LA PRIMERA VEZ
UNA SEMANA (One Week, EUA-1920) de Buster Keaton y Eddie Cline, c/Buster Keaton, Sybil Seely, Joe Roberts. 22’.
LAS TRES EDADES (The Three Ages, EUA, 1923) de Buster Keaton y Eddie Cline, c/ Buster Keaton, Margaret Leahy, Wallace Beery, Joe Roberts, Horace Morgan, Lillian Lawrence. 65’.
La importancia que tenía el formato corto para los cómicos justifica otorgarle esta doble entrada a Buster Keaton, cuya obra se agiganta con el paso de los años. En rigor, su primer corto había sido otro (THE HIGH SIGN) pero Keaton no quedó conforme con el resultado y decidió postergar su estreno varios meses. UNA SEMANA y LAS TRES EDADES comparten estructuras narrativas muy definidas, dentro de las cuales Keaton desarrolla escenas que son casi sketchs autónomos, prodigios de improvisación controlada. En ambas películas ya se despliega su prodigioso talento para resignificar los objetos, para diseñar acciones de precisión coreográfica y para narrar en términos clásicos. Ya desde estos tempranos films, cada encuadre de suyo es el mejor posible para narrar la acción. En UNA SEMANA, además, el dispositivo cinematográfico mismo se evidencia como motivo cómico. En tren cinéfilo, LAS TRES EDADES es una cariñosa sátira de INTOLERANCIA (1916) de Griffith, con el amor en lugar del odio, pero sus objetivos trascienden esa referencia inicial para meterse con varios otros lugares comunes de la cultura popular, como BEN HUR (a esa altura el libro y sus adaptaciones teatrales, no la película) o la historia bíblica de Daniel en el foso con los leones. Ya desde sus primeros films era evidente que para el humor keatoniano no habría nada sagrado.
SOBRE MUJERES DIFERENTES (O necem jinem, Checoslovaquia-1962) de Vera Chytilova. Libr.: Vera Chytilova. Fot.: Jan Curik. Mús.: Jirí Slitr. Elenco: Eva Bosakova, Vera Uzelacova, Josef Langmiller, Jiri Kodet. 90’
Como lo indica su título, este es un film sobre dos mujeres tan distintas que sus vidas no se cruzan nunca: una es una ama de casa con un hijo pequeño y la otra es una gimnasta multipremiada que se prepara para su última competencia internacional. A medida que el relato avanza, sin embargo, resulta evidente que ambas mujeres coinciden en algunas cosas: las dos están atravesando graves períodos de crisis en sus respectivas vidas y se sienten agobiadas hasta la desesperación. Eventualmente, las dos encuentran válvulas de escape que las obligan a tomar distancia y ver las cosas en perspectiva. Las conclusiones de ambas –así como las decisiones que toman en consecuencia- también resultarán similares. Esta ópera primera de Vera Chytilova fue una de las primeras películas importantes de la renovación que experimentó el cine checo durante la década del ’60, y mantiene intacta su pertinencia y su originalidad formal. Anticipándose treinta años al cine iraní, la realizadora tensa los límites entre realidad y ficción, no sólo al utilizar material documental sobre Bosakova, que era gimnasta en la vida real, sino también en el trabajo de improvisación con que elaboró las escenas de cotidianeidad del ama de casa y su hijo, quien llega a declarar entre llantos: “No quiero filmar más”.
TIRO FIJO (Straight Shooting, EUA-1917) de John Ford, c/Harry Carey, Duke R. Lee, George Berrell, Hoot Gibson, Molly Malone, Vester Pegg. 50’ aprox.
