POPULAR TRADICIÓN DE ESTA TIERRA
LOS TONOS MENORES
El do menor prevalece entre las notas de la guitarra; también predomina la escala menor en las improvisaciones pausadas de Pablo Dacal, siempre en contrapunto con la base del violoncello de Mariano Chowa. Por otro lado, las canciones de Ignacio Corsini, cantante popular nacido en Italia en 1891, pero radicado desde su infancia en Argentina, tienden a las tonalidades menores. Los tonos menores son preferenciales a lo largo de la película.
La música de Corsini tiene sus cultores, pero no goza de la popularidad actual de otros intérpretes. Para rescatarlo del olvido, Mariano Llinás ha formado el “Comando Corsini”. Junto con Agustín Mendilaharzu y Dacal, pretenden revivir su legado. Ya le han dedicado una película previa titulada Corsini interpreta a Blomberg y Maciel (2021). Después de los créditos de la hermosa Popular tradición de esta tierra (2024), ya se anuncia otra con una especie de doble en Rumania. Puede parecer una misión menor y una tarea secundaria para el cineasta; no lo es.
Evidencia indesmentible: las nuevas películas-ensayo de Llinás no se parecen a nada. El tríptico que le prodigó al grupo artístico Mondongo, como estas dos películas dedicadas a la figura de Corsini, lo sitúa en un espacio en que los retratos de artistas prescinden de la ficción. El método de trabajo es acumulativo, asociativo y detectivesco: acopiar detalles, trabajar como un microhistoriador. En esta serie de películas hay también una poética común: la película muestra en cierto punto de su desarrollo su construcción. Son películas que abrevan en una forma de representación que puede ser ligada a la radio en tiempos en que la experiencia sonora no se apoyaba en la imagen. A través de la palabra y la voz se inmiscuye el espíritu de la ficción. Es más bien un tono jocoso, lúdico, una tonalidad que amalgama el conjunto. En estas películas, además, la relación entre pensamiento y cine se vuelve menos distante. Las operaciones de montaje se explicitan; asociar lo dado de otro modo es pensar.
Dilema central: ¿Corsini canta tangos o su estilo es consustancial a la música criolla? Hay una respuesta, pero no cambiaría en nada si fuera otra, porque el despliegue en escena de todo un universo popular alrededor de la figura del cantante tiñe la evolución del retrato. Cuando se revisa la letra de las canciones de Corsini se introduce una geografía, una historia de la lengua y un imaginario pampeano. Un juego de relaciones se vuelve manifiesto, y si eso amerita tomar desvíos para descubrir algo nada detiene al cineasta; es una prerrogativa del curioso, porque si para dirigirse de Trenque Lauquen a Carlos Tejedor, Pehuajó es un destino al paso y ahí algo resulta estimulante, la escala se vuelve destino y un libro de Rafael Hernández sobre los poetas argentinos del siglo XIX puede convertirse en una cifra de la película y “un pie de página” acerca de las calles con nombres de poetas de la localidad de la famosa tortuga de la canción infantil. En ese momento, Llinás elige dedicarle un segmento al poeta y militar Juan Chassaing. El olvidado resucita por unos minutos, y sus 25 años vividos parecen multiplicarse en escena.
El lirismo no le es ajeno a Llinás. Después de analizar la naturaleza de lo gauchesco en Corsini, en el minuto 45, Gabriel Chwojnik interviene las ondas que emite el theremín y la película abre un paréntesis para retratar el viento pampero. Los planos generales de la pampa con sus árboles y nubes extensas se solidarizan con el lente de la cámara. La luz del sol es perfecta, el theremín deviene viento, todo se mueve y el mundo está encantado. Lo mismo pasa cuando comienza el elogio al ombú. La physis es puro esplendor.
En el inicio, se dice algo del actual presidente argentino y su contienda contra el cine. Pero Chwojnik no comulga con la potencial injuria que puede alterar la naturaleza de la película; él prioriza la investidura, las instituciones, aun cuando es el propio mandatario el que se encarga de mancillar la investidura con su incontinencia a la hora de denuestos y groserías. El grotesco villano se desdibuja rápido, y está bien que así sea, porque en Popular tradición de esta tierra la política se ciñe exclusivamente a restituir la cultura popular a través de una forma sui generis de hacer cine. Es el límite elegido por el cineasta, una omisión parcial, aunque suficiente para identificar una postura que se opone a la de los infames enemigos del cine.
Popular tradición de esta tierra, Argentina, 2024.
Escrita y dirigida por Mariano Llinás.
*Publicado en La Voz del Interior en el mes de noviembre, 2024.
Roger Koza / Copyleft 2024
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