NO LLORES POR MÍ, INGLATERRA

NO LLORES POR MÍ, INGLATERRA

por - Críticas
03 Jun, 2018 01:21 | Sin comentarios
Una comedia futbolera y una aventura política o ni una ni la otra.

UNA QUE SEPAMOS TODOS

En 1806 todavía no existía la nación argentina. El modelo social era aún el del virreinato, una formación histórica propia de las aventuras imperialistas de varios países europeos, algo que de inmediato No llores por mí, Inglaterra glosa en el inicio. En ese período, los ingleses visitaron el país, intentaron imponerse, pero perdieron con los criollos y los españoles. Eso sí, dejaron el fútbol.

En el contexto de la “Reconquista”, el film desarrolla una historia que en última instancia no es otra cosa que una suerte de lúdica genealogía del fútbol argentino. El nacimiento de River, Boca y la “celeste y blanca” tienen preeminencia en un relato episódico con muchos personajes secundarios simpáticos: Capusotto como el primer DT de la selección, Chatruc como un Maradona del siglo XIX y la gran Mirta Busnelli como la esposa de William Beresford son apariciones que equilibran el film entre su discreta voluntad de aventuras y su deseo de hacer reír.

Dirigida por Néstor Montalbano.

Escrita por N. Montalbano y Guillermo Hough

Lo más sorpresivo del film de Montalbano reside en el diseño de arte. La reconstrucción física de los interiores de la época es notable, y el intento por simular la costa rioplatense y sus alrededores también. Ese trabajo fidedigno sobre el paisaje y el mobiliario es fagocitado por signos contemporáneos, los más evidentes, la música elegida para las escenas y ciertos discursos que remiten al elemental discurso político del Gobierno de turno.

No llores por mí, Inglaterra podría haber sido una de Monty Python en clave criolla, o una de Mel Brooks; retomar satíricamente momentos históricos sellados por el prestigio museístico de la historia oficial constituye una noble tradición del cine. Quizás estas referencias son demasiado cipayas para la sensibilidad de Néstor Montalbano, quizás no, pero por alguna razón sus películas —y esta no es una excepción— nunca alcanzan lo que prometen. Es difícil indicar los motivos de esta insuficiencia; uno para considerar es la ausencia de las asociaciones inesperadas que suelen singularizar a los personajes de Capusotto.

Extraña película la de Montalbano. Todos sus materiales son interesantes, no menos que sus intérpretes y los esfuerzos artísticos para revivir una época. Pero un film es una amalgama de piezas que derivan en un todo. El todo es aquí menor a sus partes.

Esta crítica fue publicada en el diario La voz del interior en el mes de junio 2018.

Roger Koza / Copyleft 2018

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