LAS PELÍCULAS DE TRANSCINEMA 2016 (02): ALL THE CITIES OF THE NORTH
LA CAPSULA DEL TIEMPO
Por Roger Koza
Todo territorio se vuelve inteligible si existe un mapa; del mismo modo que un hombre, para poder ser, necesita de un nombre. El mapa, además, presupone una historia, y eso también pasa con cualquier hombre que tiene un nombre.
En All the Cities of the North, la notable ópera prima de Dane Komljen, ningún hombre tiene un nombre y el lugar habitado también parece prescindir de un sustantivo que lo identifique. Esa desertificación simbólica se apoya en una física general de los cuerpos. La geometría obsesiva de todos los encuadres contrasta y se combina con la discreta evidencia de que las edificaciones y la naturaleza circundante evocan un paisaje sin referencias, como si el registro diera cuenta de la existencia de una aislada y poco numerosa comunidad de sobrevivientes que atravesó una catástrofe.
En verdad, más que un apocalipsis las imágenes sugieren abandono y desolación, matizadas por un tono elegíaco proveniente de una voz (en off) que en ocasiones organiza el microcosmos visible profiriendo versos, diálogos y relatos. El seguimiento de las tareas domésticas, algunos trabajos menores de construcción, los momentos de ocio y el descanso de los protagonistas (al inicio solo dos hombres, quizás una pareja, quizás no, después algunos otros) en este misterioso espacio deshabitado, que no es otra cosa que un hotel abandonado en Montenegro, se resignifica cuando se cita un hermoso texto de Simone Weil (Gravedad y gracia), un fragmento de Passion de Jean-Luc Godard y un poema de origen serbio.
También esa discreta y misteriosa voz alude a la vieja historia de Yugoslavia y a los pretéritos proyectos utópicos de algunas décadas atrás, en el único pasaje del film en que algunas fotos fijas revelan viejas ciudades industriales construidas por una empresa yugoslava en Laos. La arquitectura es siempre la expresión material de un proyecto social; cuando Komljen elige desdeñar la construcción de Brasilia también afirma un punto de vista (crítico).
Película inclasificable la de Komljen. Puede no emitirse ni una palabra, pero se expresan diversos estados de ánimo; la muda naturaleza acompaña y los animales también, incluso en ciertas instancias duplican la experiencia colectiva que parecen compartir los hombres, como se puede divisar en las espectrales imágenes finales donde prevalecen la solidaridad y el misterio.
Caídos de la Historia, o ya expulsados de ella, los últimos hombres de Komljen han encontrado, o más bien inventado, un mundo posible surgido de las ruinas. En este universo endeble y apacible, la palabra poética recobra su eficacia improductiva y todas las cosas que existen son filmadas como signos vitales de un esplendor alguna vez traicionado. Después de la Historia, la vida continúa.
Roger Koza / Copyleft 2016
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