LA NOCHE MÁS OSCURA / ZERO DARK THIRTY
ARQUEOLOGÍA DE LA GUERRA
Por Fernando Pujato
¿Qué ocurre cuando las discusiones acerca de un film lo exceden? ¿Exceden su alcance inmediato, lo sitúan en un lugar de confrontación ideológica, en una disputa acerca de lo que se muestra y no tanto acerca de cómo se lo muestra? ¿Qué ocurre cuando hay defensores y detractores? ¿Cuándo hay opiniones? Ocurren varias cosas, por supuesto, entre ellas que el film en cuestión deja de tener la importancia que debería tener al momento de pensar sobre el cine y pasa a ser un toma y daca político por fuera del cine, algo situado en el foro de la propaganda diaria y no en un contexto de descubrimiento un tanto menos perenne, un juicio asertivo, un informe tribunalicio aseverativo, una clausura. Esto, en sí mismo, no tiene nada de malo -o no es tan grave como parece serlo para los involucrados en ello- y habrá quienes vean allí una oportunidad para reforzar su moral, atacar la de los otros y sentarse con su absoluto a cuestas, plácidamente o no, a la mesa de las discusiones importantes sabiendo que siempre se tiene la razón. Pero una cosa es reflexionar sobre las imágenes de un film y otra muy distinta reflexionar junto a ellas; tal vez no tan distinta aunque probablemente más interesante que indignarse éticamente porque la estética (del film) así lo requiere.
¿Y por qué indignarse con Zero Dark Thirty? En realidad, ¿por qué indignarse con Bigelow? ¿Por las sesiones de tortura? ¿Porque las muestra o por la forma en que las muestra? Es cierto que desde el corazón de la fábrica de sueños y pesadillas hacía mucho tiempo que no se mostraba esto de un organismo estatal estadounidense y, sobre todo, que no se lo mostraba como una práctica habitual y necesaria -casi funcional-, pero la forma no es ni complaciente ni juguetona como podría serlo la escena de la navaja en Reservoir Dogs en la que Michael Madsen se divierte como se divierten habitualmente algunos personajes de Tarantino; aquí la forma es brutal y directa, salvo algunos planos medios que muestran la incomodidad del futuro agente ejecutor de la obsesión política-militar del Imperio después del 11/9, un aprendizaje que veremos más tarde en el film. ¿Emprenderla contra el discurso de los funcionarios de la CIA o el de los asesores gubernamentales del gobierno de turno? ¿Contra el ultimátum privado de Maya? Nadie en su sano juicio, o en su juicio sin más, debería esperar otra cosa que aquello que presenta dialógicamente Bigelow, porque aun cuando introduzca un par de líneas supuestamente inteligentes (no sabemos lo que no sabemos) o esas frases harto transitadas del tipo “estoy cansado de esto, quiero regresar a casa…”, el discurso global de que este fin siempre justifica los medios y el un tanto más acotado de que la venganza no es un ya un anhelado placer sino una necesidad ineludible atraviesan cegadoramente todo el film; sería bastante inocente de parte nuestra y bastante torpe de parte de ella aguardar otra cosa o mostrar algo distinto, ¿o es al revés?.
Como sea, todo esta cuestión de que el film es una justificación de la tortura, las declaraciones de la directora de que no lo es, los ataques y las defensas, el rasgarse las vestiduras, el dedo admonitorio, la complacencia, los guiños y, tal vez aunque es difícil que se repita, alguna que otra estatuilla dorada, no tiene mucha razón de ser, no la tiene en el sentido de que el film muestra lo que muestra acerca de la CIA en un período determinado, acerca de una guerra indeterminada, muestra el por qué y el para qué de una institución estructurada desde sus inicios para defender la seguridad nacional de los EE.UU. Suficiente con esto, aunque también está el asalto final al refugio de Bin Laden para los espectadores que no se habían dado cuenta, todavía, que la CIA, que su gobierno, ordena asesinar gente. Pero los niños se salvaron dirían las almas bellas, la “disfraza” de documental dirían otras; se asesina y punto.
Entonces, después de toda esa puntillosidad en el registro del espacio cerrado de cuarteles y oficinas, después de ese ir y venir entre Pakistán, Kuwait, Polonia, Virginia, de nuevo Pakistán, después de todas esas reuniones entre pares y no tanto, después de los engaños y los sobornos y los enfrentamientos desiguales con el otro, después de su tormento y de su búsqueda casi imposible y de su matanza y de su ansiado final, sólo queda regresar. Este regreso que es, en realidad, la búsqueda de Bigelow en este pequeño tramo de una guerra que amenaza con ser infinita, esta casi obsesión por el destino individual de sus personajes más que por intentar comprender, a la manera de Eastwood, qué ha sucedido en la historia reciente de este (su) bendito país, un rastreo de zonas y mercados, de desiertos y ciudades, un mapa geográfico y clínico de la soledad de la guerra a través de la soledad de unas voluntades que no conocen nada más que aquello que es necesario para la supervivencia -y muchas veces ni siquiera eso. Pero no estamos en The Hurt Locker, el heroísmo del regreso o el hastió de la vuelta no están en ese último plano, en el desolado rostro de Maya que no mira a cámara porque no hay nada qué mirar, nada para adelante, y nada que decir quizá. Y tal vez, este sea el tema de Bigelow, la preocupación de esta arqueología de la guerra, el vacío del después.
Fernando Pujato / Copyleft 2013
Querido Fer: no como editor, sino como lector, debo decirte que mi experiencia con tu texto es exactamente igual a lo que me sucedió viendo el film: su indeterminación constante me resultaba enigmática, sospechosa y, en algún sentido, cómoda. Tengo que volver a ver ese film. Lo haré ni bien termine de estar de festival a festival. Abrazo. RK
Hola Roger, hola Fernando. A Roger: ¿indeterminación de que tipo? (la del film) . A Fernando: coincido en la postura de la nota. Interesante la parte final y eso de la preocupación sobre la arqueología de la guerra. El vacío del después está magnificamente expresado en el plano final. A mi me da esa sensación, en relación a la búsqueda de Bigellow en sus películas.
Perdonen el ejemplo, pero es como en Point Break y su inmiscusión en el mundo surfer. Poco importaba como quedaba el FBI, poco importaba la filosofía de pacotilla del personaje de Swayze; lo importante allí para Bigellow: eran las olas ; tal vez dirán: «te olvidás de la ambigüedad del agente del FBI como miembro de una fuerza de la ley que la vulnera y coquetea con ella y se deja llevar por ese vértigo del robo al banco,quizás muy parecido al de montar la gran ola australiana». Quizás si, no se. Y creo que también hay que entender lo que menciona Fernando al decir: «su bendito país». Me gustaría saber/conocer a algún norteamericano del midwest y mostrarle la película y ver que opina, como se siente ante ella. No se por qué, pero creo que se sentiría mucho más incómodo, más lúgubre que ante un film de Michael Moore.
