FESTIVAL DE CANNES 2012 (01): PASIÓN DE LOS FUERTES

FESTIVAL DE CANNES 2012 (01): PASIÓN DE LOS FUERTES

por - Festivales
16 May, 2012 08:04 | Sin comentarios

Por Roger Koza

Irresistible para los directores, seductor para las estrellas, indispensable para los críticos y programadores de cine de todo el mundo, necesario para los distribuidores, adictivo para los cinéfilos, el festival de Cannes es la fiesta del cine por excelencia, el único evento que, junto con la noche de los Oscars, acapara todos los años la atención del mundo, como si se tratara de un mundial de fotogramas.

Como siempre, la iconografía revela la ideología en cuestión. Las contradicciones del festival son visibles. El año pasado, el póster tenía como protagonista a Faye Dunaway. Este año le toca a Marilyn Monroe, un ícono perfecto para la ocasión: estrella psicoanalizada y mujer de un escritor como Arthur Miller, sintetiza el espíritu de este clásico del cine: profundidad y frivolidad, aunque las películas dirigidas por mujeres seguirán siendo una excepción en las competencias anuales.

Este año pisarán la famosa alfombra roja las estrellas de Hollywood de ocasión: Brad Pitt, Robert Pattinson, Bill Murray, entre otros, y sus pares galos: Jean-Louis Trintignant, Isabelle Huppert, por citar algunos. Y estarán los fetichistas de siempre, capaces de arrancarle un mechón de pelo a una diva, y los voyeristas fanáticos que desde las ocho y diez de la mañana, hora de inicio de la primera función, ya se acomodan en sus escaleras y asientos encadenados frente al ingreso al gran Teatro Lumière. Cannes es acaso un carnaval secular, poco primitivo en su apariencia, pero no muy lejos del éxtasis que le proporciona a sus fieles.

Festival esquizo y paradójico, Cannes suele alimentar el glamour como si se tratara de un precio a pagar por sus riesgos. Los bodrios estadounidenses son obligatorios y algún que otro espanto francés se proyectará para cumplir con el protocolo. Y al mismo tiempo, en las antípodas, se podrán ver por primera vez las películas de los grandes maestros del cine contemporáneo. En competencia oficial, sin ir más lejos, estarán los últimos filmes de Kiarostami, Haneke, Resnais, Hong Sang-soo, Cronenberg. ¿Quién puede protestar frente a estos nombres? Y se conocerán también los nuevos trabajos de los autores noveles o casi consagrados vía Cannes, los futuros cineastas que algún día tendrán el estatus de maestros, pues Cannes legitima y escribe el único canon que discute la supremacía de Hollywood. En la edición 65 vuelven el director de Gomorra, el italiano Matteo Garrone, con Reality, el australiano Andrew Dominik con Killing Them Softly, y el brasileño Walter Salles, que presenta su filme beatnik On the Road. Tal vez un récord: Carlos Reygadas, una vez más, iniciará su periplo festivalero en la Riviera Francesa con su cuarta película, Post Tenebras Lux. No hay dudas: será una de las controversias de esta edición, como lo fue en su momento Batalla en el cielo y su famosa felatio inicial. La nueva película de Reygadas no sólo transcurre en la casa del director y sus citas autorreferenciales son tan evidentes como equívocas, sino que el escándalo será inevitable ni bien promediando la mitad del filme una orgía en algún lugar impreciso de Francia robe la atención de la platea. La escena es extraordinaria, pues Reygadas alcanza lo sublime donde sólo suele haber sordidez y perversión.

Abbas Kiarostami

¿Quién ganará este año? Se puede prever algún favoritismo discreto. El presidente del jurado será Nanni Moretti, y esto implica una clave de lectura. El realizador de Habemus Papam: El psicoanalista del Papa, además de ser un director de cine consagrado, es un cinéfilo de pura cepa, y entre los directores en competencia él tiene sus predilectos. Si Like Someone in Love, de Abbas Kiarostami, rodado en Japón, es un filme notable, Moretti, que admira al iraní (como lo demostró en El día del estreno de Close Up, un cortometraje que rodó a propósito del estreno en su propia y mítica sala de cine de la obra magna del director de El sabor de la cereza, uno de los homenajes más amorosos que un director de cine le ha dedicado a otro), será Kiarostami un candidato firme a levantar el 27 de mayo la estatuilla de la Palma de Oro.

Con favoritos e ignotos, Cannes, no obstante, es el festival donde lo impredecible se impone en materia de triunfadores y honores. ¿Quién iba a imaginar que Las acacias se llevaría el año pasado la Cámara de Oro? ¿Quién hubiera podido predecir el triunfo de Rosetta en 1999, cuando los hermanos Dardenne eran sólo dos directores oriundos de Bélgica? Las pasiones se desatan en Cannes, año tras año, pues en el país donde se inventó la cinefilia el cine se discute y se vive como si se tratara de un ultimátum de los dioses para que los mortales tomen partido por ciertas películas que representen la excelencia del arte cinematográfico.

Este artículo fue publicado por el diario La voz del interior durante el mes de mayo 2012

Roger Koza / Copyleft 2012