LAS ENTREVISTAS DEL BAFICI 2013 (01): MARCELO PANOZZO
EL CARNAVAL DE LA CINEFILIA
Por Roger Koza
En una película coreana casi desconocida, Tony Rayns, the-Not-So-Distant-Observer, de Seo Won-tae, el destacado escritor y cineasta Lee Chang-dong dice a propósito del crítico y programador británico: “Tiene una gran intuición sobre lo que es real y lo que es falso”. Marcelo Panozzo, reconocido crítico de cine, programador y ahora director artístico del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, el famoso BAFICI, sabe que justamente el problema de todo festival pasa por ese acto epistemológico: “Hay un concepto que me encanta de ciertos restaurantes y es el de la “pesca del día”. Mejor aún, la idea de ir al puerto o al mercado y ver qué es lo mejor, lo más fresco, lo que será más sabroso”. La metáfora gourmet no es caprichosa, pues un festival de cine como el BAFICI opera como un dieta audiovisual de una riqueza insólita que cualquier espectador acostumbrado a la homogeneidad pauperizada de la cartelera desconoce.
Hace quince años que el BAFICI ha cambiado un modo de entender el cine y de relacionarse con él. No se trata de un privilegio para porteños sino para gente de todo el país y países limítrofes, que vienen al BAFICI como si se tratara de una peregrinación a la meca (del cine). Hasta ahora, lamentablemente, el festival no ha podido alterar la estructura de la distribución y la demanda en Argentina, pero quien pasa por el BAFICI ya no es el mismo.
Panozzo, que había trabajado como programador en la mítica era del BAFICI dirigido por Quintín, tiempo de ostensible consolidación internacional del festival, tiene muy en claro las trampas endógenas del cine de festivales: “Hay mucho pescado podrido en los festivales, un cine hecho a la medida del dinero (de los fondos de ayuda, de los premios), un cine que busca satisfacer el gusto de los otros de un modo aún más descarado que el de Hollywood, que nace muerto o al menos asfixiado por ese puñado de público-target que los directores parecen tener en la cabeza”. La sentencia, taxativa, invalida los prejuicios y el espíritu conservador de los que todavía insisten con que el festival es elitista. Ir en búsqueda de un cine libre nada tiene que ver con el elitismo sino más bien con el inconformismo. El BAFICI ha sido siempre un carnaval inconformista: once días de libertad, sin superhéroes ni efectos especiales.
Vanguardia y género
Panozzo llega en reemplazo de Sergio Wolf. Es su debut, justo cuando el festival cumple quince años. Hay cambios visibles en el concepto general, pero la identidad del festival no se ha debilitado. El BAFICI sostiene desde el principio una filosofía práctica de independencia; en todo caso, muta y hay variaciones en sus criterios y diseños.
El rasgo característico de esta edición es la redefinición de una competencia anteriormente denominada “Cine del Futuro”, hoy rebautizada “Vanguardia y Género”. En estos dos términos antitéticos se cifra lúcidamente la nueva identidad del festival. Dice Panozzo: “Vanguardia y Género y algunos otros de los cambios en esta edición tuvieron que ver con eso: evitar en la medida de lo posible el pescado podrido”. Y agrega: “Una vez que decidimos que la segunda competencia pasara a ser ésa, una vez que tomamos la decisión de que las películas de género y las experimentales pasaran al centro mismo de la escena y abandonaran esos sitios un poco laterales que suelen tener, nos pusimos a trabajar en paralelo con la sección de hits, que de algún modo reemplaza a los viejos “clásicos recuperados”, que tienen que ver con la mejor tradición del BAFICI”.
Esto sin duda explica que haya una retrospectiva íntegra del gran cineasta brasileño Júlio Bressane y que al mismo tiempo se honre al gran director argentino Adolfo Aristarain con otra retrospectiva completa.
Pero el gran invitado de esta edición es el maestro coreano Hong Sang-soo. Panozzo señala la pertinencia de esta retrospectiva con suma claridad y precisión: “Quince años es un momento bueno para mirar hacia atrás, y si hay un cineasta que creció en paralelo con el BAFICI, ése es Hong. Por eso, apenas nos manifestó su intención de venir a Buenos Aires, nos pusimos a trabajar en la retrospectiva. Creo que es un símbolo perfecto del BAFICI en pasado, presente y futuro”.
Las películas argentinas
En la última década, programadores de todo el mundo han venido al BAFICI en búsqueda de lo mejor del Nuevo Cine Argentino. Fue en el BAFICI donde filmes cordobeses como Yatasto, Criada y El espacio entre los dos tuvieron su primer encuentro con ojos extranjeros. La apertura de la administración Panozzo con el cine del interior es la misma de siempre, pero las películas deberán pasar por el criterio gourmet: “Aquí se aplica lo de la “pesca del día”. Primero ver la película y recién después pasar a los detalles”.
Habrá muchas novedades en la competencia argentina: el cineasta independiente Iván Fund presenta AB, un film en 3D; Santiago Loza estrenará La paz; un viejo independiente como Raúl Perrone presenta Pendejos; y habrá nuevos cineastas a descubrir.