Un abrazo a ambos.
Querido Roger, antes que nada gracias por publicar un texto que, en cierta medidad, te parece indeterminado. He tratado de escribir sobre el film de la manera menos cómoda, o fácil si se quiere, tratando de ver algo distinto a su indeterminación, su apología o su condena sin más. ¿Puede ser una mímesis del film sobre mi escritura?, tal vez, no estaría nada mal esto, pero seguro cómodo, no. Ya te dije que el festival fue lo más pero lo repito. Un abrazo.
Hola Fernando,
A mi juicio la película contiene demasiados traspiés cinematográficos, raramente encontré críticas que hablen sobre ellos (aclaro que soy de las que piensan que este film sí justifica la tortura) pero diré, y disculpen que no lo haga programáticamente sobre todo el filme y sólo en los casos que me acuerdo: el dispositivo un poco ridículo de tortura utilizado al comienzo, esas cuerdas exageradamente largas cuyo fin es levantar al torturado a una altura sólo justificada para la espectacularidad del encuadre; los mensajes que Maya escribe en el vidrio con la excusa de apurar a su jefe, aunque en realidad se nos informa de modo redundante del tiempo transcurrido; lo inverosímil de Maya volviendo de hacer compras con la cabeza cubierta (me pregunto cómo hizo para comunicarse, ¿hablaba árabe?)… Supongamos que pudo ir a un supermercado, elegir productos y pagarlos en caja sin musitar, pero es una situación que hubiera merecido un desarrollo. Hay más por supuesto, y de todos estos que considero traspiés, puede extraerse claramente una intencionalidad, mal que le pese a la realizadora.
Para terminar, me acabo de acordar de las lágrimas de mentol del final, supe enseguida que era mentol porque también las he usado. Pero las buenas actrices saben que las lágrimas molestan y se las limpian inmediatamente de la cara.
Saludos!
L
No sé si son largas las cuerdas, también podría estar atado a una silla, no veo esto como forma de estilizar la tortura, sé que se tortura. Lo de los mensajes de Maya no me parece redundante sino más bien su obsesión que es, en realidad, su leiv motiv vivencial. Y el plano final me parece desvastador, sin lágrimas o con ellas.
Entiendo que podamos estar viendo películas diferentes. Pero me sorprende tu razonamiento cuando señalás, sobre la escena de la tortura, que no sabés si son largas las cuerdas, o que el personaje podría estar sentado a una silla… como si te diera lo mismo. Es evidente que no es lo mismo, en todo caso no te preocupa precisarlo demasiado. Pero si a pesar de no precisarlo, afirmás “sé que se tortura“ sería interesante rastrear de dónde proviene ese saber, más allá de lo que obviamente se espera del film.
Querido Fer: tu texto no es cómodo, pero sí es mimético. De eso, justamente, habló Martin, a propósito de un método propio de Rosenbaum: la crítica mimética. La tuya tiene eso, y está claro que lo tuyo no pasa por la comodidad. Sucede que la indeterminación del film conlleva una comodidad ideológica, en un sentido que funciona como un distanciamiento en el que muchos pueden ver el mal absoluto a secas o una crítica fina a ese mal absoluto. Tengo que verla por segunda vez para entender muy bien qué es el film de Bigelow. Tengo mis hipótesis.
Hay una crítica que pretende establecer una autonomía de lo estético respecto de lo político; me parece imposible. Hay otra crítica que entiende lo ideológico en un plano banal: son los que rechazan al film por un mero antiamericanismo. Lo ideológico, no obstante, debe ser abordado con otra inteligencia y sensibilidad. Eso sí veo en tu crítica.
El problema es la inserción del plano oscuro de las 11/9. Eso determina bastante el resto del film. Pero, repito, necesito volver a verla. La vi en una noche tras ver 5 films de Ficunam y escribir 5 críticas de los mismos.
Mi criterio de editor en el blog no es narcisista: nadie tiene que coincidir conmigo; he publicado cosas de Prividera que están en las antípodas de mi mirada. Pero respeto y aprendo de él, como también de Jorge García y en este caso, aprendo de vos. Lo que me importa es que quienes me acompañan en este espacio crean en lo que escriben, fundamenten, tengan una mirada personal y que sean sensibles al cine que ven. Vos cumplís con todos esos criterios, y siempre aprendo al leerte.
Mariano: creo que al responderle a él, te respondí a vos.
Abrazo para los dos.
RK
Gracias Roger, es cierto que esas dos pocisiones críticas que nombrás no son acertadas al momento de ver el film y sí, es probable que el plano inicial fije un rumbo, no obstante sigo pensando que Bigelow está más preocupada por el destino individual de sus personajes en un situación extraordinaria (la guerra en este caso y en The Hurt Locker) que no pueden manejar, ni saben cómo hacerlo; ellos pueden -y deben- cumplir su misión como buenos nosrteamericanos que son, el problema es el después, hay una pérdida en esa ganancia o en ese estado de cosas casi inmodificable.
Sospecho que el «Ur-Plano 11/9» podría excluirse y sería el mismo film…aunque probablemente nunca se hubiera estrenado 😀
Liliana: tus señalamientos son precisos, y de eso quisiera escribir. Tuve la misma impresión sobre estas elecciones «dramáticas»: hay algo fallido en el tempo y dinámica del relato, también en las interpretaciones. Por eso la discusión podría ser reveladora si uno se centra estrictamente en cuestiones cinematográficas: en ese sentido, el anterior film de Bigelow me parecía más acertado. Saludos. RK
Tal cual, Roger. Sobre la película anterior de Bigelow, ya entonces estaba expuesta su dificultad de concebir a los iraquíes como no fuese portadores de bombas. En aquel momento ví Small Back Room, esa extraña película de Powell y Pressburger sobre un desactivador de bombas alcohólico y con complejo de inferioridad. Naturalmente esta película debió conspirar contra la valoración del personaje de Renner, quien se tomaba la guerra como deporte…
Saludos.
L
Un giño nietzcheano pero no se anima!! 😀
No había pensado el contraste con Eastwood, aunque la manera de E para comprender ese destino colectivo está bastante teñida también con esa obsesión por el destino individual (claro que el individuo resulta ser el mismo E, como mito envejecido o ya sin lugar)
Sdo
No en Edgar, por ejemplo, ni mucho menos en Cartas desde Iwo Jima o Banderas de nuestros Padres y si, son norteamericanos, aunque veo una preocupación histórica en Eastwood y no en Bigelow.
