ELLA / HER (02)
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
CARNE Y DÍGITOS
Ella / Her, Estados Unidos, 2013
Dirigida por Spike Jonze
** Válida de ver
La nueva película de Jonze es una inquietante pesquisa filosófica con aciertos en la puesta en escena y algunos efectos de guión en conformidad a una tesis
Si Daniel Dennett, el paladín darwinista del ateísmo, puede postular que la propia selección natural se explica por algoritmos en los que las especies encuentran sus modos de adaptación, ¿quién podría negar en un futuro no tan lejano que un software pudiera responder algorítmicamente y con voz humana, a una velocidad inimaginable, los requerimientos afectivos de un hombre o una mujer de carne y hueso? La nueva película de Spike Jonze postula un caso de inteligencia artificial en relación con la desinteligencia emocional de nuestra especie. La novedad es que una máquina no miente, pero puede hacer sufrir.
En un tiempo impreciso que podría ser hoy o en una década, Theodore se dedica a escribir (más bien dictar) cartas para otros en una empresa especializada en el tema. Son cartas de amor y amistad. En ese porvenir, los hombres tercerizan la expresión de sus emociones.
La soledad de Theodore es perceptible minuto a minuto, un estado de ánimo que Jonze enfatiza en la puesta en escena mediante los espacios amplios pero vacíos de los hogares y un espacio público que parece más una maqueta tridimensional de diseño que una ciudad con una historia comunitaria. El no lugar es más que un concepto sociológico; es una estética de pulcritud asociada al desamparo. Theodore, además, acaba de separarse. Saciar una fantasía por teléfono o tener una cita a ciegas con una amiga de amigos no alcanza para olvidar a su ex esposa. Tampoco sirve hacer correr el tiempo frente a un juego virtual holográfico en el que la aventura y la exploración predominan en su lógica. Es también una exploración de un no lugar (la única excepción espacial tendrá lugar en una playa; el mar y la gente descansando en la playa escapa a una vida de diseño).
Después de ver una publicidad callejera, Theodore probará un nuevo software interactivo, algo así como un otro virtual con voz y oídos, una entidad cibernética dispuesta a escuchar y responder, no menos invisible que el analista que escucha y habla detrás de un paciente acostado en un diván. “¿Cómo es la relación con su madre?”, pregunta la aplicación antes de instalarse en la computadora. Samantha adquiere existencia, y muy rápidamente su invisibilidad no será un problema para Theodore. Una voz inteligente es suficiente para poner en marcha el espacio de las fantasías y sentir una verdadera compañía.
Los viejos humanistas dirán que se trata de una película fría y artificial, pero justamente de eso se trata. El espíritu humano brilla por su ausencia, o en todo caso el alma humana no está muy lejos de ser entendida como un software localizado azarosamente en la propia carne. ¿Se puede amar a un programa? Tal vez sí. Lo que resultará insoportable es no ser exclusivo para el deseo o el amor de otro: un viejo software de la especie, tan añejo como el programa teológico que presupone un creador del mundo.
La subjetividad y su constitución simbólica es un tema recurrente en Jonze, y su inquietud filosófica respecto del tema es ostensible: ¿Quieres ser John Malkovich? y El ladrón de orquídeas eran explícitas en sus intereses conceptuales, e incluso Donde viven los monstruos puede ser mirada en estas coordenadas (la construcción de la identidad en la niñez y el lenguaje en la infancia como tópicos filosóficos, aunque metodológicamente aquel film intentaba algo genial: filmar la infancia desde un estado de ánimo sólo concebible en esa edad). Her no es una excepción, pero dado la naturaleza del tema y el contexto, el film en ciertas ocasiones parece estar más al servicio de una indagación conceptual que cinematográfica, de tal modo que el propio relato parece ordenarse como si se tratara de una fenomenología arbitraria de las pasiones y su relación con la estructura del sujeto: la vecina, la esposa, la candidata presentada por unos amigos, la joven que se propone mediar con su carne la inconmensurabilidad entre Theodore y Samantha y Ella, lógicamente, la entidad del sistema operativo, son signos y premisas que giran en torno a Theodore como variaciones de un problema a estudiar; en cierto modo, el propio Theodoro es también un concepto, cuya forma elegida de humanización consiste en exacerbar hasta el paroxismo la melancolía del personaje.
Como muchas películas del futuro, el procedimiento es poner una lupa conceptual sobre alguna práctica del presente para extender sus consecuencias. Jonze insiste en una figura de nuestro tiempo: los transeúntes hablan solos mientras interactúan con entes reales o virtuales a través de micrófonos y audífonos de una unidad inteligente de comunicación. ¿Quién es el otro? En la era digital, la naturaleza humana se revela tan maleable como los granos transgénicos.
Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en marzo 2014
Roger Koza / Coypleft 2014
Muy buen analisis. A mi la pelicula me dejo pensando bastante, y con un miedo de saber que es lo que se puede venir en el futuro, que nunca es tan lejano.
Lo más interesante es la evolución del sistema operativo. El cuerpo, que comienza siendo un deseo y una frustración, se transforma en un límite de tiempo y espacio. Para el S.O. no hay acá y ahora, la simultaneidad es lo que lo hace evolucionar a otro nivel.
Ese tipo de asociaciones es lo que me interesó. Por eso cité en el inicio a Dennett. El tema pasa por ahí, desde mi punto de vista. Saludos. RK
Pues leo que Dennett dice: «Internet se vendrà abajo y viviremos oleadas de pànico». Que para nada es apocalìptico pues cualquier experto asevera que es cuestiòn de tiempo que la red caiga»
Espero que sus dotes de Nostradamus sean falibles.
Sí, el carácter platónico de Samantha.
Qué te pareció el final, Roger? La ida del SO, el reencuentro con la vecina, el saludo a su ex esposa, etc; no termina optando Jonze por un final tal vez propio de uno de esos «viejos humanistas» que mencionas?
Nicolás: sí, hay algo de eso en el desenlace. De todos modos, lo más interesante es el descubrimiento de que Ella es de varios y del efecto que tiene sobre él, incluso si se trata de un SO.
La escena que más me gusta de la película es cuando la vecina le está por mostrar el documental a él y al marido. Queda en fuera de campo, pero alcanza para ver que se trata de alguien durmiendo. El marido propone incorporar una dimensión narrativa. Ese detalle me interesa. El humanismo es siempre un relato. La sustracción de narrar es un acto terrorista.
Saludos. RK
Her es bastante cursi, sobre todo nos deja fuera de la posibilidad de indagar en el funcionamiento de la inteligencia artificial, que está en primer plano cuando nos sentamos frente al teclado y la pantalla; lo demás es apelación a la creencia en la ciencia cibernética. La evasión new age del sistema operativo con Alan Watts en grupos de auto ayuda del sistema operativo es un detalle patético del guión. Un saludo Roger.
Lo discutíamos en otro espacio: sí, este señalamiento es preciso, y la cita a AW es el recurso simbólico de traicionar justamente la profundización de lo que podría ser IA: es por otra vía lo que señala más arriba Nicolás. Saludos. RK
No podría estar más de acuerdo contigo, Claudio.
Estoy de acuerdo contigo, Roger. Más que una indagación cinematográfica es una indagación conceptual. A veces me pregunto por qué tuvo que ser una película y no una radionovela. Creo que enmascara una premisa novedosa con una narrativa que se limita a repetir tópicos nefastos. A mí me desesperó bastante: no sólo por el uso repetitivo de planos cercanos sino por la manía que tienen los personajes de querer dar lecciones de vida. El último monólogo de Samantha es uno de esos tópicos nefastos de los que hablo. Yo atribuyo esa manía a una premisa de la película, un tanto escondida: todo está planteado en términos alegóricos. Me preocupa porque creo que si tenemos que reflexionar sobre el amor en estos tiempos, deberíamos empezar por el cuerpo. No hace falta recordar que la alegoría fue uno de los principales instrumentos de la Iglesia para ejercer poder sobre el significado de los símbolos. Y sobre el cuerpo de quienes los interpretaban de otra manera. Tampoco creo que «Her» hable sobre el amor a partir de un cuerpo ausente: creo que habla, eso sí, -y esto me parece lo más peligroso- de la posibilidad de construir una relación amorosa sólo desde el lenguaje. Lo cual me parece bastante conservador, al mismo nivel que «Twilight».
En fin. A veces me parece que el cine siempre es lo que sucede fuera de la pantalla. Y el éxito que ha tenido esta película es en realidad Joaquin Phoenix, Arcade fire, etcétera, etcétera.
Saludos y muchas gracias por la crítica.
Santiago
Santiago: las lecciones están por doquier en casi todas las películas que vemos, un evangelio holográfico. De todos modos, Her captura algo de nuestro tiempo, pero no sigue sus premisas a fondo. Creo que el film no es sobre el amor sino sobre la fantasía, y la fantasía sí es una cuestión de lenguaje. El problema es que Jonze no parece percibir a fondo el punto de partida. Luego, tenemos esa escena forzada en el que una joven se presta a un ménage à trois. Me gusta el señalamiento que hacés sobre la alegoría. Saludos. RK
A que se referiá Roger al decir que el humanismo es un relato, y la sustracción de narrar un acto terrorista?