LAS PELÍCULAS DE UNASUR 2013 (03)
7 cajas, Juan Carlos Maneglia y Tana Schembori, Paraguay, 2012
Por Marcela Gamberini
Que Víctor un chico de 18 años que maneja una carretilla, llevando y trayendo bultos en el mercado central de Asunción quiera ser famoso, salir en la tele, es lo de menos. Que tenga una hermana que trabaja de ayudante de cocina en un restaurante chino y se enamore del hijo del dueño, también es un dato menor. Que Víctor sienta cierta atracción sexual por una chica que lo acompaña en su carrera, es un dato de color. Lo verdaderamente importante es el trasfondo, lo que vemos que sucede alrededor de esa parejita que, como unos Bonny and Clyde latinos, escapan y escapan sin parar. El contexto es la esencia de 7 cajas. Esos planos cenitales que muestran los techos de una saladita infinita y urbana, colorinche y resbaladiza, imprevisible y violenta. Que Víctor sea carretillero, que la hermana sea explotada por el chino, que la amiga de a luz a su bebé casi en la cocina, que el carnicero sea parte de un secuestro extorsivo, que la policía sea coimera habla de un mundo hostil, violento, donde las reglas las pone la supervivencia del más vivo, como en una selva citadina. La alternancia brutal entre primeros planos y planos generales, el montaje alucinado, los planos enfocados desde abajo que hacen eje en las ruedas de la carretilla hacen que la película corra dinámica y veloz y en esa maratón se lleva puesto al espectador, golpeándolo con la miseria, la mugre y la sangre. Retrato de una Latinoamérica desesperada que se sumerge en la sangre y en la violencia con una facilidad asombrosa y a la vez se ríe de sí misma.
Metida en la corriente de la mejor tradición del cine oriental al estilo Johnny To o Takashi Miike, por nombrar solo algunos, Maneglia y Schémbori, sus directores hacen de esta película una comedia trágica, negra y picante y a la vez un thriller agudo, autoconsciente e hiperquinético donde no faltan las persecuciones, las amenazas, los disparos, la presencia parodiada de la policía; en definitiva pura acción. 7 Cajas logra llamar la atención por lo que dice, y por cómo lo dice, logrando una fuerte coherencia estética y política. Y a la vez logra instalar al cine paraguayo en la pantalla grande, bienvenidas sean estas producciones latinoamericanas que se animan a correr riesgos, mostrando su propia identidad, su propio ser nacional, con coraje y valentía.
Marcela Gamberini / Copyleft 2013
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