LAS PELÍCULAS SECRETAS (52)
Jacques Rivette: el vigilante, Jacques Rivette: le veilleur, de Claire Denis, Francia, 1988.
Luego de las dos excelentes notas que leí (una aparecida en este blog de Roger Koza y otra de Diego Brodersen en Página 12) es muy poco lo que puedo agregar sobre la figura del cineasta Jacques Rivette, recientemente desaparecido. Tal vez solo recalcar la agudeza de algunos de sus artículos de su etapa como crítico (en particular la notable Carta sobre Rossellini) y resaltar que de los directores de la Nouvelle Vague es el más elusivo y difícil de clasificar. No hay en su obra la revulsiva ruptura del lenguaje ni el protagonismo político de Godard, ni el entrañable cariño que muestra Truffaut por sus personajes; tampoco la reflexión sobre la memoria y las constantes búsquedas formales de Resnais, ni la maciza coherencia de Rohmer, quien construyó su obra como un discurso único, solo ocasionalmente interrumpido, y menos la virulenta crítica a la burguesía francesa que propone Chabrol. En su cine, en cambio, abundan las sociedades secretas, las reflexiones sobre las relaciones del cine con otras artes y una mirada sobre Paris totalmente alejada de las turísticas habituales. Alejado por completo de las convenciones narrativas habituales y también de la duración standard de las películas, su obra, con varios títulos aun a descubrir, muestra a un director riguroso y ajeno a las modas y a cualquier tipo de concesión.
La notable serie Cineastas de nuestro tiempo, a cargo de Jeanine Bazin y André S. Labarthé y producida por el Canal Arte de la televisión francesa (conviene recordar que en esa serie Rivette le dedicó tres episodios a Jean Renoir), le encomendó a la gran cineasta Claire Denis la realización de un documental sobre JR y el resultado es este excelente film, que excede largamente las duraciones habituales de sus capítulos.
Para ello, Denis estructuró su trabajo a través de una entrevista-conversación entre Rivette y nada menos que el crítico Serge Daney, en la que abordan diversos aspectos de la obra del cineasta, intercalados con fragmentos de diversas películas. El film está dividido en dos partes (El día y La noche) y la primera comienza con Rivette en un museo contemplando la obra del pintor Fautrier, lo que dará lugar a una disquisición sobre la pintura. Habrá encuentros en bares y caminatas por zonas de Paris alejadas de las conocidas (como ocurre con las protagonistas de Puente del Norte, uno de sus films menos vistos), en los que se discutirá sobre la continuidad cinematográfica, la utilización del rostro en el cine, la necesidad de hacer cosas “fáciles”, que sean accesibles para los espectadores (algo que de algún modo se contrapone con su cine, digo yo), todo ello intercalado con pasajes de varias películas suyas. Así una intervención de Jean-Francois Stevenin uno de sus actores, está ilustrada con una notable secuencia de Out One. Se discutirá también sobre la soledad del cineasta, aunque Daney apunta la inexistencia de personajes solitarios en sus películas. Esa primera parte termina con una disquisición acerca de si el cine es un lenguaje o no, la inocencia de las imágenes del cine mudo y la detallada narración de Rivette de una escena de un film francés de la época.
La segunda parte es más intimista e introspectiva y comienza con una prolongada discusión sobre la última obra de Corneille y también se desarrolla un interesante intercambio sobre la curiosidad como constante en la obra de Rivette. La intervención de Bulle Ogier, la actriz fetiche de JR, y su imposibilidad de hablar de él íntimamente, confirma el carácter discreto y elusivo del director. Se hablará también de la duración de sus films, la influencia de Antonioni sobre el cine moderno y de la imposibilidad del director de tratar temas de actualidad. En esta parte, el tratamiento es más intimista, abundan los primeros planos de Rivette, sus silencios y los pensamientos inconclusos y la película terminará con un hermoso plano de Rivette mirando el amanecer desde una terraza. Una película de gran interés para acercarse al pensamiento del realizador y ratificar su imagen de cineasta en muchos aspectos enigmático.
Jorge García / Copyleft 2016
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