Nacida en 1916 en California, hija de un abogado y de una profesora de actuación, al divorciarse sus padres a los tres años se quedó con su madre. En una representación escolar de la obra de Shakespeare Sueño de una noche de verano, la vio Max Reinhardt, gran mentor del expresionismo alemán, quien, impresionado por su actuación, la convocó para la versión teatral de la obra y luego la película, lo que significó su debut en la pantalla en 1935, desarrollando a partir de allí una carrera cinematográfica de más de medio siglo hasta su retiro en 1988. 

Actriz tal vez sin el carisma de otras estrellas de Hollywood, sin embargo a lo largo de su trayectoria se mostró como una intérprete dúctil y de grandes recursos. Partenaire de Errol Flynn en nada menos de ocho films en 1939 cumplió un gran trabajo en Lo que el viento se llevó, lo que provocó que la Warner la contratara por siete años, pero el hecho de actuar en varias películas a la sombra de grandes estrellas masculinas provocó que iniciara un pleito con la distribuidora, exigiendo mejores papeles, algo que le valió una suspensión de seis meses y litigios varios en los tribunales, lo que provocó una interrupción de su carrera por tres años, siendo después de su retorno en 1946 y hasta fin de la década el período más brillante de su filmografía, durante el cual ganó dos Oscares, por Lágrimas de una madre (1946) y La heredera (1949), con actuaciones memorables en esos grandes melodramas y, en otro registro, en Nido de víboras, donde está internada en un manicomio, también destacándose en Tras el espejo, interpretando a dos hermanas gemelas. 

Con una dificultosa y contradictoria relación con su hermana, la también actriz Joan Fontaine, en 1955 se casó con el editor de la revista Paris Match y se radicó en la capital francesa durante más de seis décadas, ciudad en la que falleció, siendo sus apariciones en ese tiempo en la pantalla muy espaciadas aunque tuvo algún gran trabajo, como el de Diez horas de terror en el que, encerrada en un ascensor por un corte de luz, es acosada y aterrorizada por un grupo de delincuentes. 

Amiga de una personalidad tan arisca como Bette Davis, es posible que sus mejores trabajos no sean tan recordados como el de otras grandes actrices de la época pero Olivia de Havilland, con una serie de notables interpretaciones, dejó una huella indeleble en el Hollywood clásico. A continuación una lista, por orden cronológico, de los que son, en mi opinión, sus mejores papeles

Sueño de una noche de verano (A Midsummer Night Dream, 1935)

Lo que el viento se llevó (Gone With the Dream, 1939)

Ay, que rubia! (The Strawberri Blonde, 1941)

La puerta de oro (Hold Back the Dawn, 1941)

(fotograma de encabezado)

Esta, nuestra vida (In This Our Life, 1942)

Lágrimas de una madre (To Each His Own, 1946)

Tras el espejo  (The Dark Mirror, 1946)

Nido de víboras (The Snake Pit, 1948)

La heredera (The Heiress, 1949)

Diez horas de terror (Lady in a Cage, 1964)

Jorge García / Copyleft 2020