Cierto 😀
Sdos
El problema de la crítica mimética queda claro por definición. Más cuando se pretende tan «indeterminada» como una película que -objetivamente- de indeterminado no tiene nada (como no lo tenía The hurt locker, que jugaba a ser mucho más «indeterminada»). A Maya -y a Bigelow- se le ven los hilos por todos lados.
Encuentro algunos problemas en el comentario de Pujato. El primero que salta a la vista es que discute con una posición genérica y fantasmal. Discute con alguien indignado porque el film presuntamente justificaría la tortura. Seria mas honesto y mas claro que discutiera con otros comentarios con nombre y apellido,para que la critica de la critica tuviera mas carne en donde hincar el diente. No creo que la discusión central sobre la película de Bigelow haya pasado por la indignación que causa la tortura sino por cuestiones mas cocmplejas y específicamente cinematigraficas, como la construcción de un punto de vista que ordena que se ve y que no se ve, que saben los personajes de mas o de menos que el espectador, desde donde se mira el relato y que implica esa perspectiva. Es decir: conceptos cinematográficos y no mera indignación. La política de un film no esta afuera del film, sino en el tipo de vínculos que establece con el espectador, que tipo de respuestas prorpicia una determinada forma cinematográfica, que omite y sobre que pone énfasis. Son cuestiones donde la firma y el contenido cinemaatografico se enlazan y no parece posible hacer abstracciones que permitan hacer de cuenta que la película no tiene ninguna relación con lo extracinematografico. Como si el cine fuera una entidad autónoma que se basta a si misma y no interactuara con esa exterioridad que Fernando parece querer excluir forzadamente. El cine nunca remite solo a si mismo y la película de Bigelow menos que menos, saturada como esta de referencias a acontecimientos, personas e instituciones concretos. Como analizar la película sin examinar el régimen que organiza esas referencias?
Fernando dice además que Bigelow esta preocupada por el destino de los personajes. Pero no expliicita que elementos de la película sostendrian tal preocupación. Per ocupada por que personaje? Por Maya? En donde se encuentra esa preocupación? En que Maya llora al final? Y donde mas? Y por los otros personajes esta preocupada Bigelow? Por Bin La den? Por los que lo asesinan? Por los torturados? Sinceramente me cuesta encontar esa preocupación humanista que Fernando encuentra. No entiendo que función cumpliría la extensa escena de la cacería de Os ama en la que Maya ni siquiera participa si el tema de la película fuera la preocupación por los destinos personales.
También me parece endeble retrodecer en el análisis desde la sintuacion muy concreta de la cacería de Os ama hacia la mas vaga y difusa preocupación por los desastres de la guerra. Crro que este tipo de esquí es se hacen para borrar las huelas muy concretas que Bigelow deja en la película, que son ostensiblemente políticas, mientras hay críticos que se repliegn en un esteticismo de la indeterminación que hace como que no existieran las muy clsras detrrmimaciones que Bigelow exhibe. (Si faltan algunos tildes y aparecen palabras seccionadas es porque aun no se manejar bien el teclado de la tablet desde la cual escribo). Saludos
No sé qué quiere decir objetivamente, en todo caso, Nicolás, si te referías a mi crítica no tiene nada de indeterminado, sí una distancia con respecto a una fácil condena moral o a un apología estética por fuera de la ética.
Fernando: «objetivamente» significa que la película está llena de marcas que hacen imposible cualquier «distancia con respecto a una fácil condena moral» (no veo porque sea tan difícil, por otra parte, salvo para los que compartan la moral de la película) y por lo tanto cualquier «apología estética por fuera de la ética» (división imposible, salvo para los que creen que los medios justifican el fin). Y es esa especie de equidistancia que querés plantear el problema, y es precisamente eso mismo lo que supuestamente pretende hacer Bigelow (aunque quede más que clara su posición).
Por poner un solo ejemplo, que está en el centro de las críticas: basta ver como mira Maya la tortura (y como nos hace mirar nosotros Bigelow a Maya mirando la tortura: este es el punto esencial): Primero parece que se va a quebrar, y después traga saliva y sigue adelante… con la misma naturalidad con que Bigelow nos pide a nosotros que sigamos viendo la película (y justificando todo lo demás) después de haber atravesado ese límite abyecto.
Una persona que quiero y respeto (más aún después de que me contara lo siguiente) me comentó que dejó de verla en ese momento. Simplemente se dijo: «no tengo porque ser parte de esto» (justamente todo lo contrario de lo que hace Maya, y de lo que Bigelow también hace cómplice al espectador, como bien explica Zizek). Pero claro: eso es «una fácil condena moral»… algo que suele agobiar (y aburrir, parece) a mucha gente.
Nicolás, verdaderamente no sé lo que pretende Bigelow, si establecer una distancia o no, por mi parte no trato de poner distancia con respecto a las sesiones de tortura y los asesinatos, simplemente digo que esto está más que claro en el film y que si sólo vamos a habar de esto o de una supuesta complicidad que Bigelow quiere establecer con el espectador, el film, la lectura del film, se agota en ese mismo momento. Y si, Maya sigue, es su horizonte vivencial, y si Bigelow nos muestra los dos instantes de Maya es porque no está mostrando que, después de todo, pertenece a la CIA, que tortura y asesina, que es un monstruo ¿y vamos a gastar páginas y páginas acerca de esto, vamos a contar la historia de sangre de la CIA? o si no las gastamos ¿esto quiere decir que se está a favor de esa moral, qué se es un cómplice de Maya y sus amigos? El sin respuesta del «¿dónde quieres ir?» en la escena final es, creo, el definitivo agotamiento del aquél horizonte mesiánico que se establece, sobre todo, a partir de la sed de venganza de Maya cuando matan a su colega femenino, Es un vacío el final de Zero Dark Thirty, no como en The Hurt Lockert que es más bien una resignación, qué hacer con el después no es un interrogante nada cómodo para un agente de la CIA, para un director de cine.
y llegamos a Kapò… 😀
No hay ningún «vacìo final» ni formal en ZDT. La película misma es la respuesta al “¿dónde quieres ir?” Además Bigelow misma lo ha dicho: a la triple frontera… (¿Tendrá que hacer ‘Tropa de élite’ para que simplemente reconozcamos que en el fondo no está haciendo más que películas facistas, o como mínimo de encuadramiento?)
Así que sì, no hace falta gastar páginas y páginas sino recordar a Rivette: «ese individuo sólo merece el más profundo desprecio».
