La forma exacta de las islas, Edgardo Dieleke y Daniel Casabé, Argentina, 2012

Por Roger Koza

No es fácil pensar y filmar las Malvinas: el nacionalismo, una guerra absurda, la manipulación pretérita de unos rufianes en el poder sobre el imaginario de un pueblo, la antipatía de dos siglos frente al imperialismo británico atraviesan el espacio simbólico con el que se discute e imagina un problema de soberanía. Las películas sobre aquel insólito episodio bélico de la Historia nacional van desde la idiotez de recuperar las islas embarazando a todas las mujeres isleñas gracias al plan de un semental criollo (Fuckland) hasta una versión cómoda y correcta sobre el dolor de una guerra y su presunta causa legítima (Iluminados por el fuego).

 La forma exacta de las islas, de Edgardo Dieleke y Daniel Casabé, es una excepción a la regla: su punto de vista incorpora el insoslayable humanismo para registrar el dolor de los ex combatientes, pero asume un riesgo transgresor: desvincula ese sufrimiento de la gesta patriótica y del heroísmo concomitante.

A partir de una tesis sobre el lugar que ocupa la guerra de Malvinas en la literatura argentina, Julieta Vitullo viaja a las islas y allí conoce a dos ex combatientes. Los directores registran y combinan diversas perspectivas sobre la relación que se establece entre la Historia, los discursos y la identidad. Se trata, probablemente, de la mejor película argentina sobre el tema.

Roger Koza / Copyleft 2013