Nacido en Londres en 1916, Roy Ward Baker empezó a ser parte del cine cuando entró a trabajar en los estudios Gainsboriugh en 1934, primero como cadete y tres años después como asistente de dirección. Durante la guerra formó parte de la Army Kinematograph Unit, que dirigía Eric Ambler, quien fuera guionista de varias de sus películas, dirigiendo luego varios documentales. Su debut en el largometraje se produjo en 1947 con Octubre me condena; luego de algunas películas en Inglaterra, entre 1951 y 1956, estuvo en los Estados Unidos, donde dirigió varias películas de diversos géneros, en particular dramas de distintos orígenes. Más tarde, el  cineasta retornó a Inglaterra , especializándose  a partir de mediados de los 60 en el género de terror, donde consiguió varios títulos atractivos. También allí trabajó mucho en la televisión, dirigiendo muchos capítulos de la mítica serie Los Vengadores, retirándose en 1997. Roy Ward Baker falleció en Londres en el año 2010.

Recordado hoy solo por algunos de sus títulos del género de terror que dirigiera para la Hammer y la Amicus, Baker ha realizado, como se dijo, varias películas de interés en otros terrenos, mostrando un seguro oficio narrativo. En sus mejores films hay un trabajo de cámara que, en ocasiones, bordea el virtuosismo; es reconocible su laborioso y efectivo uso del montaje, además de de ser un muy buen constructor de climas, generalmente oscuros y ominosos. Hay otros dos aspectos que se pueden resaltar en sus películas: un tono realista, casi documental, en muchos pasajes de sus obras -algo particularmente notorio en La ultima noche del Titanic– y la presencia de un componente religioso que, en varias ocasiones, aparece en los finales de sus films. También hay que destacar la originalidad de algunos de sus films de terror: el caso de la insólita variación sobre El hombre y la bestia que realiza en El Doctor Jekyll y la Señora Hyde o el desbordado erotismo de Amores de vampiros. Roy Ward Baker fue un director en líneas generales interesante, con algunos rasgos de originalidad, algo que provoca que sea recordado en esta nota. Como siempre recomendaremos algunas de sus mejores películas.

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OCTUBRE ME CONDENA (The October Man, 1947) es la primera película del director: protagonizada por un químico al que su pequeña hija se le muere en un accidente, quedando por esa causa con problemas mentales, lo que provica que se lo acuse de un crimen que no cometió. Con guion de Eric Ambler, el film es un relato de creciente suspenso, con un hombre acosado y en permanente fuga, tratando de probar su inocencia.

HEROES DEL MAR (Morning Departure, 1950) está basada en una obra teatral que describe el caso real del accidente de un submarino, fatal para algunos de sus ocupantes. Film tenso y claustrofóbico, en el que la rotura de algunos botes provoca que no todos sus tripulantes puedan salvarse, tiene un potente crescendo dramático, luego de un sorteo en el que algunos de los tripulantes saben que no podrán sobrevivir.

NUNCA TE OLVIDARE (I´ll Never Forget You, 1951) es un curioso y atractivo melodrama de época en el que un investigador científico que vive en Londres consigue retornar al pasado, al siglo XVIII, época en la que vivieron algunos de sus antepasados. En el viaje se enamorará de una hermosa muchacha, y en su regreso al presente ofrecerá inesperados resultados; es un film impregnado de un fuerte romanticismo.

INFIERNO ( Inferno, 1953) es un logrado ejercicio de suspenso en el que un millonario (Robert Ryan, excelente como siempre, aquí con una pierna rota) es abandonado en medio del desierto por su esposa y un amigo, secreto amante de ella. Gran utilización del paisaje desértico y momentos de gran tensión emocional, que culmina con el gran climax de la secuencia final.

EL QUE SE FUE (The Man Who Got Away, 1957) está basado en el hecho real de un prisionero alemán que tras varios intentos fallidos de escapar en Inglaterra logrará hacerlo en Canadá y retornar a Alemania, donde morirá al poco tiempo en un combate aéreo. Un registro por momentos casi documental, y una irónica mirada sobre la oficialidad inglesa en un film con varias secuencias muy logradas.

LA ULTIMA NOCHE DEL TITANIC (A Night to Remember, 1958) es una vigorosa recreación de la catástrofe marítima y de las mejores que se han hecho sobre el tema. Una atractiva caracterización de personajes, excelente trabajo de montaje y un último tercio del film en el que -a medida que el barco se hunde rápidamente y los pasajeros toman conciencia de la imposibilidad de salvarse- se trasmite un tenso clima de angustia y desesperación.

EL ANIVERSARIO ( The Anniversary, 1967) es una rara incursión de la Hammer en el terreno de la comedia negra, con Bette Davis desplegando su inimitable histrionismo como una matiarca dominante, sádica y tuerta, que tiene aterrotizados a sus timoratos hijos. Cuando la novia de uno de ellos decide enfrentarla las cosas se complica y derivan por momentos hacia el drama.

UNA TUMBA EN LA ETERNIDAD (Quatermass and the Pit, 1967) es el tercer capítulo de la saga del doctor Quatermass en la que unos obreros que trabajan en el metro de Londres descubren unos extraños esqueletos antiguos que despiertan antiguos temores. El film, que fusiona la ciencia ficción con el terror, tiene pasajes de un oscuro y ominoso clima y un final de tono apocalíptico.

AMORES DE VAMPIROS ( The Vampire Lovers, 1970) es una variante del género vampírico, aquí con lesbianas, una fuerte carga de erotismo e Ingrid Pitt, una de las diosas del género, en su salsa. Muy buenos personajes secundarios, una cámara virtuosa y una atmósfera (re)cargada de perversidad en una muy atrayente vuelta de tuerca sobre el transitado género.

EL DOCTOR JEKYLL Y LA SEÑORA HYDE (Dr.Jekyll and Sister Hyde, 1971) es una bizarra variación sobre El hombre y la bestia en la que el reputado médico. a  través de sus experimentos, se transforma en una femme fatal (excelente Martine Beswick) despiadada y asesina, una suerte de versión femenina de Jack, el Destripador. Una muy buena película con una alta dosis de ambigüedad moral.

Jorge García / Copyleft 2022