ESTO NO ES UNA CRÍTICA (01): LUCES EN LA OSCURIDAD
Basta con señalar la ubicua solemnidad de The Batman para entrever la más imperdonable de sus debilidades, giro enigmático de la franquicia que hereda de las versiones precedentes de Christopher Nolan. Los desaciertos están a la vista (interpretaciones planas o estereotipadas, abundancia de villanos sin peso específico, vínculos inexplorados o resueltos con pereza), no tanto las virtudes estéticas y cierta clarividencia política que se vuelve manifiesta en el acto final.
Antes que nada: Matt Reeves es un cineasta; tiene una visión de cine que está asociada al movimiento y otra del mundo en la que se presiente la disolución de los tejidos sociales primarios (como se ve en Cloverfield y El planeta de los simios). En The Batman el movimiento en sí es protagónico cuando después de mucho tiempo el batimóvil se ve por primera vez. La persecución que tiene lugar en una autopista es un prodigio de registro y montaje: los planos detalle, los generales, las decisiones sonoras y el concepto cromático escogido distan de ser concebidos como efectos especiales; son constitutivos de la narración y es la glosa del despliegue estético en el que se apoya la película. ¿No son las variaciones del amarillo a lo largo del film un placer óptico indesmentible?
Pero el poder del relato reside en algo más. Que Reeves haya elegido la tradición del film noir para situar al superhéroe permite razonar mejor el argumento intrincado que mueve la historia y también estimula a realizar un esfuerzo por leer a fondo la decadencia que tiñe todo el orden social de la película. Batman no viene acá, como siempre, a restaurar el orden social de siempre, sino a reconstruir desde los escombros el deseo de política y a conjurar la descreencia concomitante que encumbra a delirantes que sueñan con el fin del Estado y se vanaglorian injuriando a quienes todavía pretenden honrar con sus vidas la cuestión pública.
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*Comisionado y publicado por La Voz del Interior en marzo 2022.
Roger Koza / Copyleft 2022
Roger, ahora no sé si te gustó o no la película. Jaja. Siento que, en todo caso, estas de acuerdo con la visión de Reeves de la sociedad y política, pero también están esos problemas que marcas. (Supongo que te referís a los mafiosos como uno de sus puntos flojos.
Yo la disfruté, pero sobre todo la quiero volver a ver. Eso no me pasa seguido con las películas de superhéroes.
Me interesa Reeves, no tanto Batman; hay cosas muy buenas, otras resultas sin ingenio o construidas sin empeño. Pero lo que sucede con la luz en toda la película justifica todos los minutos. Tuve la suerte, por otra parte, de verla en una sala en la que la oscuridad interior no es un obstáculo para la proyección. Saludos. R
PS: yo también quise volver a verla. Supongo que eso es un buen signo.
Quien tenga argumentos negativos sobre Batman, NO SABE ABSOLUTAMENTE NADA DE CINE!!¡¡ la película es BRILLANTE de principio a fin, Pattinson sorprendió con su interpretación del personaje. Y encima no me esperaba ver una de superheroes donde ganen los malos (que el protagonista termine vivo no significa haya ganado). No tiene desperdicio, ojalá se hagan varias más con Pattinson siguiendo la historia.