SEMANA DEL 12 AL 19/10 EN LOS CINECLUBES
LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470
14 de octubre, a las 20.30hs:
La pasión de Juana de Arco, de Carl T. Dreyer, Francia, 1928
82’ / +13
Cortometraje: Las estatuas también mueren, de Alain Resnais y Chris Marker, Francia, 1953
La última película muda de Carl Dreyer es la más grandiosa de las películas sobre Juana de Arco. Juana es interpretada por la actriz de teatro Renée Falconetti, y a pesar de que su interpretación es clave en la historia del cine nunca hizo otra película. (Antonin Artaud también aparece en un cameo memorable.) El tratamiento radical de Dreyer para construir el espacio y la parsimoniosa intensidad de su estilo y sus movimientos transforman la película en “difícil”, en el sentido de que todo gran film reinventa el mundo desde el que surge. La película es dolorosa como todas las tragedias de Dreyer, pero permanecerá y sobrevivirá a todas las películas comerciales que serán olvidadas. (Jonathan Rosenbaum)
SAN MARCOS SIERRAS: CAMPING MUNICIPAL
SÁBADO 17
20.00hs:
El iceberg, de Fiona Gordon, Bruno Romy y Dominique Abel, Bélgica, 2005
84′ / +13
Cortometraje: Mi padre tiene 100 años, de Guy Maddin, Canadá, 2005
Extraña comedia física (y casi muda), aunque también un retrato melancólico sobre el amor, la opera prima de Gordon, Romy y Abel, los tres protagonistas del film, podrá o no producir (son)risas, pero sin dudas habrá de sorprender por su lenguaje cinematográfico , más cerca del cine mudo y de la comicidad de Jacques Tati. Tras un prólogo exótico, una mujer esquimal advierte que su mundo nada tiene que ver con los osos polares y las focas, y menos aun con la paz natural. Quizás su mundo esté en extinción, al menos su lenguaje, el Inuktitut, está en riesgo de marchitarse. Pero dice que un posible hijo e incluso su marido, podrán aprender su lengua, pues detrás de esta inquietud de supervivencia lingüística, hay una historia de amor. Y así larga una película imprevisible, sobre una mujer que tras quedar atrapada en una cámara de frío de un fastfood abandonará su vida mecánica, su familia y su trabajo, en un viaje que la llevará de Bruselas al Ártico. Caricaturesco, medidamente circense, El iceberg está compuesta de unos 150 planos, medios y panorámicos fundamentalmente, y hace gala de la profundidad de campo, demostrando además cómo el sonido (y no la música) puede suministrar información relevante sin subrayados. Una escena secundaria, políticamente esencial, que transcurre en un camión de reparto, justifica por sí sola los 84 minutos de este film proveniente del país de los hermanos Dardenne. (Roger Koza)
22.00hs:
Las playas de Agnès, de Agnès Varda, Francia, 2008
110′ / + 13 años
“¿Qué es el cine?”, se pregunta Varda, el único miembro femenino de la Nouvelle Vague, cuando su película-autorretrato está a punto de culminar. Su respuesta es baziniana: “La luz que viene de algún lado capturada por imágenes, algo oscuras y coloridas”. Y agrega: “Aquí, me siento como si hubiera vivido en el cine, que el cine es mi hogar. Pienso que siempre viví en él”. Esta película sobre sus memorias es indirectamente un ensayo sobre cómo constituir una existencia singular en obra de arte, o cómo el arte puede componer la identidad de un sujeto. A punto de convertirse en octogenaria, Varda, una auténtica espigadora con una cámara, selecciona materiales diversos (recuerdos de su infancia, escenas de sus películas, fotografías propias, pinturas, instalaciones, material de archivo) e intenta hilar una narración sobre su propia vida. Sus playas, el paisaje que se encontraría si se pudiera ver en su interior, son los recuerdos, que, como queda establecido en la primera escena, son espejos sostenidos por otros para poder reconocerse. La vida de Varda está atravesada por el siglo XX y sus amistades y sus intereses son un buen ejemplo: la constitución del cine moderno, la segunda guerra mundial, Vietnam, la revolución cubana, los movimientos libertarios de la década del ‘60, Jim Morrison, espigadores desconocidos, Chris Marker (al que se lo ve en su versión gatuna), Godard (al que se lo ve sin anteojos), Jane Birkin. Un buen segmento de la película gira en torno a su marido, el cineasta Jacques Demy, a quien Varda sigue amando, a pesar de su muerte temprana. Ésta es la película de una persona libre; no hay muchas, aunque pensemos lo contrario. (RK)
VILLA GIARDINO: SALA TEATRO ALEJANDRO GIARDINO
18 de octubre, a las 20.00hs:
La vieja alegría, de Kelly Reichardt, EE. UU., 2006
76’ / +13