Ford había llegado al cine de la mano de su hermano Francis, que era un actor y director consagrado. En 1917 tuvo su primera oportunidad para dirigir y, tras foguearse en un puñado de films cortos, realizó este film largo que consolidó la imagen del actor Harry Carey. Hay algunos elementos, como la conversión del protagonista ante la visión de la mujer ideal, que delatan la influencia de William S. Hart, el gran arquitecto del western mudo. Pero en la melancolía de ese personaje, en sus encuadres inconfundibles, en el humor rústico y, sobre todo, en la voluntad de definir un sentido épico por encima del drama individual, TIRO FIJO anticipa buena parte de los recursos expresivos que Ford refinaría luego en sus westerns sonoros. El film estuvo perdido durante décadas hasta que una copia prácticamente completa apareció en la República Checa pero sólo hace pocos meses se hizo un máster de calidad aceptable, que es el que exhibiremos en esta oportunidad.
EL LLANTO DEL ÍDOLO (This Sporting Life, Gran Bretaña-1963) de Lindsay Anderson, c/Richard Harris, Rachel Roberts, Alan Badell, William Hartnell, Colin Blakely. 129’.
Un joven minero llega a ser una estrella del rugby, pero su celebridad y la consecuente solvencia económica no le permiten llegar muy lejos en la rígida estratificación de clases de la sociedad británica: los ejecutivos de su club lo consideran poco más que un animal y el objeto de su deseo, una viuda retraída, se muestra incapaz de corresponder a su amor. La crudeza descriptiva del film tuvo su base en la novela homónima de David Storey, pero su vigor formal fue mérito del director Lindsay Anderson, cuya única experiencia cinematográfica previa había sido en el terreno del cortometraje documental. Anderson fue primero un crítico lúcido y después el más angry de los angry young men, que renovaron el cine británico desde fines de los ’50. Por alguna razón mercantil, seguramente ridícula, esa nueva ola británica no tiene hoy en día tanta buena prensa como la francesa. Sin embargo, dejó un número equivalente de obras maestras y fue mucho más explícita en el abordaje de ciertas heridas sociales.
BARRAVENTO (Brasil-1961) de Glauber Rocha, c/Antonio Sampaio, Luiza Maranhao, Lucy Carvalho, Aldo Teixeira, Lidio Cirillo Dos Santos. 80’.
El primer largo de Glauber Rocha es también un film fundacional del Cinema novo brasileño, uno de los movimientos renovadores más fértiles que conoció el cine latinoamericano. Su acción transcurre en una aldea de pescadores del norte brasileño, adonde regresa uno de sus habitantes tras probar suerte en la ciudad. Ese regreso provoca tensiones de diverso grado en la aldea, que parece resignada a la explotación que padece. Hay otra tensión evidente, aunque extradiegética: la que divide al propio realizador entre la justicia de su denuncia y la fascinación sensual con que filma los rituales que refuerzan el carácter de la aldea. Ese conflicto en el propio punto de vista del film quizá refleje el que dividió a Rocha y a su amigo Luiz Paulino Dos Santos, que originalmente iba a dirigirlo y terminó acreditado sólo como coguionista. Tiempo después, Rocha escribió que BARRAVENTO “sólo le pertenece al pueblo en marcha, que es el negro. Afirmación de una raza esclava y víctima de racistas, antropólogos, sociólogos y artistas, el sentimiento negro es el mayor del mundo y es él quien hace al brasileño vibrar en el carnaval y en el fútbol, dos manifestaciones peligrosas para los industriales del hambre”. (Fotograma de encabezado)
Fernando Martín Peña / Copyleft 2020
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Horarios:
JUEVES 3
21:00 UNA SEMANA + LAS TRES EDADES, de y con Buster Keaton
23:00 LOS ÁNGELES DEL PECADO, de Robert Bresson
VIERNES 4
21:00 SOBRE MUJERES DIFERENTES, de Vera Chytilova
23:00 ALICE, de Jan Svankmajer
SÁBADO 5
18:00 TIRO FIJO, de John Ford
20:00 EL LLANTO DEL ÍDOLO, de Lindsay Anderson
22:30 EL COLOSO DE RODAS, de Sergio Leone
DOMINGO 6
20:00 DUETO PARA CANÍBALES, de Susan Sontag
22:15 BARRAVENTO, de Glauber Rocha
Todas las películas se ven aquí: MALBA.
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