SEMANA DEL 03/ AL 09/09 EN EL CINECLUB
LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470
LA PELÍCULA DEL MES
5 de septiembre, a las 20.30hs:
El caballo de Turín, de Bela Tarr, Hungría, 2011
146’ / ATP
La oscuridad prevalece. Una voz en off introduce una clave y una anécdota: es el momento preciso en el que Friedrich Nietzsche, el gran filósofo de la sospecha, está a punto de perder la razón. Un cochero, impaciente y cansado, azotará a su caballo, renuente a moverse. El filósofo saltará sobre el animal y lo abrazará llorando. Es 1889, y lo que viene después no será seguir el desquicio del autor de Ecce Homo, sino representar en imágenes su testamento filosófico: se verá, literalmente, la idea de la muerte de Dios, y también se podrá constatar la experiencia del advenimiento del nihilismo, lo que Nietzsche denominó “el budismo europeo”. Pero para mostrar aquella tesis y esa profecía sociológica, el maestro húngaro dejará al pensador en un radical fuera de campo y se limitará a seguir al caballo y al cochero, que vive con su hija en el campo. Basta el plano secuencia inicial, donde se ve el esfuerzo del animal y del cochero, para verificar que el cine de Tarr es materialmente inigualable. El resto es prácticamente filmar la nada: la mudez predomina en los intercambios entre el padre y su hija, las tareas cotidianas son mínimas, alimentarse es casi una epopeya física, incluso cuando se trata de dar de comer al famoso caballo, pues aquí toda la vida orgánica parece estar agotada; sólo un extraño visitante traerá la palabra a la casa, una escena fundamental donde sí se introduce el universo de Nietzsche (también habrá una visita de unos gitanos, que están de viaje rumbo a una nueva tierra, supuestamente la tierra de la esperanza, un dato al paso simbólicamente fundamental). El viento, el polvo y la oscuridad son presencias estelares, ya que los elementos juegan también un papel de acompañamiento en el estertor (anti)metafísico que define la puesta en escena. La división del relato en seis días es tanto una estrategia narrativa como una precisión teológica: no habrá un séptimo día. Es el fin de un mundo, el fin de una cosmología, y sólo un artista extraordinario como Tarr es capaz de filmarlo de tal modo que el asombro se imponga frente a la asfixia. (Roger Koza)
La creación en reversa: de la luz a la oscuridad (el fiat lux y el apocalipsis, ya sucedieron)
El Caballo de Turín, desvela y devela con imágenes en blancos y negros polvorientos, una especie de camino inverso al de la creación, planteado por el creacionismo: es decir, en lugar del punto de partida de la oscuridad (en el principio era el caos) hasta el fiat lux del Génesis, Bela Tarr nos sumerge en un proceso invertido, y nos lleva desde la luz, que ya comienza a menguar desde las primeras imágenes, hacia atrás, hacia la oscuridad, cuando ya padre e hija, ni siquiera pueden encender las lámparas y las brasas se apagan, vuelven a una oscuridad en la que ya no hay retorno y donde el creador, ya no necesita tomarse el descanso del séptimo día (día que no existe en el film), porque ya no hay creación, todo se está deconstruyendo, de que va a descansar. Los primeros atisbos de este proceso de fin, parece ser advertido en primer lugar por los animales, las termitas han dejado de roer la madera, y el caballo se niega a avanzar hacia las tareas cotidianas y luego deja de alimentarse. Tampoco responden los elementos, el agua se acaba, y se acaba el fuego, solo existe el aire, pero un aire asfixiante por su cantidad y violencia, que ya no es aliento de vida, sino que de tanto, es intolerable para los habitantes de la casa, que se defienden de los que vienen a quitarles la escasa agua que va quedando y que padre e hija preservan como pueden, frente a un conjunto amenazante de su realidad apagada también en su entendimiento, al que no pueden conjurar, ni siquiera con el discurso que trae el vecino que viene a pedir una bebida, no lo entienden, la no comprensión es total, ni la mente puede ya con nada, ni siquiera existe el diálogo, el logos se ha suspendido. Nietzsche sobrevuela todo el film, pero Bela Tarr no relata con palabras, solo con poderosas imágenes, y no necesitamos haber leído nada para comprender que hasta los dioses se han retirado, ya no queda nada. Solo la oscuridad de una humanidad cuyo padre, con el brazo derecho seco, ya no puede ni consigo misma. Padre e hija intentarán una abortada huída con sus escasas pertenencias, invirtiendo los roles, éllos tirarán del carro y el caballo irá detrás, pero superada apenas la colina, regresarán. El fiat lux es pasado, el apocalipsis también ya sucedió, la nada reina. Vamos en reversa hacia donde, hacia la nada inicial? He leído que el director ha declarado que ya no quiere filmar nada nuevo, quizás también una metáfora de su ponencia de imágenes. Hay que rescatar que la película no es literatura ni ensayo en imágenes, porque a Niezstche, lo abandona al principio del film, cuando la voz en off, nos dice luego del relato en fundido en negro, del episodio del filósofo con el carrero, que del caballo, no supimos mas nada, y ahí comienza su discurso de imágenes, de cine en estado puro.
Tuve en cuenta tu crítica y palabras a la hora de escribir esto. Estuve a punto de subir tu comentario en vez del mío, pero no podía como programador no escribir ninguna crítica de las 4 películas del mes. Tu texto fue iluminador. RK
Hace rato que andaba con ganas de ver esta película.Sabía que Roger la iba a pasar y cuando abrí el correo electrónico y vi que la daban me organicé para ir.No se si esta película será proyectada en las salas comerciales,tan de Coca Cola y pororó.El tempo que maneja Bela Tarr funciona como un puñetazo en la boca del estómago.La misma melodia repetida en todo el largo de la obra aporta otro elemento que suma a ese continuum casi estático del film.La pura repetición de los actos cotidianos llevados a cabo con una pesadez plomiza,el ulular del viento desenfrenado que pareciera contener las voces de todos los espíritus dolientes y desesperanzados.El simple acto de comer «la papa».El texto del visitante que viene en busca de alcohol me pareció increible,pero necesitaría volver a leerlo varias veces.Se que en el verano la vas a volver a pasar y espero poder estar ahí.Hipnótica,perturbadora.Gracias