrativa del filme. Todo se explica, se subraya y se banaliza. Los sueños yuxtapuestos devienen en pasajes de acción: una persecución automovilística, el escape de un edificio y el ataque a una fortaleza situada entre unas montañas nevadas son tres películas de acción irrelevantes y mecánicas que, unidas por un mismo tiempo narrativo, pretenden ser un modelo narrativo ingenioso. Una mirada más atenta podrá verificar que el montaje cruzado de ese desenlace es como mínimo elemental. El ralentí de una camioneta a punto de desplomarse en un río, el descenso veloz de un ascensor y la caída libre de la heroína son una consecuencia lógica de la propuesta. El origen, además, suena bastante mal: su banda de sonido es omnipresente, como si la supuesta densidad filosófica demorara la marcha de los planos. La música solamente parece detenerse ante la orquestación de un tiroteo. Y si bien la digitalización permite imitar una escalera de Escher o doblar el espacio como si se tratara de un papel delicado, dos secuencias notables, el arte cinematográfico poco tiene que ver con las bondades de un software y la paciencia infinita en la edición.
En un pasaje intranscendente, un personaje mira un retrato del pintor Francis Bacon. Es un rostro fragmentado, desarticulado, un rostro desprovisto de unidad en el que la identidad humana se devela frágil y deleznable. Es un plano de transición, casi imperceptible, y es allí donde descansa el centro filosófico del filme, aunque la distancia que hay entre el arte de Bacon y el de Nolan es tan inconmensurable como la que existe entre la materialidad del mundo y la insustancialidad de los sueños.
Esta crítica fue publicada en una versión distinta por el diario La voz del interior durante el mes de julio 2010.
Roger Koza / Copyleft 2010
Es muy interesante la nota.
Cabe aclarar que, para le psicoanálisis los sueños son los textos del sueño y no las imágenes en si. Y la culpa no es un tema psicologico sino un sentimiento que se tiene para no hacerse cargo, para no responsabilizarse de algún hecho o cuestión.
Eleonora: está claro lo primero, pero en el film la culpabilidad es un móvil de la psicología. A mi modo de ver, la culpa es una expresión anímica vinculado a la teología. La confesión es un hechizo de objetivación que supone que en la enunciación se descoprime el poder que tiene la culpa sobre el sujeto. Saludos. RK
Curioso Roger, el jueves pasado cuando la fui a ver a la película, fui con una interesante señorita de preciosos ojos verdes (sí, eras vos Virginia si estás leyendo) y a la salida, esta señorita hizo hincapié exactamente y con la misma valoración en los detalles que vos remarcás (sonido, acción, excesos, etc) en el párrafo 5 y como yo aún sigo sin definirme si me gustó o no la película (y tengo miedo de irla a ver de nuevo porque intuyo que ahí sí no me va a gustar) tengo una pregunta para vos: ¿está mal esa sobreabundancia de efectos especiales, de escenas de acción inocuas, de música conductista?, es decir, PARA UNA PÉLICULA BIEN INSCRIPTA EN EL GÉNERO DE LA CIENCIA FICCIÓN (si es que lo está) O DE LA ACCÍÓN (y el género siempre es importante en este tipo de films) ¿ESTÁ MAL ESTE DERROCHE DE PLATA Y EFECTOS (los cuales, están muy bien logrados)?
Pregunto porque, remitiéndonos al género de la ciencia ficción (si se me admite a esta película de Nolan acá) siempre me queda la imagen de dos películas como «Solaris» de Tarkovsky y «Alphaville» de Godard: todo bien con la «profundidad argumental» de ambas películas pero dan cosita verles los efectos especiales (esa cuestión que Aristóteles llamaba «verosimilitud»): la escena de Solaris donde levitan por la gravedad 0 en ese comedor falta un poco más que se le vean los cables a los muebles onda película de Ed Wood hecha por Tim Burton y en la de Godard (que encima es uno de los momentos cumbres) cuando se ven ir y venir los micrófonos da como verguencita ajena…
A lo que voy es que este tipo de películas no deben gozar de ambas cosas: ¿ampulosidad en los efectos y profundidad en sus contenidos? Creo que Nolan -a su medida: pues no es ni tarkovsky ni godard- lo logra (y no, tampoco es Kubrick).
Pues al margen de Di Caprio matando gente en la nieve, está(n) bueno por ejemplo el guiño borgeando de que que la chica se llame Ariadna (con todo lo que significa este nombre para la princesa hermana del minotauro, el laberinto, el hilo que muestra la salida del mismo, etc etc…) y que su «tótem» para comprobar si está dormida o despierta sea «una reina» justamente.
Saludos
(y para vos también Virginia si estás leyendo)
Gustavo: entiendo muy bien lo que decís.
