PASE LIBRE / HALL PASS
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Alan Koza
TRANSGRESIONES DOMÉSTICAS
Pase libre / Hall Pass, , EE.UU., 2011
Escrita y dirigida por Bobby Farrelly, Peter Farrelly.
* Tiene un rasgo redimible
Inofensiva comedia de los hermanos Farrelly, lejos de la irreverencia contra las costumbres y de la no del todo explícita pero sí presente sensibilidad política de algunas de sus películas.
El deseo es potencialmente cómico. Una institución, en este caso el matrimonio, tiene sus reglas explícitas. La fidelidad es un acuerdo y una condición de posibilidad de cualquier matrimonio, acaso un voto por el cual secretamente los cónyuges prometen domesticar uno de los móviles más impredecibles de la conducta humana. De ahí que la comedia de enredos matrimoniales sea un género en sí mismo, pues lo cómico siempre funciona en torno a un juego dialéctico entre obediencia y desobediencia respecto de las reglas que constituyen un orden simbólico.
La nueva comedia de los hermanos Farrelly se predica de una transgresión doméstica en clave masculina. Por una semana dos hombres casados tendrán carta blanca para vivir todos sus deseos fuera del matrimonio. Ya no tendrán que mirar colas apelando a técnicas de espionaje, ni limitar sus fantasías a la creatividad propia de quien ejercita el onanismo como adulterio imaginario. Ambas esposas confían en el carácter terapéutico de la propuesta.
Darles permiso y libertad no es otra cosa que hacerlos confrontar con el sentimiento y el deseo esencial que supuestamente sostienen el matrimonio. Propuesta audaz que tendrá un giro inesperado, y una decisión pertinente por parte de los Farrelly, que siempre han sido acusados injustamente de misoginia.
Quienes esperen gags escatológicos y un desfile de freaks tratados sin el menor respeto bienpensante, marca registrada del cine de los Farrelly, quedarán decepcionados. Más aún, si se desea encontrar cierta virtud sociológica de sus películas respecto a la dinámica de clases. Escenas como la famosa secuencia del pelo de Cameron Diaz en Loco por Mary no tienen lugar aquí, salvo la exposición de los genitales de un hombre ostensiblemente beneficiado por la genética, una verdadera transgresión para el cine de Hollywood, en donde el pene permanece siempre en fuera de campo.
El genio cómico de Owen Wilson apenas tiene cabida. Sus gestos y su propensión al disparate están contenidos, como si la comicidad estuviera sujeta al texto que le toca repetir y no a sus movimientos y expresiones; el resto del elenco acompaña bien, aunque en materia interpretativa no hay grandes revelaciones.
Pase libre tiene alguna que otra situación hilarante, pero se trata de una comedia mecánica en la que se adivina desde el comienzo la resolución de la trama y se esclarece paulatinamente su posición filosófica, más conservadora que libertaria, sobre cómo funciona el deseo en el seno del matrimonio. Los Farrelly, que nunca se han destacado por piruetas formales y un trabajo sofisticado sobre la puesta en escena, sin la pirotecnia de la escatología y la transgresión como texto y contexto de su cine, parecen seducidos por un inesperado conformismo, y no sólo por su apología discreta de la monogamia.
Esta crítica fue publicada en otra versión por La voz del interior durante el mes de abril 2011.
Roger Alan Koza / Copyñeft 2011
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