ESTRENOS INVISIBLES (04): MAQUINARIA PANAMERICANA
La alegoría en el cine es problemática; suele fatigar el sentido restringiéndolo a una lectura unívoca que debe ser tomada casi como una lección. Cualquier narración ordenada solamente para ilustrar un estado de cosas desatiende el valor de la sugerencia. En su ópera prima, Joaquín del Paso administra astutamente lo que sin duda es una alegoría, pero mantiene abierto su significado hasta el final, cuando ya rodando los créditos subraya aquello de lo que todo el film había prescindido. Un loable mérito, ya que para cada espectador el film adquirirá sentidos posibles.
Maquinaria panamericana empieza con la muerte del dueño de la compañía que le prodiga el nombre a la película, una empresa de destrucción y reparaciones de maquinaria de la construcción que tiene décadas de existencia. En pocos minutos, la quiebra se siente en todo su esplendor: el contador informa que están endeudados y que todo está perdido. Uno de los obreros, como si fuera Elisabeth Kübler-Ross disertando sobre los moribundos de cáncer, explica los estadios psíquicos frente a las crisis terminales; los operarios escuchan y asienten, y en cierta medida las fases anunciadas se escenifican sin seguir un orden. Por ejemplo, los desempleados organizan una fiesta descontrolada y delirante mientras mantienen guardia para no perder el control de la propiedad. Tal vez tomen la fábrica, tal vez.
Maquinaria panamericana, Joaquín del Paso, México-Polonia, 2016
Más allá de la interpretación y el sentido que se le adjudique a la decadencia patronal y a la dócil conducta de los trabajadores, Maquinaria panamericana puede resguardar su misterio debido a un trabajo formidable sonoro que enrarece el clima espiritual del colectivo, que además tiene una relación precisa con el espacio común de trabajo. Los travellings laterales recurrentes del film, como también sus panorámicas variadas, permiten situar un drama espacial que presupone una capa más antigua, acaso una dimensión telúrica ahogada en asfalto, en la que pervive la vieja tradición de quienes estaban antes que los blancos y sus prácticas empresariales impusieran un estilo de vida.
Maquinaria panamericana es una ópera prima infrecuente. Quiere decir algo sobre México y su presente y lo pronuncia dilatando su veredicto, y para ello no apela ni a atrocidades ni a golpes de efecto triviales revestidos, como de costumbre, con el aura del arte sublime.
Roger Koza / Copyleft 2018
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