1. El problema no son los efectos especiales y la música en sí sea la película que sea. Los efectos visuales de El origen, en algún que otro caso, son vistosos, a veces ingeniosos y por momentos geniales, pero no veo ningún plano en el que se vea una idea de cine precisa, excepto saturar la perceción de quien mira. La música de Zimmer es esquemática, compuesta sin el menor esfuerzo y es omnipresente. Ese exceso no responde al género.
2. Creo que los principios filosóficos del filme son más que interesantes, y en eso, hasta casi me parece más interesante que Solaris, pues esta última está protegida en su forma y su tema central es interesante pero no llega más allá de su enunciación (y es por eso que Soderbergh la pudo «rehacer»). Distinto es Alphaville de Godard, en donde su desprolojidad no pasa por una cuestión de falta de técnica y efectos especiales sino de jugar con el cine de clase B, el que vos mencionás vía Burton, es decir Ed Wood.
3. La música en El origen está presente en cada escena. Ya no es una cuestión del género y las convenciones; es un problema que le excede. Mi hipótesis de porque sucede así está en la crítica.
4. Las referencias a Borges me parecen pertinentes, y tiene, como vos lo decís, otras posibles connotaciones. Insisto que en potencia el film podría haber sido genial, pero, finalmente, se topa con los propios límites de una industria. Igualmente, creo que si la veo otra vez la encontraré todavía más berreta, como si se tratara de un curso adolescente (y apasionante) de filosofía para principiantes o un videojuego para teens con ganas de pensar mientras se divierten.
Saludos. RK
Mmmmm, sí, coincido totalmente con el punto 4 (por eso no la quiero ver de nuevo) y también con el punto 2, especialmente lo de Solaris, porque además, el libro de Lew es maravilloso (y sea lo que sea que quiso hacer Godard con «Alphaville» jugando al cine B -a mi gusto- le salió mal, quizás como a Nolan esto de jugar al cine clase A).
En lo que no estoy muy de acuerdo es en el punto 1: creo que justamente la noción de «saturar la percepción del espectador» sea justamente, «la» noción de cine que desarrolla. De hecho, es exactamente la misma noción de Michel Bay (de ahí a que no guste, es otra cosa): pero creo que ambos elaboran una estética bastante definida de por sí y eso eso: el amonotonamiento de ritmo e imágen (siempre fastuosas) casi haciendo que introducción/nudo/desenlace sea una misma cosa.
Y con el tema del sonido, mmm, en Batman The dark knight, le funcionó y bastante bien esta omnipresencia: aunque coincido, la banda de zimmer ahora es una cagada por lo que la omnipresencia, no logra el efecto deseado.
No sé, todavía no logro darme cuenta si me gustó o no.
saludos
Me cacho, qué capacidad que posee Roger Koza para decir tán bien. En sus artículos no hay verborragia, hay prodigalidad. Un crítico de cine es un crítico de la vida (esta definición la leí en un artículo suyo). Muchas gracias
No se si soy el unico aca, pero creo que la banda sonora fue genial.
Entiendo que a muchos le haya molestado que a partir de la primera hora casi no pare, pero yo lo vi de forma positiva, ya que acompanaba muy bien las escenas y generaba tension . Tampoco entiendo porque decis que la musica esta compuesta »sin el menor esfuerzo». Se siente diferente y mas oscuro de todas las demas que hizo, y eso es algo bueno, ya que Zimmer normalmente hace bandas sonoras bastante parecidas (el gladiador con piratas del caribe por ejemplo).
Tampoco entiendo porque hablan de una exageracion de efectos especiales, que a mi parecer (y dicho tambien por Nolan) se trato de hacer la pelicula con la menor cantidad posible (adonde fueron usados?? si no me equivoco se usaron para mostrar los edificios destruidos en el limbo y para mostrar la contruccion del sueno).
Estimado Sean: la tonalidad es menor en vez de mayor, y, en ese sentido, Zimmer suena menos al El rey de León. La música en el cine tiene distinas funciones. En El origen cumple con una función de dinamizar y proteger la velocidad de las imágenes. Como sucede en los ámbitos públicos, la música suena en todos lados. No se soporta el silencio, y menos aún se intenta aprender escuchar los sonidos de las cosas, los entes, los sujetos. Esta lógica se reproduce en el cine. Nada de silencios, nada de trabajar sobre las bandas sonoras de lo real o, en su defecto, como lo hicieron Bresson y Tati, y en la actualidad Tarr, trabajar sobre el sonido como una entidad artificial en la que se busca componer música concreta sobre imágenes. La sinfónica de Zimmer es berreta. Son cuerdas irrelevantes, que acompañan a las imágenes del mismo modo que una radio a todo lo que da nos acompañana en un viaje en micro. En ese sentido, es interesante comparar el film de Scorsese, La isla siniestra, con éste de Nolan: comparten tema y actor, pero el sonido y la concepción musical son literalmente opuestas. Dicho sea de paso, lo mejor de aquel film es precisamente su sonido y su música.