Esta delicada meditación sobre la amistad, el destino de los hijos de la generación Power Flower y la irreversibilidad del tiempo consiste en una especie de road movie naturalista que por momentos puede confundirse con una versión neohippie de Secreto en la montaña (o también, como irónicamente lo expresara el crítico Scott Foundas, con una especie de Entre copas en donde la granola va en reemplazo del vino). Como sea, se trata del reencuentro de dos amigos (uno casado y aparentemente feliz, el otro soltero y psíquicamente desequilibrado) y del viaje que emprenden por los bosques de Oregon. La sensibilidad de Reichardt se expresa en la puesta en escena: los sonidos de la naturaleza y los planos abiertos se van imponiendo sobre el universo cerrado de sus personajes. Los últimos 20 minutos funcionan como una relajación integral tanto para los dos amigos como para quienes son testigos de este ejercicio afectivo por el que dos almas alguna vez cercanas van reconstituyendo aquello que las unía. Pocas películas indagan sobre la amistad de los hombres y entre hombres. La vieja alegría no solamente deja constancia acerca de un tipo de vínculo masculino desmarcado de la seducción y de la represión sexual, sino que en su tono intimista asoma y se percibe el ruido de la Historia y las decepciones de pretéritos proyectos utópicos diluidos en un sospechoso bienestar del mero presente. Los últimos minutos del film condesan el desamparo de una generación. Son planos tan tristes como necesarios. (RK)
Juana de Arco de Dreyer
La sensacion ambigua que me provoco ver Juana de Arco de Dreyer…es enorme.
La imagen más pura que he visto.
Pero…la imagen mas pura…es CINE?
Si es TAN importante o fundamental en un film el trabajo de sonido…¿cómo interpretar el concepto de la imagen sola, por mas pura que sea, ES cine?.
Porque ya no se trata solo de que no haya banda sonora musical. Eso es un tópico de la producción independiente, a lo que uno puede estar acostumbrado.
Es el ABSOLUTO silencio buscado por el director.. . el que cuestiona.
¿No contribuye esto a que se “teatralice” la puesta en escena?. Impecable gestualidad, hay que reconocerlo, que logra brillantemente “hablar” con el silencio.
Al punto que se ven las miradas torvas y miserias de los jueces que se creen con derecho a juzgar a quien osa(entre otras aberraciones para la época) llevar ropa de hombre.
La gran ausencia de subtítulos no evita una continuidad en la percepción de la trama….Aunque, personalmente me deja una insatisfacción sobre los discursos tan iracundos….Tanta ira eclesiástica contra la personificación del pecado : por ser mujer en si, y por creerse “la Elegida de Dios”.
Pero mas allá del tema eje del film(perfectamente presentado y cuestionado todo el proceso)…la ausencia de color, la ausencia de sonido. La ausencia de un trabajo de sonido…Es en si misma CINE?
La puesta en escena. Los travellins. Los encuadres cenitales… sustentan el concepto de film?
Dios me salve de “intelectualizar”!!!!!…pero…es como necesario para mi identificar lo sentido, descifrar esta “dualidad” en la sensación de lo observado. La comprensión (o no ) de la propuesta cinematográfica.
El silencio en el Berti de La Cumbre era táctil. Parecía haberse desprendido un fotograma del film, e instalado en los que allí estábamos. Ni una tos…ni el latido de los corazones…los perros frenéticos de ladridos del vecino y alguna otra luz de pantalla de celular…eran lo único presente.
El silencio aturdía…porque quizá no estamos acostumbrados a que el silencio nos grite… a traves de la imagen despojada de voz.
Betty Font 16/10/09
Sí, Betty, es cine y del mejor. No importa el silencio porque la imagen habla y suena, de allí lo que dije en la introducción: el montaje del film anticipa el cine sonoro. Y la experiencia que hacés referencia respecto del film solamente es posible en la sala de cine. Ver el film de Dreyer en una compu, un proyector en casa, un plasma es verdaderamente un sacrilegio. Ninguna experiencia semajante es posible frente a los muebles de la casa y el olor a bife de un vecino, aunque la práctica pochoclera se puede inmiscuir en la percepción. No es el caso del cineclub, a pesar de que alguien no pudo con su celular. RK
Puede ser…si.Que la imagen hable y suene. Quiza no la «siento» hablar…menos sonar. No puedo(despues de «quichiscientos»(no creo que figure el modismo en el léxico intelectual) años de cineclub…no me imagino un cine SIN sonido(ya ni siquiera que tenga un mínimo trabajo ese sonido). Debere seguir educando mi percepcion,para no pensar…»ni sentir» que es un buen teatro gestual el de Dreyer(aunque si, coincido con lo de adelantado en el montaje que despues seria sonoro).Y…
Y VOY A SEGUIR DISCREPANDO personalmente con el «hecho de la mágia y lo anónimo de una sala de cine».Porque tengo el soberano placer de que me rodee un parque(comunacho, nomás…solo pasto y algunos frutales)…por lo cual ni siento a mis vecinos(y menos, huelo sus bifes!!!)….No tengo plasma, pero si un televisor que amo por su imagen..y un home que me acuna con su envolvente sonido….Quizá el exquisito placer de vivr sola?…no tener que interrumpir mi momento de estar comoda en mi cama…frente a la pantalla…disfrutando COMPLETAMENTE la experiencia de CINE????Mmmmm…ahhhh…el placer de lo descripto!!!!!Entiendo a los que no puedan disfrutarlo….»La magia del anonimato en una sala a oscuras»???Siii…Pero me quedo con mi placer!!!!