El vacío es la no respuesta a la pregunta del ¿dónde quieres ir? en todo caso la pregunta del film es ¿qué quierea hacer?, Tal vez veamoa a Maya en La Triple Frontera, aunque no se la notaba muy convencida en el último plano del film, en ese después de
No he dicho en ningún momento que la política del film está por fuera de éste, sina más bien que las discusiones sobre el film están por fuera de éste, tampoco he dicho que la de Bigelow sea una preocupación humanista ni mucho menos, y si esta preocupación, que se ve también en The Hurt Locker, se encontrara al final del film esto no la invalidaría. Sobre la caería de Bin Laden he sido bastante explícito, se asesina y punto, no hay mucho más para decir con respecto a esto.
¿A qué discusiones te referís cuando decís que están por fuera del film? Tendrías que ser un poco más específico, porque abarcar todas la discusiones sobre el film en un solo predicado no parece ni productivo ni realizable.
Después el «estar afuera del film» es una categoría evasiva, como si el film nos pidiera que nos quedemos «dentro» de él. O sea: que no lo interpretemos de ninguna manera. Solo cabría entonces repetirlo escena por escena, tratando de emular su supuesta neutralidad. Pero, Fernando, vos, yo y todos los demás estamos fuera del film, con lo cual no es posible quedarse dentro de él.
El film mismo no está dentro de sí, ya que hace constantes referencias a su afuera: la CIA, Bin Laden, la política exterior norteamericana están afuera pero también adentro del film. De modo que querer esquivar ese plano es impugnar el film mediante coartadas esteticistas.
La verdad es que no entiendo los pruritos de tantos críticos por asumir que el film tiene una posición política (algo encubierta detrás de su supuesta mostración neutral). Y que los mismos críticos tienen una posición política, a pesar de sus denodados esfuerzos por borrarla. Negar esa posición detrás del atajo «quedarse adentro del film» me parece una posición deshonesta, mucho más deshonesta que la de la propia Bigelow, quien después de todo no puede disimular que ve el conflicto a través de los agentes de la CIA.
Digo yo, Fernando ¿tanto te asusta la política para querer negarla de manera tan infructuosa?
Pero Oscar, ¿yo niego que el film es político?. en realidad, lo sabemos, cualquier film es político aun cuando no lo quiera ser, ¿y mi posición no es política por el simple hecho de que trato de ver algo distinto en el film, algo que no sea la «política» de la CIA? Y si Bigelow ve el conflicto a través de la CIA no es un problema aunque yo no veo que Bigelow vea el conflicto a través de la CIA, en todo caso per medio de la CIA, en todo caso, a través de Maya. No hay ninguna coartada esteticista en mi crítica, toda la primera parte está dedicada a decir lo que se ve, a simple vista en el film. Y si querés una declaración política: no estoy a favor de la CIA, ni a favor del film de Bigelow. Escribir otra cosa sobre el film, intentar escribir otra cosa, no significa estar a favor ni del film ni, por supuesto, de la CIA, la tortura, los asesinatos y demás. Y creo que está de más aclarar esto.
Sr Cuervo, en relación a esto que Ud escribe: «…como la construcción de un punto de vista que ordena que se ve y que no se ve, que saben los personajes de mas o de menos que el espectador, desde donde se mira el relato y que implica esa perspectiva.»
Me pregunto si ud. ya escribió al respecto (me refiero a si da ejemplos de esto que manifiesta antes), y en caso de que si lo haya hecho, me podría decir donde buscarlo, se lo agradecería.
Porque entiendo que lo señala como ejemplos genéricos de aspectos inherentes a la cinematografía; digo, Ud. no está diciendo que la construcción de un punto de vista que ordena que se ve y que no se ve, es algo criticable a este film, no?
Espero haber sido claro en mi pedido o pregunta. Gracias.
Todo film construye un punto de vista: de eso se trata el cine, así que mal podría ser so criticable. El punto de vista es lo que articula la forma y el contenido de una película. Separarlo es caer en una abstracción a la que son afectos muchos críticos que tienen miedo a mostrar su posición política (que la tienen inevitablemente, incluso aunque no sepan que la tienen).
Así que no veo criticable que el film de Bigelow construya su punto de vista. Lo que digo es que analizar esa construcción de un punto de vista es lo que nos permite comprender el film. Eso es criticarlo. Criticarlo no es «hablar mal» o «condenar» el film, sino construir nuestro propio punto de vista respecto de él. Ahora bien: ni la crítica, ni Bigelow ni nadie puede estar fuera del mundo. Esto parece una obviedad, pero es lo que rehuyen quienes proponen quedarse «dentro» del film, frase que creo que carece de sentido y solo se dice para mantener un abstencionismo político irrealizable.
En cuanto a tu pedido, sí, escribí algo bastante largo y todo lo detallado que pude sobre Dark Zero Thirty acá:
http://tallerlaotra.blogspot.com.ar/2013/02/la-noche-mas-oscura-fascismo-cool.html
Las discusiones con Prividera y Cuervo aburren. Nunca le darán la razón a alguien que ose pensar distinto de ellos ni reconocerán que se equivocan en algo.
JS, ¿O sea que vos pensás que yo tengo que darle la razón a alguien que piensa distinto de mí? Es decir: me proponés que yo piense distinto de mí e igual a los que piensan distinto de mí.
Extraña idea de lo que es una discusión.
Yo no propongo nada, simplemente digo que si alguien piensa distinto que vos harás todo lo posible para desacreditarlo, sin pensar -jamás- que el otro puedo tener ALGO de razón y vos estar equivocado en ALGO.
JS: «desacreditar» es justamente lo que vos hacés, sin desarrollar un solo argumento. Es más o menos lo que suelen hacer los que cuestionan a los que cuestionan películas como esta, amparados en el aburrimiento que les provoca tener que escribir sobre la CIA… Y nunca los escuché decir que se equivocaban, como queda claro en toda esta discusión (y quienes aburren…)
Si alguien piensa distinto de mí, yo pienso distinto de él. ¿Cuál es el problema? ¿Dónde está el descrédito? ¿Qué idea del debate es esa donde uno al final tiene que decirle al otro que tiene razón? ¿Acaso vos pensás que yo tengo razón? ¿Me lo decís? ¿Y por qué yo tendría que darte la razón (si acaso hubieras argumentado algo, cosa que no)? Es un momento muy extraño de los debates en Argentina donde uno para discutir tiene que declarar que el otro tiene razón, porque si no será acusado de no debatir.
