LOS LABIOS
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
LOS OTROS
Los labios, Argentina, 2010.
Escrita y dirigida por Santiago Loza e Iván Fund
*** Hay que verla
Una película que merece (o merecía) mayor atención y más salas de exhibición; un film que dice mucho más de lo que parece y encuentra una forma para hacerlo
Siempre se habla de los otros, a menudo se usa una mayúscula, el Otro, lo que denota una existencia radicalmente diferente respecto de quien habla en nombre de un grupo distinto. Los otros pueden pertenecer a una religión extraña, hablar una lengua desconocida, ejercitar un estilo de vida envidiable, reprochable e incomprensible. ¿Cómo filmar la otredad? ¿Cómo filmarla cuando, además, es equivalente a los desposeídos? La compasión es tan asimétrica como la desconfianza y el desprecio.
Iván Fund y Santiago Loza parecen tener el secreto. Por un lado, la concepción de Fund según la cual la cámara es la extensión de su brazo implica un constante impulso por “tocar” la otredad: la mano y el rostro; o dicho de otro modo: tres médicas y una población al norte de Santa Fe donde las bondades del progreso ni siquiera son una promesa. Por otro lado, Loza, cuya obra se ha caracterizado por una inquietud sensible por el encuentro entre los hombres, ha insistido sobre la carencia como una condición universal del espíritu: todos necesitan de otro.
Los labios es una película de ficción de naturaleza documental. Las tres actrices (la gran actriz cordobesa Eva Bianco, Victoria Raposo y Adela Sánchez, quienes conmovieron a Claire Denis, la presidenta del jurado en Cannes 2010, en donde se llevaron el premio a la mejor interpretación) son tres médicas. Sus pacientes son los auténticos miembros de una comunidad santafesina. Ellos se interpretan a sí mismos. Sus relatos, sus padecimientos, sus esperanzas no son una ficción, pero nunca lo sabremos del todo.
Poco se dirá sobre el pasado de las tres médicas, pero en la interacción cotidiana se podrá intuir algo de sus personalidades. La psicología se revela en la conducta, aunque Fund y Loza parecen más interesados en la solidaridad e intimidad femeninas, un subtema del que se predica el título del filme.
Los labios habla una lengua extraña para el cine argentino. No es una película demagógica, ni de denuncia, y menos aún un relato narcisista de clase. Sus planos evidencian que la Argentina periférica es una suerte de escombro. La demolición y la escasez son la regla.
Pero Los labios es misteriosamente luminosa. Su pertinente perspectiva política se puede verificar en una escena extraordinaria en donde una de las médicas, después de una fiesta, se despertará en la cama de un hombre que (cantándole) la llevó a su casa. El sexo quedará en fuera de campo, pero la toma de conciencia de la médica al mirar alrededor y entender en un instante las condiciones de vida de su amante fugaz condensa la lucidez de la película.
Y después llegará el bellísimo plano final en donde los niños de la zona y las médicas juegan en el barro a la orilla de un río. Lo inconmensurable y la distancia con la vida de los otros quedarán estéticamente suspendidos por unos minutos. Es una esperanza razonable, incluso hermosa.
Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior durante el mes de junio 2011
Roger Koza / Copyleft 2011
En el mail me llegó como «sin valor».
Era una plantilla. Gracias. RK
Extraordinario trabajo con cámara en mano que permite no sólo acompañar el recorrido (el relevamiento de un estado de cosas) que hacen las médicas o trabajadoras sociales (no lo sabemos) sino también exhibir gestos de afecto o de dolor (una mano que recorre un brazo o un dedo, el llanto de una de las mujeres). El último plano es maravilloso y, según me parecer, debería haber durado más sin la intromisión de los créditos finales sobreimpresos) porque ahí se concentra el núcleo del film: el “enchastrarse” (en el barro), ese meterse/ese ingreso en la marginalidad, el desempleo, la malnutrición, la exclusión de pueblos enteros/comunidades relegadas. Se sabe más de los pobladores lugareños que de las protagonistas. El otro no puede ser entendido desde un afuera/desde la exterioridad.
Saludos, Roger.
Ema
Ema: siempre tuve la impresión de que el plano final tendría que haber durado más y los créditos, por ende, esperar. Pero quizás el impaciente ingreso de los créditos funciona como un elemento que neutraliza la belleza del plano, de tal modo que quede una huella y no se establezca en sí mismo como algo bello y esencial del film. RK
Sí, es verdad: la aparición rápida de los créditos neutraliza lo «bello» del plano final y lo desencializa. De acuerdo. Sin embargo, a mí me parece también que ahí hay otra apuesta del film que es filmar con luz natural (una cuestión de moral como ya se ha dicho). Por eso me hubiera gustado mayor duración por el solo hecho de haber sido filmado así. Vi Los Marziano, por ejemplo, y hay varios momentos que me molestan/hacen ruido precisamente por ese querer mostrarlo «todo» a partir del uso de luz artificial (mostrar, sobre todo, el rostro y sus gestos).
edf
El gran problema del film de Katz es el concepto de iluminación en exteriores. Concuerdo contigo. Saludos. RK