Querida: no tengo nada para decirte. Ver cine en casa es como pensar que coger (para almas bellas, hacer el amor) es equivalente a masturbarse (para almas sin pulcritud, pajearse). Dreyer, como los Straub, parecen teatro pero sus películas precisamente dinamitan la idea del teatro porque hacen del plano una cuestión vital. El teatro carece de plano, y el cine de Dreyer muy lejos está de ser teatro filmado. RK
En San Marcos Sierra estaria bueno que pasen MonKey Warfare del canadiense Reginald Harkena. Trata de dos viejos hippies fumones a los que se les complica un poco la existencia a partir de la aparicion de una joven dealer…
P/D Que raro que no dijeron nada del ciclo en el programa de radio de Quique Pessoa que emite los domingos al mediodia desde ahi mismo.
Ghostdog: gracias por la sugerencia. La tendré en cuenta. Hace tiempo que busco La Commune, un film estadounidense sobre una comunidad hippie de los ’70 en la que vivió el actor Peter Coyote. Sobre tu posdata: dos veces iba a salir en vivo en lo de Pessoa, pero me quedé en espera dos domingos. Fue hace mucho tiempo. Sé que suele leer la gacetilla del cineclub. En esta ocasión puede haber ocurrido que no le llegó la información debido a que tomamos la decisión de ir para San Marcos una semana antes. De todas maneras, creo que siempre fue buena onda con el cineclub. Creo. RK
En primer lugar…sugiero “focalizar”; pues “específicamente” he hablado sobre la Juana de Arco de Dreyer. NO del resto de sus films (que considero magníficos)…y menos de los Straub.
“Michel Chion afirma que la asociación de sonido y la imagen genera una percepción completamente distinta a la que produce cada uno de ellos por separado. En el contexto del lenguaje audiovisual el sonido no enriquece a la imagen , sino que modifica la percepción global del receptor. El audio no actúa en función de la imagen y dependiendo de ella, sino que actúa como ella y a la vez que ella, aportando información que se va a procesar de manera complementaria en función de la tendencia natural a la coherencia perceptiva”(Angel Rodrigues Bravo). He recurrido a estos conceptos vertidos por ambos para definir lo que PARA MI significa el sonido en el contexto de un filme. Reitero : PARA MI.
Esto me permite plantear otro punto : ¿es TAN contundente y rotunda la necesidad de “la sala de cine”?. Respeto que se piense así. Respeto que también merece una opinión diferente.
El cine no tiene fronteras…¿por qué entonces ponerle límites, cercando la experiencia…si el objetivo del cine es QUE SE VEA?
¿Qué es mejor…NO ver cine más allá de cómo o dónde uno elige verlo?
Si no hubiese sido por el VHS y las videocaseteras…en la pantalla de un televisor, personalmente NO HUBIERA ACCEDIDO A LA PRODUCCIÓN DE LA Nouvelle Vague.
Por ahí películas vistas en cineclub u otras que me interesan conocer Y NO LLEGAN A LOS CINES…¿qué….me tengo que quedar con las ganas de verlas porque No lo hago en esa mística de la sala a oscuras?
Ya sea en una pantalla de tv, plasma o sala de cine…sigue siendo el rectángulo la forma que contiene a la proyección de la película. Que sea más grande o más chica..no hace que sea más o menos cine.
En mi caso ELIJO LAS DOS OPCIONES….sin que represente para mi un sisma moral o pseudofilosófico.
Y para ir concluyendo… Para aquellas “almas bellas” que sienten que hacer el amor es el exquisito momento del dar y recibir, en que el cuerpo y el espíritu llegan a su climax…A ellos…no es necesario recordarles que, ¿Cómo puede darse placer al otro si uno mismo lo desconoce?. Sexo vacío….lo tiene cualquiera.Fue asi que esa comparativa fue agradecida como un buen momento de hilaridad.
Betty Font