PROGRAMACIÓN COMPLETA EN CINECLUB JULIO 2012
Pienso, en principio, en un fundido: dos rostros se yuxtaponen y ya no sé, ya no sabemos, quién es quién.
Una asidua asistente al cineclub me pide si puedo incluir, entre los títulos que cada cuatro meses se suman a la cineteca del cineclub que funciona en el videoclub Delta de La Cumbre, la maravillosa El tiempo que resta, de Elia Suleiman. Me dice: “Es mi segunda película favorita”. Unas horas más tarde, una querible conocida, que fue una sola vez al cineclub y jamás volvió (justamente, cuando pasábamos la película de Suleiman), me cuenta que alquiló en el videoclub una película brasileña, otro título de los que van conformando la cineteca mencionada. Me confiesa alegremente que le gustó mucho, como si estuviera diciéndome indirectamente: “No sólo pasás esas porquerías que nadie entiende”. Estaba contenta y con cierto cariño lo compartía conmigo; había descubierto algo nuevo no muy lejos de su gusto aún pero distinto.
Si tuviera que filmar estas dos anécdotas en forma de ideas apelaría al fundido aludido al comienzo. Los rostros de las dos mujeres se irían confundiendo hasta que fuera imposible reconocer quién es quién. Se trataría de visualizar la contingencia del gusto, darle una imagen justa mezclando a esos dos personajes en uno.
Posiblemente, quien hoy ama el film de Suleiman siete años atrás lo hubiera odiado. Es una hipótesis atendible. Tal vez, si nuestra amiga, que nunca más pisó la sala Berti (tras su paso por la primera función del cineclub en La Cumbre), se hubiera permitido ir a un par de funciones, hoy sería ella la que me pidiera el film de Suleiman para la cineteca, aquel que rechazó visceralmente, aquel con el que justificó hacerle la cruz eterna al cineclub.
El gusto es mudo, como decía en una entrevista Jean-Pierre Rehm, el gran director de FIDMarseille. Y nosotros agregaríamos: el gusto puede ser además un agente de castración. Extraña paradoja, o sabiduría de la contradicción: ir en contra del propio gusto es precisamente aquello que lo moldea, libera y expande. El buen gusto, una conjunción de juicios y experiencias, no puede ser nunca una unidad estática de la estética. El buen gusto requiere movimiento, cuestionamiento, crítica, sospecha. ¿No es un cineclub el gimnasio ideal para ejercitarse en esa tarea vital de emancipar y recrear el gusto (cinematográfico)? Cuando hablamos de cine y pensamos acerca del gusto ya nos hemos salido de los confines de la pantalla. La pantalla final es la del mundo, la del modo en que vemos las imágenes en movimiento que no se proyectan en un telón sino frente a nuestros ojos. El cine es siempre un poco más que una galería de películas. Es experiencia, la forma de la experiencia, frente a una imagen. Esto excede a la pantalla. O dicho de otro modo: el cerebro es la pantalla, como diría un viejo sabio parisino.
El tema es apasionante. Debería serlo. Pero no es un editorial de un cineclub el lugar para ir a fondo sobre este asunto. Por ahora alcanza con explicitar una hipótesis, casi una promesa: aseguramos que quienes sistemáticamente vengan semana a semana, tras un par de meses, no verán cine de la misma manera. Se darán cuenta de que nuestras películas, nuestra programación, tienen un rostro con mil caras. El placer, la risa, el asombro y la incomodidad estarán garantizados. La expansión del gusto es casi inevitable.
En la sala del Berti, como siempre, estaremos esperando por ustedes. Será un gusto encontrarlos sentados en la oscuridad de nuestro auditorio.
Roger Koza, programador.
LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470
4 de julio, a las 20.30hs:
El camino de Meek, de Kelly Reichardt, EE.UU., 2010 (en HD)
104’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: El decálogo: Capítulo 5 (55’), de Krzysztof Kieslowski, Polonia, 1989 (Ver crítica al final del programa)
LA PELÍCULA DEL MES
11 de julio, a las 20.30hs:
El profundo mar azul, de Terence Davies, Reino Unido, 2011 (en HD)
98’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: El decálogo: Capítulo 6 (55’), de Krzysztof Kieslowski, Polonia, 1989 (Ver crítica al final del programa)
18 de julio, a las 20.30hs:
Vida sin principio, de Johnnie To, Hong Kong, 2011
107’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: El decálogo: Capítulo 7 (55’), de Krzysztof Kieslowski, Polonia, 1989 (Ver crítica al final del programa)
21 de julio, a las 13.00hs: Sábados de súper duración
La bella mentirosa, de Jacques Rivette, Francia, 1991
238’ / +13
Habrá un intervalo de 25 minutos a las dos horas de proyección
25 de julio, a las 17.00hs: Imamura en foco
Como agua tibia bajo el puente rojo, de Shoei Imamura, Japón, 2001
120’ / +18
A las 20.30hs:
Aullido, de Rob Epstein y Jeffrey Friedman, EE.UU., 2010
84’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: El decálogo: Capítulo 8 (55’), de Krzysztof Kieslowski, Polonia, 1989 (Ver crítica al final del programa)
4, 11, 18 y 25 de julio, a las 19.30hs: Los cineastas en la televisión
El decálogo, de Krzysztof Kieslowski, Polonia, 1989
500’ / +13
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