Mariano: aquí está el artículo de Cuervo: http://tallerlaotra.blogspot.mx/2013/02/la-noche-mas-oscura-fascismo-cool.html
Qué interesante sería que el sr. Koza invite alguna vez a escribir en su blog a Quintín, a Leonardo D’Esposito o a Javier Porta Fouz, amigos suyos si no me equivoco. ¿Por qué no los somete a ellos al duro juicio de Prividera y Cuervo? ¿por qué sólo son expuestos en este tribunal buenos tipos sin influencias ni agresividad, que terminan siendo sistemáticamente descalificados?
Javier: la invitación a Fernando Pujato, Nicolás Prividera, Jorge García, Santiago Cragnolino, Alejandro Cozza y Marcela Gamberini no responde a otra cosa que mi admiración por el punto de vista con el que miran al cine de cada uno de ellos (que no es necesariamente el mío) y a la sensibilidad y relación que establece cada uno con el cine a través de la escritura. Todos, sin excepción, le pueden responder a Oscar Cuervo y a Nicolás Privididera, quienes se caracterizan, en ciertas ocasiones, por su dureza argumentativa, tal como usted lo describe; en el desarrollo del intercambio que ha tenido lugar debido al texto de Pujato sobre el film de Bigelow, ni Cuervo, ni Prividera, le han faltado el respeto a Pujato. El debate es seco y poco humanista, si usted quiere, pero es racional y civilizado. Fernando Pujato tiene las herramientas suficientes para responderle a Cuevo y Prividera, y llegado el caso, a Quintín, D’Espósito y Fouz.
Sin excepción cuido como editor del blog a todos aquellos que escriben en él, incluso a quienes dejan comentarios. Creo en el disenso y también en la confrontación inteligente. No nos debe asustar la contienda argumentativa en la medida que esté orientada a un mejor entendimiento respecto de un film.
Conozco a Quintín hace muchos años y podría decir que es mi amigo. Tengo enormes diferencias con él, y su lectura sobre Zero Dark Thirty me pareció poco convincente, sostenida por una retórica elegante, pero esencialmente el núcleo de su argumentación me pareció organizarse en un capricho. No obstante, sigue siendo un crítico lúcido, y una prueba es el texto que escribió en la misma fecha sobre Lincoln. Dicho esto, no sé por qué debería invitar a Quintín a escribir aquí. Él tiene varios espacios de publicación, nacional y extranjeros. Antes de abrir mi blog, yo sí publiqué en La lectora provisoria; desde que empecé mi blog ya no publiqué ahí.
D’Esposito: he charlado muchas veces con él, generalmente en festivales; no sé si somos, estrictamente, amigos, pero sí constato un cariño mutuo y respeto profesional. Con él también tengo diferencias importantes, pero siempre respeté su pasión por el cine. Y más allá del cariño, cuando se dio el debate de Tierra de los padres con los críticos de El amante, Prividera (que sí es mi amigo) escribió dos artículos en un tono que usted calificaría de duros (y tal vez descalificativos, siguiendo su lectura) contra dos textos de LDE acerca de Tierra de los padres.
Porta Fouz: he hablado con él una o dos veces en el contexto del BAFICI, desde el 2006, sospecho. Nuestros intercambios han sido amigables, pero no somos amigos. Lo respeto mucho, y tal vez esa apreciación sea mutua, pero creo que en líneas generales tenemos una concepción de cine muy diferente, en ocasiones opuesta (una de las pocas coincidencias que tenemos es que los dos amamos profundamente El día de la marmota). Y tampoco necesita escribir aquí. Escribe en La Nación, en Hipercrítico y en El amante.
No llego a entender del todo su comentario. Intuyo cierto tono de protesta. Espero que mi respuesta sea suficiente y haya servido de algo.
RK
Saludos cordiales.
Cuanto más lo pienso más sentido le veo a este asunto y viendo esta entrevista hay varios factores que recuerdan, mutatis mutandi, a la Riefensthal…que también era medio cougar por cierto 😀
Fernando: «sabemos que cualquier film es político» y «sabemos que la CIA tortura y asesina» son dos afirmciones a las que apelas como para dejar estos problemas fuera de toda problematizacion, como si la política de un film y las torturss de la CIA fueran fenómenos que atañen a las ciencias naturales, com la ley de gravedad, por lo que no merecerian mayor atención. Vos decís además que las torturas de la CIA son exteriores al film, por lo que postulas un nivel de análisis específicamente cinematográfico del cual la tortura como practica sistemática de un estado imperial quedaría afuera. Seria ocioso reparar en la tortura, así como tampoco importaría desentrañar el hiato que Bigelow establece entre las voces de las víctimas del 11S y los prisioneros islámicos torturados. Tu mismo método para desdeña lo presuntamente extracinematografico podría permitir también afirmar (en línea con Bigelow) que ya todos sabemos que los musulmanes son terroristas, que a las torres las volteo Bin La den y que este tipo no merece un juicio sino una ejecucuion sumaria. Esta naturalidad por dar tantas cosas por sentadas no son para nada exteriores al film, sino que forman parte de la cnstruccion de su punto de vista. Son las cosas que el film nos reclama dar por sentadas para pasar a lo que (a Bigelow) realmente le importaría: en tu interpretaacion las secuelas que dejaría este empleo tan ingrato en el destino personal de Maya. Yo no me preocupo por condenar a Bigelow, porque sus ceclaraciones en home je a los valerosos combatientes americanos contra el terrorismo global son suficientes. No espero nada mejor de ella porque ya he escuchado lo suficiente. Por mi que siga preocupada por el destino personal de los agemtes del contra terrorismo durante años y años.
En cambio, me resulta knteresantisimo analizar la operación de la critica que hace curiosos malabarismos para esquivar re conocer la naturaleza inequívocamente propagadistica, la toma de partido por la lucha cotraterrorista de EEUU y la adhesión que el film reclama a la versión oficial yanki. No necesito que vos condenes ni absuelvas la tortura, pero si me llama la atención esta construcción del lugar de cierta critica que hace ingentes esfuerzos para apartar la política del análisis de un film decididamente político. Es ahí donde me pregunto por que una parte de la critica de cine necesitara sostenerse desde la exclusión de la política en el campo del análisis cine,atografico. Mi pregunta no es si condenas la tortura, sino por que cree que una especificidad cinematográfica debe des entenderse de la política como si fuera algo ajeno al cine.
