LAS PELÍCULAS DE ANGELA SCHANELEC (03): MEIN LANGSAMES LEBEN / PASSING SUMMER
Mein langsames Leben / Passing Summer, Angela Schanelec, Alemania, 2001
El montaje es la operación por excelencia por la cual un plano, el equivalente a un fragmento aislado de un instante, adquiere en el encadenamiento con otros planos un orden de progresión al que se le otorga una dirección. Esa operación no es muy diferente a la que realiza la conciencia para enlazar instantes y producir un esquema vital de continuidad. Pero ¿qué sucede cuando una película desobedece este mandamiento narrativo? ¿Qué pasa si cada segmento filmado no evoluciona hacia un fin?
Este es el problema que presenta Mein langsames Leben. Todo lo que gira en torno a la vida de la joven escritora Valerie no avanza hacia a ningún lugar. Su gran amiga está a punto de partir a Roma; más tarde su padre (siempre en un preciso semifuera de campo) puede llegar a morir y con su hermano tendrán que tomar decisiones; sus amigos berlineses también atraviesan problemas mientras educan a sus hijos; la niñera del hijo de su novio contrae matrimonio.
Los actos cotidianos en sí no son extraordinarios, pero tampoco son insignificantes. La clave radica en qué tipo de atención se les dispensa y, aquí, en cómo filmarlos. En ese sentido, Schanelec puede transformar con un simple travelling la caminata de un matrimonio divorciado con su hijo en un evento estético (y no es este el travelling más vistoso: hay un notable paseo en una plaza en el que los personajes entran y salen de cuadro, una escena visual y sonoramente magistral).
Que el film se desentienda de proponer un conflicto central que debe desenvolverse en tres actos y alcanzar una cúspide narrativa no significa que se entregue a la monotonía. Lo que lleva el pulso narrativo del film es la intensidad emocional de Valerie. Las acciones de los otros y los sucesos que tienen lugar afectan a ese personaje. Valerie se siente feliz bailando con su hermano; siente misericordia al encontrarse con una mujer importante en la vida de su padre; siente perplejidad ante una mujer conocida de su novio que en el banco de una plaza confiesa anhelar otra vida. El film está vivo.
Roger Koza / Copyleft 2017
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