MIKLÓS JANCSÓ (1921-2014)
Voy a extrañar sus planos secuencia, y me temo que nadie podrá lograr, ahora que Jancsó no está, que los caballos se vean tan misteriosos y poderosos en el cine. Tristeza. (Roger Koza)
Aquí se puede leer un reciente comentario de Jorge García sobre algunas películas de MJ.
Jorge García, decía en un párrafo dedicado a Miklos Jancsó en la entrada que nos recuerda Roger Koza arriba:
“Los desesperados, 1966, es la primera obra maestra de Jancsó. Ambientada en el contexto de la revolución campesina en Hungría de 1848, el film transcurre en una desolada planicie en la que se levantan dos fuertes. Extensas tomas con movimientos coreográficos y un ascetismo demoledor que convierte al film en una auténtica tragedia, en la que las relaciones entre dominadores y dominados aparecen en su apogeo. Una memorable secuencia: la del suicidio de los prisioneros y un final antológico. Simplemente extraordinaria.”
Con semejante comentario, me sentí estimulado a buscar en la Web este filme, cuyo título original es «Szegénylegények». Por suerte lo encontré y también hallé los subtítulos en español. Lo pude ver en consecuencia, y tengo que decir que coincido plenamente con las afirmaciones de mi tocayo Jorge García, a las que me gustaría agregar algunas consideraciones propias.
Existe un contraste muy grande entre lo que filme nos hace pensar que va a narrar al comienzo, y lo que realmente termina siendo. El inicio muestra una serie de diapositivas con dibujos de personajes, y lugares característicos de la llanura húngara mientras una voz en off, nos va informando en un rápido pero preciso pantallazo, la situación política, social y económica de la Hungría de mediados del siglo XIX. Cuando pensamos que esta introducción nos conducirá sin más a un relato de tipo histórico, Jancsó nos desconcierta, gratamente en mi caso, al mostrar un conjunto de acciones de soldados que deben cuidar a un grupo de prisioneros en una cárcel que está ubicada en el medio de la nada. No hay un relato en el sentido clásico, ya que las acciones de los soldados dirigidos por los oficiales, no evoluciona en una dirección determinada. Después de un rato, uno se pregunta que es lo que quieren hacer finalmente estos carceleros con sus prisioneros. La arbitrariedad en el proceder, las permanentes marchas y contramarchas de los soldados, las ordenes contradictorias, y las humillaciones varias no parecen tener otro fin que mortificar a los presos y se ejecutan con un sentido de impunidad absoluta.
Es magistral como Jancsó, al escamotearnos una historia al estilo tradicional, se puede permitir mostrarnos la denigración del otro en estado puro. Quien quiera ver en este filme reminiscencias del funcionamiento de los campos de concentración de la última dictadura militar en Argentina, no estará para nada errado.
Un aspecto indignante que muestra el filme, es como los militares fomentan entre los presos la delación, con la doble humillación para el oprimido de haber entregado a un camarada de lucha y no haber logrado sin embargo en ningún caso la libertad prometida.
El filme es también un magnífico retrato de los grandes espacios de la llanura húngara, con muy bellas cabalgatas, que no tiene nada que envidiarle a los mejores westerns.