Oscar, en ningún momento digo que las torturas, que la práctica de la CIA, son exteriores al film sino más bien todo lo contrario «el discurso global de que este fin siempre justifica los medios y el un tanto más acotado de que la venganza no es un ya un anhelado placer sino una necesidad ineludible atraviesan cegadoramente todo el film», por otra parte que el film reclama la adhesión a la propaganda oficial del Imperio (siempre y cuando pensemos que Bigelow trabaja, directa o indirectamente, para la CIA y su gobierno) no es ni una conclusión ni algo que se tenga que dejar por sentado en el film, nuevamente digo que yo no espero una condena explícita de Bigelow hacia la política de su país pero tampoco creo que el film es una propaganda a favor de esa política, en el sentido que Bigelow muestra todo desde el interior de una agencia estatal y lo que muestra no es para nada amable ni complaciente, tampoco me parece que se pueda postular una relación directa de la apertura de film y su desarrollo, en el sentido de que este sea una justificación del 11S porque si alguien quiere ver allí esto, bueno, supongo que estará a favor de la tortura y el asesinato, pero deducir de esto que Bigelow lo está cuando muestra lo que muestra creo que es algo apresurado, o más bien, algo que -esta vez sí- está fuera del film. Una vez más, trato de ver algo distinto en el film, algo que está también en The Hurt Locker, esto no significa apartar la política o dejarla de lado cuando la mayor parte de lo que he escrito es político; que no sea un desarrollo global acerca de la política exterior de los EE.UU no significa apartar ni dejar de lado la política. Si alguien quiere hablar de la historia de la CIA a través o por medio de este film que lo haga, yo no lo creo necesario, para mí está más que claro en el film como actúa la CIA y su gobierno.
Fernando:
1) Yo no dije «que el film reclama la adhesión a la propaganda oficial del Imperio». Dije que la narración del film reclama dar por sentado que Osama derribó las torres, que los prisioneros torturados son copartícipes del atentado, que Osama es digno de ser ejecutado puesto que no se considera siquiera la posibilidad de apresarlo: todo esto es la versión oficial yanki y a la vez las premisas narrativas de la película.
2) DZT no es un film de propaganda porque reclame la adhesión a la propaganda, sino porque propaga un punto de vista político conveniente para el estado que lo sostiene. Que Bigelow trabaja para el estado y el gobierno no es algo que haya que demostrar mediante documentos o pruebas, más allá de que ella y su guionista no se cansan de decir que recibieron la colaboración de la CIA y que admiran el valor de los agentes norteamericanos que luchan contra el terrorismo. Es sorprendente que siendo ellos tan francos al respecto, vos todavía tengas dudas.
3) Yo tampoco espero una condena de Bigelow a la tortura. Es más: creo que me tendría que sentar largo rato a esperarla porque no va a llegar. Lo que no me parece sensato es decir que el film es neutral respecto de la política imperial. Porque la neutralidad no existe y porque la película da sobradas muestras de adherir a esa política. Yo no quiero hablar de la historia de la CIA y no estaría hablando de esa historia si no fuera porque Bigelow con su película nos introduce en el punto de vista de los agentes de la CIA: es la película que exige que nos coloquemos allí.
4) ¿Las críticas de la película a la CIA? Acá parecés abandonar tu tesis de que no se pueden eseprar críticas de la película a la tortura para pasar a sostener que la película critica a la CIA (pero por lo visto no a la tortura). Bigelow muestra que la CIA es un organismo falible e imperfecto, pero que deja un amplio margen a la iniciativa individual de los agentes, aunque demoren un tiempo en reconocer sus errores. Los torturadores son muchachos y chicas sensibles que no salen indemnes a la dureza de sus obligaciones, por lo que una vez que obtuvieron las confesiones requeridas y ejecutaron a los terroristas musulmanes muestran signos de estrés. Les va a costar trabajo reintegrarse a la vida civil, por lo que es probable que en el futuro vuelvan a ser requeridos para otras misiones antiterroristas.
5) La crítica a la burocracia que posterga el momento de pasar a la acción es un clásico del cine fascista. Por supuesto que se nota un reproche de los narradores dirigido hacia las jerarquías de la Agencia que no dieron antes la orden de proceder. Esta crítica a la CIA se coloca por ende a la derecha de la CIA.
6) Lo que no me queda claro es tu criterio para determinar qué es interior a la película y qué es exterior. Lo que yo cuestiono es que esa línea demarcatoria exista, más que como un artificio analítico que debería justificarse en función de los resultados que obtengas en la comprensión del film. Hasta donde yo entendí, tu tesis es que el film se refiere al vacío que provoca en los antiterroristas una labor tan dura como la que realizan. El trauma de la guerra entedida en sentido muy genérico. Esto está explicitado por el plano final con Maya lagrimeando, esta chica no la está pasando bien. ¿Eso es todo?
7) Decís que querés ver algo distinto en el film, después de haber desechado discusiones que para vos son exteriores (aunque nunca diste un ejemplo concreto de esas discusiones). Pero no encuentro en tu comentario que, más allá del stress post-traumático hayas señalado cuáles son los procedimientos formales del film que te llevarían a encontrar algo distinto y qué es eso distinto que encontraste.
Oscar, el film muestra que los agentes de la CIA, en especial Maya, consideran que Bin Laden es el autor intelectual del 11S y que algunos de los apresados-toruturados (porque ésto ni siquiera lo saben con certeza) están implicados en una red terrorista, de allí a decir que éste es el punto de vista del film hay un abismo, en todo caso este es el punto de vista de la CIA y no está para nada mal que se lo muestre. En ningún momento sostengo que no se puede esperar críticas a la CIA por parte de Bigelow, digo que no se puede esperar más de lo que muestra, y lo que muestra mo habla muy a favor de la agencia, y con respecto al interior/exterior del film, todo es interior al film, si alguien quiere hacer un análisis histórico de las prácticas de la CIA a través de este film, o poner como ejemplo como actúan sus agentes y como actuaron sus agentes, en esta guerra que no tiene fecha de vencimiento, muy bien, que lo haga, pero el film ya lo ha hecho por sí mismo, y no hablo de stress post traumático o algo que se le parezca, hablo de vacío que, ciertamente, no es lo mismo, como tampoco es el mismo vacío el de The Hurt Locker porque allí se vuelve, aunque se vuelva sin ninguna convicción de lo que se hace y porque no hay lugar a donde ir más que a esa guerra que parece ser el único lugar donde se pertenece, en Zero Dark Thirty ni siquiera eso.