En la competencia internacional siempre se incluyen tres películas argentinas. Solían ser estrenos mundiales. Aquí también hay una bienvenida novedad: “Hay un estreno mundial en la competencia internacional y es Acá adentro; y Leones y Viola están allí porque privilegiamos el mejor cine argentino reciente. Me parece que una película como Viola es infinitamente más valiosa que la cucarda de “Premiere Mundial” que le puedas poner al lado. Por otro lado, entiendo que los descubrimientos de los festivales son importantes, hacen a su identidad. Pero veo en la obsesión con la cucarda (Premiere Mundial, Premiere Latinoamericana, etc) un gesto de un provincianismo medio rancio. Si en la competencia de este año hubiésemos tenido tres premieres mundiales y hubiésemos dejado afuera Viola y Leones nos mereceríamos ir al infierno de los programadores, que seguro es un lugar horrible”.
El BAFICI arranca mañana y durará hasta el 21 de abril. Se verán más de 400 películas, habrá invitados internacionales, presentaciones de libros y conferencias para todos los gustos. Son oncedías de gracia, libertad y cinefilia. Sucede a 700km de Córdoba. No es tan lejos.
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Bonus Track 1
Roger Koza: ¿Qué tipo de dinámica tienen entre los programadores y vos a la hora de elegir un film o vetarlo?
Marcelo Panozzo: Discutir. Así de simple. Y confiar. Si un programador está muy convencido de que una película tiene que estar y sus argumentos son sólidos, esa carta me vale, no necesito que además la película «me guste». Me llevo de esta previa el placer enorme de haber trabajado con un equipo de programación extraordinario y de haber mantenido con ellos horas y horas de charlas y discusiones para intentar ver lo que siempre tratamos de ver: qué es el cine.
RK: Uno de los temas sensibles del BAFICI es la cuestión de su presupuesto. Siempre se discute, nunca llega a entenderse si el festival cuenta con el dinero que necesita. Se trata de un problema político doble: hace a la independencia del BAFICI y también evidencia su relación económica con el gobierno de la ciudad. ¿Cómo ves el tema?
MP: El festival cuenta con el dinero que necesita y la evidencia es el festival mismo. ¿Estaría bien tener más? No estoy tan seguro. Es decir: naturalmente siempre es bueno tener dinero de sobra, pero también hay que tener en cuenta qué tipo de festival hacemos y en qué país vivimos. Son variables que no quiero tomar de manera frívola.
RK: ¿Es posible que un par de películas importantes tal vez no hayan estado por cuestiones de dinero? Supongo que los screening fees de los últimos films de To, Dumont, Muratova, incluso De Palma, que bien podría haber sido un ícono de “Vanguardia y género”, resultan altísimos. También me consta que tuvieron interés por una retrospectiva del maestro Pelechian (o al menos fue un rumor fuerte), y estoy seguro que invitarlo podría haber salido una fortuna. ¿Cómo está el BAFICI en estos términos?
MP: Aquí aprovecho para completar la respuesta anterior: ninguna película de este festival dejo de estar por razones de presupuesto. Creo que incluso sobró algo del presupuesto de fees. Pero esa no es la única variable (y definitivamente es la menos importante) para que una película no esté. Las negociaciones con los vendedores internacionales se han endurecido mucho en los últimos años. Entiendo que la crisis de la exhibición los obliga a trazar un plan muy puntilloso (en mi opinión con no demasiada eficacia) para el lanzamiento en el circuito de festivales, y este año hubo películas que no pudimos tener porque los vendedores decidieron «guardarlas». También hay películas que decidimos no dar y otras que van a tener su estreno argentino durante el año (Korine, De Palma) y no tenía sentido pelear por ellas. Lo mejor que puede pasar es que las películas lleguen, y si no es en el marco del BAFICI no importa demasiado. Me interesa más una pantalla diversificada todo el año que la película de De Palma en el BAFICI
RK: ¿Cuáles sería tus planes futuros para el festival? ¿Qué imaginás de aquí a unos 4 años?
MP: De aquí a cuatro años imagino ya no estar. Creo que la alternancia es muy sana para un festival tan grande como este. Bah, creo que la alternancia es sana siempre, y en este país no se la toma demasiado en cuenta. Mientras tanto, ojalá que algo de lo que está haciendo este equipo quedé incorporado al espíritu del festival, así como sucedió con las cosas que hicieron los anteriores directores y programadores. Acaso sea mucho pedir, pero bueno, es ese el anhelo.
Bonus Track II:
LAS RECOMENDACIONES DE UN PROGRAMADOR DEBUTANTE
Fran Gayo venía trabajando en el BAFICI en el departamento de “Tráfico”, pero en esta edición ha pasado a formar parte del equipo de programación. Con una vasta experiencia en el tema, dice algunas cosas y recomienda:
“Es probable que las películas listadas abajo no sean a priori las más buscadas o celebradas del festival; creo que ninguna de ellas es de las que se suelen destacar cuando algún medio hace adelantos de programación con imágenes. No son tampoco de esos films que se quedan sin localidades en cosa de dos días. Pero para mí en ellos se esconde un componente importante que se ha mantenido en la propuesta del BAFICI durante estos 15 años: el cine como un medio para confrontar al espectador con sus propias certezas, como una prueba de fuego, un cuestionamiento… Todas ellas giran en torno a la identidad (cultural, geográfica, de clase…) y el modo en que la colisión entre pasado y presente afecta al modo de pensarnos”.
1. Make It New, John (Duncan Campbell
2. Dime quién era Sanchicorrota (Jorge Tur)
3. The Poor Stockinger… (Luke Fowler)
4. Cabeza de ratón (Ivo Aichenbaum)
5. A World not Ours (Mahdi Fleifel)
Esta entrevista fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de abril de 2013
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