EL MOMENTO CRUCIAL. STAR WARS, 1977
En 1977 se estrenaba una película que cambiaría los modos de producción del cine y las formas de relación simbólica entre el público y las películas. El presupuesto de 13 millones de dólares de La guerra de las galaxias puede parecer exiguo cuarenta años después, pero en esa década donde todavía dominaba el cine analógico, la prepotencia de ese número y los efectos especiales que emanaban de esa condición de producción deslumbraban. Una nueva experiencia sensorial se inauguraba en aquel entonces, una nueva era del cine industrial, y también una metafísica. George Lucas reinventó todo.
El árido y salvaje espacio del western clásico ya se había agotado y las películas de piratas ya no prodigaban el encanto de explorar lo desconocido. El western hallaba así una nueva topología, el espacio infinito. Las naves transitaban por el inconmensurable mundo de las estrellas, y en las galaxias se repetía la pretérita pugna del Oeste, la confrontación entre los que imponen el poder por la fuerza y quienes defienden un concepto de república.
La dimensión política de La guerra de las galaxias fue siempre binaria y antagónica, demasiado rudimentaria, acaso extensiva del nuevo imaginario estadounidense que estaba por imponerse, después de la inofensiva revolución de las costumbres de los sesenta que aún hacía sentir sus vestigios una década después. ¿No podía Darth Vader dirigir el Pentágono y Ronald Reagan, de no ser el mandatario que asumió en 1981 en la Casa Blanca, interpretar un papel célebre en la saga?
Más adelante, de la mano de Lucas el efecto especial abandonó el ingenio fotográfico y fue sustituido por simulaciones digitales que liberarían la imaginación de las restricciones de lo real, a tal punto que cualquier universo concebible podía ser de ahí en más representado. Un nuevo cine de atracciones tenía lugar, pero no estaba desprovisto de espíritu.
Fue Joseph Campbell el que descubrió de inmediato una huella mitológica detrás de la saga. Creyó ver en Skywalker una nueva figura del héroe, y en la relación secreta de este con Darth Vader una actualización filosófica de especulaciones gnósticas. La sentencia “que la Fuerza te acompañe” tiene connotaciones metafísicas innegables, que se irían revelando a medida que la saga evolucionara. En efecto, el vitalismo cósmico que los jedis utilizan para el bien y sienten en su interior constituye una fuerza que atraviesa todo el orden de lo viviente.
Los fundamentos arcaicos de la filosofía de La guerra de las galaxias se cimientan en una constelación de creencias que ha tenido su correlato difuso en una corriente no menos imprecisa que ha dominado el imaginario estadounidense por décadas, la que podemos reconocer bajo el mancillado nombre de Nueva Era. Esta simpática religión nacida de la ficción trasciende fronteras y persiste en el tiempo. Por ahora, nadie asesina a nadie en nombre de los jedis; por ahora, la misa se celebra en una sala cinematográfica.
Este texto fue publicado en el diario La voz del interior en el mes de diciembre de 2017
Roger Koza / Copyleft 2017
a esta altura del partido Para Star Wars ( y que Leia me perdone, una princesa que no queria corona) NIguna CONSIDERACION: NINGUNA! Y que Otra(s) fuerza(s) nos acompañen! arriba los( cines) pobres del mundo! etc.
Mi posición es ambivalente; entiendo su atractivo, pero no comparto ningún entusiasmo. Puedo, en cierto sentido, distinguir los recuerdos de la infancia de mi posición frente a este tipo de cine. Me gustaría una saga galáctica de rebeldes; dicho de otro: menos metafísica y más rabia. Saludos. R
PS: siempre me sentí más cómodo en el universo de Star Trek, un mundo más cercano a las ciencias y a la práctica hermosa de la amistad.
Vos sabes bien mi posicion que es mas bien de apocaliptico que de integrado. Incluos escribi en EL amnte creo que la unica nota en contra si mal no recuerdo Junto con una muy buena de Schwarbock, la mia se titulaba el lado oscuro de la fuerza y daba cuenta tanto de mi impresi’on de la peli en su estreno con mis 15 a;os ya cin’efilos y la reposcion de la saga en 199y algo ocupando ya muchas salas * muchas menos que las que ocupan los tanques ahora. La unica de la saga que vi * y en video porque ni siquiera la vi en cine cuando se estreno fue El impero contrataaca que me inters[o por su oscuridad digamos shakespereana en algun punto. El resto es silencio. O mejor dicho> furia y sonido. Y post cine.
Recuerdo ese texto. Y el de SS. Está bien pensar parte de todo esto en las coordenadas de Jim Hoberman y el cine posfotográfico. Siempre me pareció interesante la segunda de la primera. Abrazo
Rogue one es la q vale
Es cierto; es la que sugiere rebeldía.