La película presenta un único punto de vista sobre la lucha contraterrorista y es interior a la CIA, mostrándolo como un organismo algo burocrático, plural y abierto a la iniciativa individual de sus agentes. El punto de vista, que organiza la narración cinematográfica y por ende es interior al film y a todas sus decisiones, suscribe la versión oficial norteamericana sobre el terrorismo, incluida la concatenación entre el atentado a las torres y la dura pero necesaria tortura, que nunca cuestiona desde ningún personaje y bajo ningún otro procedimiento narrativo. Y por ende naturaliza. Es raro que tu análisis formal no encuentre ninguna vinculación entre la secuencia de las voces de las víctimas de las torres (nada menos que la forma en que Bigelow elige comenzar la narración) y la consecuente sesión de torturas.
Yo no dije que está mal que la película muestre el punto de vista del estado americano, incluida la CIA y sus agentes, con sus disidencias, lo que habla bien de la flexibilidad del funcionamiento de la lucha contraterrorista. Dije que es extraño que alguien quiera hablar de la película y evitar pronunciarse acerca del punto de vista de la película respecto de la lucha contraterrorista yanki. THE HURT LOCKER tiene exactamente el mismo punto de vista, solo que ahí no se muestra a los yankis torturando, sino desactivando bombas (solo no se aclara que son las bombas que los propios yanquis tiran).
No entiendo de qué vacío hablás si no se trata del stress postraumático de los protagonistas de ambas películas. Son ellos los que no tienen donde ir porque son adictos a la lucha contraterrorista (como la propia Bigelow lo es), pero ese vacío psicoloógico de ningún modo es transferible al estado norteamericano, cuya estrategia y modus operandi quedan en ambas películas naturalizados, aunque se muestren sus fallas meramente técnicas.
Oscar, ¿qué significa cuestionar?, si el film muestra que se torturaba para arrancar información a supuestos involocrados en el ataque del 11S y si alguien está de acuerdo con esto, un espectador digo, bueno… yo no puedo esperar que la gente que vea el film reaccione o piense o sienta de la misma manera que yo, o que vos o que cualquier otro, aunque, por supuesto, no esté de acuerdo con ningún «método» de interrogación de ningún gobierno de cualquier parte de este mundo. Y ya escribí y recalqué aquí que si el film muestra lo que muestra, ¿esto significa adherir a la política norteamericana de turno? ¿o significa que Biegelow está de acuerdo con esta política?, que después de la pantalla en negro se pase a la sesión de tortura no quiere decir, necesariamente, naturalizar a esta, ¿no se puede pensar de otra manera?, por ejemplo que un espectador se horrorize de que «su» gobierno o un gobierno (si no es un espectador norteamericano) torture y asesine a gente como parte de una estrategia, de un modus operandi de estado? si la política de la CIA fuera «natural» y el film muestra esta supuesta «naturalidad» no es necesario agregar mucho más al respecto, cualquiera sabe que no hay ninguna naturalidad en este estado de cosas, y si no lo sabe es porque no quiere saberlo.
Vos deberías saber que significa cuestionar, dado que afirmas que la película muestra una visión complaciente con la CIA (aunque eso no sucede respecto de la tortura, aunque si respecto de las dilaciones para llevar a cabo la venganza que Maya añora. Si no sos capaz siquiera de reconocer la manipulación emocional que implica empezar por las voces de las víctimas del 11S, y dejas esa yuxtaposicion en el terreno de la indeterminación, entonces creo que nuestra conversacion es infructuosa. Además en estos dias no me respondiste nunca cuales son las discusiones exteriores a la película, ni cuales son los y procedimientos formales que permitirían entender otra cosa que una propaganda contra terrorista, ni en que consistiría el tan cacareado vacio que se evidencia el lagrimeo final de Maya. En fin, no veo que vayas aportado un solo argumento para hacer otra lectura del film que aquella que desdeñas. Me da la impresión que por ahora no tenes nada mas que decir, así que corremos el riesgo de seguir repitiendonos. Te agradezco tu predisposición al dialogo y te invito a que sigamos pensando el interesante texto que Prividera acaba de subir. Quizá en ese contexto puedas sumar mejores argumentos. Abrazo.
¿Porqué pensar que es una manipulación emocional del film y no pensar que Bigelow muestra aquello que, se supone, es la justificación de la CIA para torturar y asesinar gente? Nunca dije que hay discusiones exteriores al film sino más bien que exeden el film en el sentido de ver allí una oportunidad para meter en la bolsaa todo lo que ocurre y se filma en los EE.UU y no veo porqué tengo que mostrar cuales son los argumentos formales por los cuales el film no es una propaganda contra terrorista cuando pienso que no lo es desde el mismo momento en que el film muestra los aberrantes procedimientos con los cuales se maneja la CIA, es una extraña propaganda mostrar que se tortura para arrancar información y que se asesina indiscriminadamente porque se piensa (pero nunca se está seguro) que Bin Laden es el autor intelectual del ataque 11S. El plano final de este film y el de The Hurt Locker son más que claros con respecto a un vacío de los personajes, en un caso porque no se sabe hacer otra cosa y no hay motivos en «casa» para seguir viviendo, en el otro caso es porque, evidentemente, no hay ningún lugar donde ir fuera de ese lugar. Si alguien sugiere esto desde dos films es porque, evidentemente, está preocupado por aquello que les sucede a sus personajes. Saludos también.
…es como revolcarse en culo con Borat 😀
Así lo creo: Bigelow está preocupada por el destino de los agentes antiterroristas yankis, no así por los torutrados, bombardeados y ejecutados sumariamente por el ejército norteamericano. Intenté llegar a entender qué procedimiento formal veías en el film que demostrara que no sostiene el punto de vista oficial yanki, pero después de muchos días de esperar tu explicación confieso que no fui capaz de encontrar estos argumentos de tu parte. Otra vez será, gracias.
Y si, yo no espero que esté preocupada por los «otros», lo escribí y lo comparé con el caso de Eastwood que sí está preocupado por entender qué ha sucedido en su país en algún tramo de lahistoria del sihlo XX, y sigo sin entender porqué tengo que demostrar que el film no suscribe el punto de vista oficial cuando nunca he hablado de eso, siempre y cuando este sea el punto de vista del film y siempre y cuando se sepa, a ciencia cierta, cuál es el punto de vista oficial del gobierno de los EE.UU; ¿es parte de lo que muestra el film?, ¿que es necesario torturar y asesinar sin más aunque se tengan dudas en cuanto a los responsables del ataque 11S?, ¿que Bigelow muestre esto significa que adhiere a esto? ¿ y si así fuera, no podría ser que el film mismo se vuelve contra esta postura? Saludos again.
Para no caer en malos entendidos, quise decir que vos afirmas que la película muestra una visión no complaciente con la CIA. Saludos.
