LOS OLVIDADOS: MICHAEL GORDON
Nacido en Baltimore en 1914 en el seno de una familia judía, luego de graduarse en la Universidad de Yale, Gordon comenzó a trabajar en el cine en 1940 como director de diálogos y editor, debutando como realizador en 1942, rodando en sus comienzos varios títulos encuadrados en la serie B sin mayor trascendencia, pero a partir de 1947 filmó una serie de películas de auténtico interés en las que desarrollaba temas polémicos como la eutanasia (o una de sus variantes), la mirada sobre la familia como una institución en la que la ambición y la codicia son los motores, la falta de escrúpulos para efectuar negocios o la conducta de un poblado al absolver a un presunto culpable de asesinato, a los que se agrega una buena adaptación de un clásico. Es posible que ese abordaje sea lo que dio lugar su inclusión en las nefastas listas negras del macartismo y lo haya obligado a exiliarse y provocara que entre 1951 y 1959 realizara un solo film en Australia. En ese último año regresa a los Estados Unidos y su carrera, con alguna excepción, transitó desde allí hasta su retiro en 1972 por la realización de comedias rutinarias e irrelevantes. Michael Gordon falleció en California en 1993.
Curioso caso el de este director, ya que su carrera se puede dividir claramente en tres etapas, una primera entre 1942 y 1943 , en la que realizará unos pocos films de bajo presupuesto y sin ninguna trascendencia. Es el período que va de 1947 a 1951, el que constituye el núcleo central y más interesante de su obra donde rueda varias películas en algunos de los cuales, como se dijo, trata temas incómodos para la ideología macartista imperante en esos años lo que, agregado a su simpatía por las ideas de izquierda y su participación en reuniones de esos grupos, provocó que rápidamente fuera acusado de comunista e incluido en las listas negras del Hollywood de la época, algo que lo obligó a exiliarse. No es casual, además, que en varias de sus películas hayan participado como actores o en el guion figuras que luego formaron parte de esas listas. En esos films, Gordon muestra un notable pulso narrativo, logrando dotar a cada plano de una gran intensidad, trabajando en ellos con precisión el montaje dentro del cuadro. Esto sumado a su fluidez para manejar la cámara lograba que algunas escenas con riesgo de bordear lo teatral lo eludieran con elegancia. Además, en esos films mostró una gran capacidad para definir a los personajes y conseguir buenas actuaciones, incluso de actores no demasiado relevantes. En el período de su exilio solo pudo filmar una película y a su regreso a los Estados Unidos pareció convertirse en otra persona, ya que abandona todo atisbo polémico y se dedica a realizar -con la excepción de un thriller de gran presupuesto y un mediocre western- una serie de comedias sobre enredos matrimoniales, algunas exitosas pero sin mayor interés, perdiendo su cine el atractivo de sus mejores años. Vayan entonces las recomendaciones de las películas de su período más interesante (más una).
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LA TELARAÑA (The Web, 1947) Acusado de un crimen que no cometió, un abogado que trabaja de guardaespaldas de un empresario decide investigar el caso por su cuenta y se ve envuelto en una madeja ingobernable de acontecimientos. Thriller de sostenido ritmo con un guion muy bien construido y un casting excelente en el que se destacan el grandote William Bendix y Vincent Price, haciendo gala de su presencia y su voz melifluas y viscosas.
ESTIRPE MALDITA. (Another Part of the Forest, 1948) está basada en una obra teatral de Lillian Hellman y es una mirada impiadosa sobre un grupo familiar dominado por un tiránico patriarca (excelente Fredric March). Buena parte de la película transcurre en un único espacio, pero Gordon evita con inteligencia la teatralidad. Debe de haber pocos films de esos años que muestren una galería semejante de personajes dominados por la ambición y la codicia.
PIEDAD CRIMINAL (An Act of Murder, 1948) está centrado en un juez estricto e inflexible (otro gran trabajo de Fredric March) que ve cambiar drásticamente su vida cuando a su mujer se le diagnostica una enfermedad incurable. Ante el sufrimiento irreversible de ella decide provocar un accidente en el que la mujer muere y al ser acusado de intencionalidad decide juzgarse a sí mismo. Un film de un intenso dramatismo y marcadamente polémico.
PRISIONERA DEL AZAR (The Lady Gambles, 1949) Barbara Stanwyck interpreta con su habitual solvencia a la esposa de un escritor que entra en una desenfrenada pasión por el juego que la va degradando progresivamente, a lo que se suma el acoso de otro hombre. Buen estudio de caracteres y una narración sólida y eficaz provocan que el film sea un atractivo relato.
BODAS SANGRIENTAS (Woman in Hiding, 1949) tiene un comienzo que la emparienta con el de Sunset Boulevard pero pronto el relato deriva en el caso de una mujer a quien su marido quiere asesinar para quedarse con una fábrica de la que ella es la principal accionista. La mujer cambia de identidad y se fuga a otro estado donde conocerá a un ex militar que intentará ayudarla. El comienzo y el final son lo mejor del film, con un convincente villano interpretado por Stephen McNally.
CYRANO DE BERGERAC, 1950, es posiblemente una de las mejores adaptaciones hollywoodenses de una obra clásica, la obra teatral de Edmond Rostand. José Ferrer realiza una gran interpretación del protagonista, perdidamente enamorado de una joven doncella, lo que le valió ganar un Oscar. Un film que, más allá de sus momentos en los que no pude evitar la teatralidad, está impregnado de un trágico romanticismo.
AMBICIÓN DE MUJER ( I Can Get It For Your Wholesale, 1951), Con guion de Abraham Polonsky, otro blacklisted, el film está ambientado en el mundo de la moda donde una diseñadora trata de posicionarse como una figura preponderante. A pesar de su tono de comedia, el film describe de manera minuciosa y sin tapujos la naturaleza inescrupulosa del mundo de los negocios en el que los únicos motores parecen ser el sexo y el dinero.
PUEBLO SIN HOMBRES (The Secret of Convict Lake, 1951). Atípico western en el que un grupo de convictos fugados de la cárcel llega a un extraño poblado solo habitado por mujeres (los hombres se han ido en busca de trabajo) y la tensión asciende cuando uno de los fugados se anoticia de que el hombre al que busca para vengarse por haberlo acusado de un crimen está entre los ausentes. Represión sexual de las féminas y otro interesante estudio de caracteres.
RETRATO EN NEGRO. (Portrait in Black, 1960). Posiblemente el único film decoroso de la última etapa del director, un thriller producido por Ross Hunter, en brillantes colores y con un reparto de estrellas. El film, en el que un triángulo pasional deriva en una historia de crímenes y chantajes, tiene algunos buenos momentos pero está perjudicado por un inconvincente reparto y la abundancia de clisés.
Jorge García / Copyleft 2023
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