LA MARIPOSA DE ZHUANGZI

LA MARIPOSA DE ZHUANGZI

por - Libros
26 Feb, 2025 07:25 | Sin comentarios
Un crítico de cine es el protagonista de la novela de Juan Padro Somodi.

EL LIBRO DE LAS MUTACIONES

La mariposa de Zhuangzi es una novela de Juan Pedro Somodi. Novela extraña, un objeto difícil de asir, complejo de catalogar, que galopa al calor del academicismo y del humor sutil. Es, en principio, una novela, pura ficción, pero entre sus líneas se dejan ver otras inquietudes, la más relevante pasa por el cine y su contexto: la experiencia estética que surge de ver películas, con sus personajes y sus directores. 

En el principio, el protagonista es un crítico de cine que en un festival ve una película que no sabemos si ama o detesta. Dilemas, contradicciones, que estarán presente durante todo el libro. Es un crítico un poco anticuado, tímido, escurridizo; en algún momento de la novela se refiere a dos de sus colegas como “un poco más francamente amistados con su papel de intelectuales, de bichos del universo cultura, incluso si esto se plasma exteriormente de maneras un poco cliché: la polera, los anteojos nada maltrechos, el pelo corto de ella, el pelo largo de él”. Este párrafo muestra no sólo a los colegas estereotipados, sino que funciona como un espejo en el que se refleja también el cliché que define a nuestro crítico. Criatura apática y solitaria, gran fumador (de hecho, el cigarrillo establece algo parecido a un juego de postas en el cual los personajes se relacionan a través del acto de fumar), un conflictuado con la escritura, un eterno inseguro, portador de una inefable libretita de la que no puede despegarse. Claro que hay un dejo irónico en esta caracterización, como también aparece en la descripción de “la maestro” que no es otra que la directora -al parecer oriental- de la película que exhibe el festival, película que recibe varios minutos de aplausos y vítores (como se estila en estos tiempos superfluos, de aplausos que se miden en éxitos, en calidad). Todo el mundillo del cine es objeto de una descripción estereotipada: el productor es un tipejo que sale – o al menos eso parece- con la maestro, las cenas artificiales después del estreno de las películas, los chismeríos que circulan entre los actores de la novela y de la película. 

A partir de pensar en la retroalimentación de la novela con la película se puede intuir que La mariposa de Zhuangzi está escrita y pensada como una película. Este párrafo puede servir como prueba: “ella se deja, incluso parece querer corresponder, pero su atención está puesta principalmente en parar el taxi, cosa que finalmente logra. El taxi frena, la presentadora mete al productor en el mismo con cierta dificultad y después sube ella. El taxi arranca y el crítico fumando, tras verlo partir, termina la botella de agua de un trago y se pone de pie.” 

Este fragmento no es otra cosa que una escena cualquiera de una película, de esas escenas que leídas se pueden ver. Sucede en reiteradas situaciones y permite conjeturar que la novela es la película y viceversa. Una gran pista es el cierre, donde se dice “Zhuangzhou de húdié, un film de J.P. Somodie. Incluso, más adelante aparecen en la forma más clásica del guion, algunos diálogos cinematográficos. Esta reversibilidad de las formas del arte también está presente en otros espacios. También se reversionan y se transgreden los géneros: la novela empieza como un tratado sobre la crítica de cine y su naturaleza comercial o industrial, vira después hacia una especie de drama amoroso teñido por algo de suspenso y finaliza casi como un policial. Los conceptos de narrador, actor, personaje y autor se mezclan y se reinventan mientras se cuestionan; es uno de los puntos más interesantes de libro. Dicotomías que parecen no serlo, categorías que parecen a veces ser indistinguibles, sobre todo frente a cierta posición característica de la modernidad donde todas esas nominaciones se cuestionan, se interrogan y se trastocan.

Sin embargo, frente a esta especie de crítica irónica algo llama la atención: no hay marcación temporal precisa; no sabemos si la novela transcurre en el presente o hace algunos años. Una hipótesis de lectura: el tiempo de la novela es el pasado. Allí, en tensión irónica con la modernidad, el señalamiento crítico se refiere a una experiencia estética (tanto la del cine como la de la literatura) más añeja. La gramática de la novela se apoya en largas oraciones casi sin puntuación donde las palabras parsimoniosas se acercan lentamente y en el fraseo resuena otra época: “La princesa avanza lentamente. En el aire vibra una tensa inminencia contenida por un arrebolado cielo, el sangrante otoño”, así comienza el texto. Adjetivado de más, artificioso en su fraseología, la novela busca en cada fragmento ofrecer más la mirada de ese crítico un poco antiguo, tal vez más clásico, que sólo está viendo una película. De esta manera, su mirada, que no es otra cosa que su experiencia- tras los ojos ahumados por los múltiples cigarrillos de ese torpe protagonista- es el eje de la novela.

Por supuesto que el título de la novela ya devela algo: el poder de la transformación y por ende la falsedad de las dicotomías (del cine a la novela, de la sala a la vida, del autor en protagonista, del drama al policial, entre otros). De transformaciones hablaba Borges cuando se refería a cierto pasaje de Zhuangzi -pensador clave del taoísmo- sobre aquella mariposa que soñó ser una mariposa y no sabía si al despertar sería un hombre que había soñado una mariposa o una mariposa que soñó ser hombre. 

La novela de Somodi se transforma constantemente, como su protagonista, a veces un hombre gris que cambia es crítico de cine; una novela que trabaja sin detenerse en su materia esencial que es el cine, que implica una experiencia estética y filosófica, pero que, en su devenir, por suerte, nunca prescinde de un humor fresco y mundano.

Juan Pedro Sodomi, La mariposa de Zhuangzi, Paripébooks, Madrid-Buenos Aires, 2024. 1602 páginas.

Marcela Gamberini / Copyleft 2025