GRAVEDAD / GRAVITY (02)

GRAVEDAD / GRAVITY (02)

por - Críticas
12 Oct, 2013 11:29 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

LOS NÁUFRAGOS

Film Review Gravity

Gravidad Gravity, EE.UU., 2013

Escrita y dirigida por Alfonso Cuarón

*** Hay que verla. 

Una película inolvidable, incluso si ciertas decisiones formales le resta potencia a sus ostensibles momentos de gloria.

(Aquí se puede leer otra crítica y más extensa que escribí sobre la película de Cuarón)

Frente a la desesperación, el creyente mira el cielo y busca reparo en un impreciso más allá. Otros encuentran ahí el fundamento del asombro. Y a veces del cielo también surge el horror. El infinito es demasiado para nosotros, criaturas signadas por la finitud. Curiosamente, Gravedad, una heterodoxa película de acción, provocará inquietudes de todo tipo hasta al más perezoso. Ante la confrontación visceral con el espacio infinito visto como un escenario absurdo, es difícil bostezar y desentenderse.

Los primeros minutos de Gravedad son extraordinarios. En su primera misión espacial, una experta en sistemas llamada Ryan Stone (Sandra Bullock en el papel de su vida) flota en el espacio alrededor de un satélite mientras repara un desperfecto. La acompaña el experimentado Matt Kowalsky (George Clooney), que siente el espacio exterior como su casa. El diálogo que mantienen permite entender rápidamente su pasado, sus gustos, sus fortalezas y debilidades. La economía narrativa es admirable.

La presentación de ambos personajes, prácticamente los únicos de la película, sucede mientras Alfonso Cuarón orquesta una especie de ballet mecánico y cósmico. El Explorer a 600 km de la Tierra, el espacio vacío, la luz del sol y los movimientos de los astronautas alrededor de esa construcción espacial estéticamente torpe se registran en un (falso pero magistral) plano secuencia de varios minutos. La aparición en escena de Clooney es gloriosa: imperceptible al principio, el astronauta llega literalmente hasta nosotros. Así debe concebirse la profundidad de campo en 3D.

Lo que viene luego es conocido. Habrá una explosión en una nave rusa y los restos entrarán en la órbita de la posición del Explorer. La colisión es inevitable. Ryan y Kowalsky quedarán flotando en el espacio. La única posibilidad de salvarse será alcanzar una base espacial china.

Junto con Nuestro siglo, de Artavazd Peleshian, y La salvaje lejanía azul, de Werner Herzog, Gravedad está entre las mejores películas del espacio de todos los tiempos. Su fuerza reside tanto en la puesta en escena como en la austeridad filosófica. La dialéctica entre las panorámicas y las subjetivas en 3D es fascinante. Cuarón democratiza una experiencia imposible. Ver (y vivir) el cosmos infinito por los ojos de Ryan es puro vértigo. A la pertinencia sensorial se le suma la discreción metafísica: no hay ninguna invocación a Dios, tampoco un guiño trascendental. La fisicidad de la película es su propio discurso abierto. Gravedad es también una de las grandes películas sobre la supervivencia. El oxígeno es un bien supremo.

Si no tuviera música y hubiera radicalizado la experiencia sonora del silencio a la que se refiere el personaje de Bullock, Gravedad estaría entre las 100 mejores películas de todos los tiempos (en la encuesta reciente de Sight & Sound); en la galaxia de los productos en serie del cine industrial, es la película del año.

Esta crítica ha sido publicada por el diario La voz del interior en el mes de octubre 2013

Roger Koza / Copyleft 2013