FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA 2016 (14): TAKE ME HOME
Take Me Home, Abbas Kiarostami, Irán, 2016
Por Roger Koza
Literalmente, la última película del gran maestro Abbas Kiarostami, un corto póstumo que vuelve sobre una misteriosa obsesión lateral (y enigmáticamente filosófica) que solía cada tanto verse en sus películas: la trayectoria de un objeto que se mueve de un punto a otro sin responder a la voluntad de un hombre (y a la lógica del relato). En algunas películas podía ser una lata o una manzana; aquí se trata de una pelota de fútbol que empieza a rodar en descenso por cientos de escaleras de un pueblo en Italia. La perfección de los encuadres es insólita y las variaciones situacionales que encuentra el maestro iraní para seguir los movimientos del esférico y de un niño que lo persigue revelan la infinita capacidad que tenía para gestionar el suspenso con elementos simples. Como film que cierra la carrera de un cineasta de la talla de Kiarostami puede ser demasiado poco, pero Take Me Home es probablemente la película más cercana a su primer cortometraje The Bread and Alley (1970), de lo que se predica una misteriosa capitulación circular que sin duda no fue premeditada. La gran diferencia entre los films reside en la inconmensurable distancia entre el concepto sonoro de uno y otro, distancia que se cifra en la sustitución del cine analógico por el digital. La laboriosa banda de sonido de Take Me Home poco tiene que ver con el cine de Kiarostami, ya que el sonido no releva a la imagen sino la duplica, inversión correlativa de lo que sucedía en Shirin, película que sintetizaba la poética del cine del director. Aun así Take Me Home es una película hermosa, con planos inolvidables, varios gatos imperceptibles y algunas nubes que apenas asoman en el fondo de algunos planos de las laberínticas escaleras de un pueblo italiano que por momentos insinúan un escenario no muy lejano a un cuadro de Escher.
Roger Koza / Copyleft 2016
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