FIDBA 2013: RECOMENDACIONES EN COMPETENCIAS
Por Roger Koza
1. Y agora que? Lembra me”, Joaquim Pinto (Portugal)
Junto con Redemption, de Miguel Gomes, la película de Joaquim Pinto es lo mejor que he visto en el 2013. Obra maestra indiscutible. Escribiré sobre este film durante mi estadía en Filmfest Hamburg. Es la película de FIDBA que hay que ver pase lo que pase. Si bien el film gira en torno al SIDA, es una película vital y afirmativa, sostenida en una lucidez implacable por parte de su realizador. Perros, cinefilia, biología, y podría seguir buscando sustantivos para dar cuenta de la vida que transmite esta película. Lo digo así querido lector: saque entrada para las dos funciones.
2. Ver y escuchar, José Luis Torres Leiva (Chile)
La sensibilidad de Torres Leiva es permeable a todos los universos que el director ha decidido filmar (en sus documentales): un psiquiátrico, Chile devastado por un terremoto, y en este caso, la experiencia perceptiva de quienes escuchan y ven de otro modo. Trabajo sólido y por momentos conmovedor.
3. Die Zeit Vergeht Wie Ein Brüllender Löwe, Philipp Hartmann (Alemania):
Gran meditación personal y múltiple sobre el tiempo. Aquí se puede leer mi crítica para Ficunam. El jueves por la noche tendremos más novedades en el blog sobre esta ópera prima notable. Algo más: el cine de Hartmann tiene algo de Herzog y este film en particular tiene un aire de familia de Papirosen (Solnicki aparece en los agradecimientos), aunque nada tiene que ver ni con el judaísmo, ni con la neurosis de una clase social específica.
4. Lacrau, de João Vladimiro (Portugal):
Los últimos minutos parecen una remake de Leviathan, pero no se trata de una refundación del punto de vista y mucho menos de un documental observacional. Film sin narración, una suerte de codificación visual poética de una espacio geográfico y un estilo de vida, como si estuviéramos frente a una pieza serialista en términos cinematográficos.
5. Huellas, de Miguel Colombo (Argentina)
En noviembre del año pasado pasó por el Festival Internacional de Mar del Plata sin éxito; se trata de un film familiar, inquietante por cierto, el que me remitió en parte a Capturing the Friedmans
6. El ojo del tiburón, de Alejo Hoijman (Argentina)
El plano final del segundo film de Hoijman es notable, y el universo retratado por el director resulta tan placentero como misterioso.
7. Boxing club, de Víctor Cruz (Argentina):
Estupendo film sobre el mundo del boxeo en donde el realizador encuentra la distancia justa para entender un ambiente social y un universo laboral específico.
8. El modelo, de Germán Scelso (Argentina/España)
El personaje central es un hombre de unos cuarenta años que pide limosna en la calle de Barcelona. Scelso es un legítimo provocador, y entre todos sus retratos cinematográficos es éste el más incómodo de todos, aunque su propósito es justo y su relación con el personaje elegido se sostiene en una simetría consciente y constante entre él y el «modelo» en cuestión.
El lector podrá constatar que no he dicho nada sobre el film inaugural de Rithy Pahn, L’ image Manquante. La vi dos veces en el último festival de Cannes y a pesar de mi admiración por el director de Camboya considero que este film es ligeramente fallido: su punto de vista es confuso, su estética elegida afectada y la música omnipresente -debo decirlo-, insoportable. Recomiendo leer su libro La eliminación, o volver a ver su obra maestra absoluta S-21: La máquina de matar de los jemeres rojos.
Buen festival.
Roger Koza / Copyleft 2013
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