Cuervo le dice a Pujato: «Vos deberías saber qué significa tal cosa», «no sos capaz de reconocer tal otra cosa», «no me respondiste nunca»…
Propongo que en este blog discutan únicamente Cuervo, Prividera y Koza. Por lo que veo, son los únicos que tienen capacidad para hacerlo. Los demás no saben argumentar, no saben de cine, etc. Y encima son masoquistas.
Pará de sufrir, Javier.
Dice Cuervo: «Yo tampoco espero una condena de Bigelow a la tortura. Es más: creo que me tendría que sentar largo rato a esperarla porque no va a llegar».
En realidad, Bigelow ha declarado en innumerables entrevistas que es una pacifista y que está en contra de la tortura. Por supuesto que el espectador puede interpretar la obra como quiera, pero el pensamiento de quien la realizó es objetivamente ese.
En cuanto a definiciones políticas, la película maneja más bien trazos gruesos. Se podrá discutir si Bin Laden fue el autor del atentado a las Torres Gemelas, pero lo cierto es que era el líder de una organización siniestra que quiere confinar a las mujeres a lavar los platos y cambiar pañales, entre otras lindezas. Llama la atención la doble moral de ciertos «progresistas» que miran con simpatía a estos despreciables sujetos por el mero hecho de que se definen como «antiamericanos».
¿Quiénes son los “progresistas” que miran con simpatía a estos despreciables sujetos por el mero hecho de que se definen como “antiamericanos”?
El pensamiento bivalente te jugó una mala pasada, Vazquez.
Juan, el pensamiento de la directora «objetivamente» se expresa no sólo a través de sus declaraciones públicas de defensa del film. El film mismo contiene muchas escenas fallidas que podrían pensarse como actos fallidos. Por supuesto, ¿quién va a salir a declarar que está a favor de la tortura? Sin embargo el inconsciente puede ser de una impudicia terrible.
No sé, no creo en el inconsciente ni en el psicoanálisis, pero en todo caso en el gobierno de Bush muchos declararon estar a favor de la tortura en determinadas circunstancias, de modo que no veo por qué Bigelow no podría hacer lo mismo.
Conozco muchos. Chávez, por ejemplo, se definía como «hermano» de todos los dictadores fundamentalistas islámicos que anduvieran por la vuelta. Pero en todo caso me alegro de que vos no seas uno de ellos.
Por eso, fijate que repudiar la política terrorista de EEUU no implica avalar la política de otros terroristas, al contrario. Máxime cuando un tipo como Bin Laden puede haber salido del laboratorio de la CIA con el que también colabora Bigelow. Pero acá padecemos el fundamentalismo católico y el fundamentalismo yanqui mucho más que el islámico.
No sé, no me consta. No creo que Michael Moore, por ejemplo, hubiera salido a defender la película si Bigelow colaborara con la CIA. Pero a esta altura no me extrañaría que me dijeras que Michael Moore es también un agente de la CIA.
Oscar Cuervo critica con su moral y ética el «despreciable sistema yanqui de colonialismo» y lo hace desde su TABLET a la cual el otro día no le sabía usar el teclado; igual hizo Roger desde su MAC. Lo gracioso es que justamente koza y cuervo tienen una tablet y una mac porque personas como maya y demás TORTURAN Y MATAN: cuervo y koza DISFRUTAN (directa y/o indirectamente) los beneficios (en este caso, tecnológicos) que «ese» sistema yanqui tan asesino les da ya sea para trabajar o boludear. De hecho, por cada peso que ponen para comprar su tablet o mac no hacen más que aportarle un peso más a ese sistema para que siga torturando y matando y desarrollando tablets y mac entre otras cosas más y acá viene el problema de «la moralina fácil» que pujato, calculo, intentó evitar analizando la película sólo «estéticamente». Pues bien, bigelow es como maya y su amiga escuchando a obama decir «que no se tortura más»: callando cómplices, con algo de vergüenza pero con aceptación: pues «esta forma» -la tortura, la violencia, la mentira…- es «la» forma por medio de la cual, ese sistema tiene los beneficios que tiene y que disfrutan desde el yanqui más básico hasta el roger koza más koza. Por lo tanto, ese lugar intelectualoide tan común y CÓMODO de criticar esta película (bastante pasatista por cierto) casi desde un punto de vista meramente moral (¿ideológico?) es un cliché de un grado de hipocresía total (prividera como clásico ejemplo). ¿Te gusta tu tablet y tu mac?: pues bien, las tenés, entre otras cosas, porque estos tipos torturan y matan en el mundo para «resguardar» un sistema que justamente, fabrica tablets y macs que después vos comprás, así que cuando se critica la «moral americana» hay que criticarse al mismo tiempo la propia viendo qué tanto uno disfruta de ese sistema que consigue lo que consigue, a través de esa (nefasta) moral justamente.
Por otro lado, CUERVO ES UN TIPO QUE APOYÓ CON LUCES Y BENGALAS EN SU BLOG UNA PELÍCULA UNAS 2000 VECES MÁS PELIGROSA Y CONDENABLE IDEOLÓGICAMENTE HABLANDO QUE LA DE BIGELOW Y QUE FUE «NÉSTOR, LA PELÍCULA». Todo dicho cuando el muchacho habla de «fundamentalismos», ¿no?
Saludos
Gustavo: aquí, desde la limusine con Pattison, y con un I-Phone 14, todavía, lógicamente, no salió en el mercado, pero nosotros los grandes ya lo tenemos, te mando un saludo Manzana. RK
Está perfecto que lo tengas, habla bien de tu grandeza justamente; beso grande a Juliette si sube -a samantha no y a cronemberg menos- y descuidá, no hace falta que hagas el «lapsus-lástima» que te suele salir onda «escribí mi libro desde un cyber» como para descargar ¿culpa? y me hables de tu viejo y querido (supongo) nokia 1100 con linternita. Saludos para vos y qué bueno que el kirchnerismo (versión SRT ¿recargado? – filial córdoba) no levante tu programa.
PD: «manzana mordida» tendría que haber sido tu saludito: hubiera sido más coherente calculo
El mordaz Gustavo no puede con su genio e ingenio: siempre con la última palabra. Sí, mi viejo Nokia… Ya le di el mensaje a Juliette, pero Samantha pregunta por vos. Dado que el Nokia no funciona te mando desde mi Android 7021 Q un mensaje y vemos qué hacemos.
Es de agradecer que existan Oscar Cuervo y Roger Koza. Leerles sus análisis sobre «Argo «y «La noche más obscura» es volver a creer que la buena crítica todavía puede hacerse. Por desgracia, en mi país ,Panamá, casi ningún profesional del cine fue capaz de advertir lo que son esas dos funestas cintas en el fondo. De nuevo, gracias.