Sobre los efectos: son bastantes, pero el tema pasa por el montaje cruzado final en el que la película no funciona y por sus efectos pareciera que sí. El ralentí infinito de la caída de la camioneta es lindo de ver (¿por qué siempre se ve al mismo tipo?), pero pasada la fascinación por la lentitud de la imagen, el filme muestra su costura torpe. Además: los planos más interesantes del film son digitales, lo que implica repensar qué es el cine: ¿un sistema de planos concatenados que recuperan lo real o una composición digital en donde se construye lo «real»?. Este sí es un sentido interesante para pensar el nuevo cine constructivista digital de Hollywood; es el viejo dilema de la ontología de la imagen cinematográfica. Saludos. RK
Me parece que el problema de la película es que le imprime una lógica al sueño, cuando lo que caracteriza al sueño es precisamente lo contrario. Por ejemplo, para aparecer en un lugar determinado en un sueño hay que necesariamente recorrer un camino, escalar una montaña, etc.? La única explicación que encuentro es que se trata de un sueño colectivo y de que se supone que el sueño es «manipulado» pero no totalmente por el soñador. Me da la impresión de que hay un apuro en estrenar la película. La idea es buena pero no la desarrolló en forma completa. Por eso tiene que explicar demasiadas cosas, que es el otro gran problema de la película y ahí patina como Matrix (encima le copia la idea de «el arquitecto» que es básicamente berreta). A mí sí me gustaría verla de nuevo porque me parece que hay cosas que se me pasaron en la primera parte. De las pavadas, me reiré de nuevo.
«La lógica del sueño» está dada por el arquitecto justamente y es un guiño bastante borgeano (o gnóstico si uno quiere ir a una fuente más profunda desde donde el mismo Borges sacó el concepto): él es el que DISEÑA las montañas y demás escenarios (y ya que estamos en guiños e inconciente psicológico, que cada miembro del equipo ocupe una función diferenciada formando finalmente, UNA UNIDAD, habla bastante del gelstat también: no jodamos, Nolan es pochoclero pero no boludo): lo interesante justamente de la película es eso: inducir sueños de forma «conciente». Por eso cuando di caprio y la francesa quedan en el limbo, «construyen» ese lugar del modo que quieran jugando a «ser dios» (he ahí que ella no quiera volver); la película no trata sobre los sueños de manera freudiana haciendo eje en «lo inconciente» como algo incontrolable -pueden despertarse cuando ellos lo deciden- o desconocido (donde sí operaría, por ejemplo, lynch) si no por el contrario, al sueño como una manipulación (conciente) de la imaginación: en otras palabras, SOÑAR LO QUE UNO QUIERE (de ahí la tentación que les produce hasta la adicción) y de hecho, es el juego de la última escena donde no se sabe si él está soñando el sueño que más quiere o si realmente, está viviendo en «la realidad» ese sueño. Quizás el problema de la película sea que es cierto, está contada -a nivel formal y estético: cinematográfico- de una manera «muy facil» y carece de ciertos elementos oníricos más allegados a una estética surrealista con la que uno, generalmente, emparenta al sueño o «lo soñado» (aunque, el riesgo es también caer en algo barato o «prostituto» a lo dalí como diría sabato).
Y para reirme de pavadas, prefiero la película de Montalvano a la cual esta noche misma iré a ver!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Saludos!
JM: estoy de acuerdo en casi todo lo que responde Gustavo. Es fácil vincular sueño al psicoanálisis y por ende al cine. Pero aquí la comprensión de los sueños pasa por otro lado. Nada más. RK
alguien me dice como termino la pelicula… es que justo me distrajeron en esa parte y cuando volvi a mirar ya habia terminado jaja
no es un thriller filosofico, sino detectivesco. En el sentido inverso: no se busca descubrir el «origen» de un epifenomeno, sino inculcar en el inconsciente un idea -monstando una escena en los sueños que le haga creer lo contrario de lo que se intenta imponer- para que el sujeto una vez despierto actúe guiado por esa idea/origen. Es mas bien el retrato adornado de una clasica técnica de manipulación/sedución: como hacíamos con las chicas en la adolecencia: simular apatía para que pique… nada mas quwe todo eso sancochado con un poco de mierda psicoanalitica y esperpentarizado con alucinantes secuencias de acción made in matrix, etc… cabecié un par de veces pero logré llegar al final.
me encantó el remate de la crítica, con la que coincido completamente, como casi siempre, besoooooo!
Yo me dormi en el cine a mitad de la pelicula y soñe que estaba viendo the clockwork orange el dia de su estreno con lo que sali muy feliz de la sala,mientras la gente puteaba por no se que cosa,gracias por los comentarios me ayudaron a entender……que no me perdi nada.