SEMANA DEL 18 AL 24 /07 EN CINECLUBES
LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470
Película del mes (1)
20 de junio, a las 18.00hs:
Misterios de Lisboa (primera parte), de Raoul Ruiz, Portugal-Francia, 2010
140’ / ATP
Hace tiempo que Raúl Ruiz descubrió qué hacer con la literatura en el cine: no se trata de adaptar novelas sino de habitarlas. No hay un mundo real, un mundo de ficción creado por el escritor y otro mundo –que eventualmente se parece al anterior– copiado por el cineasta. Para Ruiz esos tres mundos forman uno solo y una vez que se escribe una novela, sus personajes tienen la misma entidad que las figuras históricas o los seres vivos. El cine debe empezar por reconocerles ese estatuto de criaturas definitivas y ponerlos en acción para hacer lo mismo que alguna vez hicieron; o cualquier otra cosa. Así, sin pasar por el penoso esfuerzo de ser reinventados, los personajes flotan, imbuidos por la ligereza y la gracia que su eternidad les otorga. Basada en una novela portuguesa del siglo XIX, esta miniserie –reducida para el cine a las cuatro horas y media más entretenidas de la historia– tiene la audacia y el suspenso de las mejores telenovelas: su infinita concatenación de historias podría no detenerse nunca. El espectador podrá comprobar que su fabuloso protagonista, el Padre Dinis, existió siempre. (Quintín)
A las 20.30hs: Hong Sang-soo en foco
Un cuento de cine, de Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2005
87’ / +13
Cortometraje: Screen Play (11’), de Barry Purves, Reino Unido, 1992
Hong Sang-soo, quizás el mejor director del llamado Nuevo Cine Coreano, junto con Lee Chang-dong (Poetry) y Bong Joon-ho (Crónica de un asesino), vuelve a insistir con la repetición (el método) y la diferencia (su objetivo), como sucedía en su gran film La virgen desnudada por sus pretendientes, y consigue aquí uno de sus trabajos más logrados, aunque una de las virtudes del film reside en ocultar sus méritos, algunos ostensibles y otros secretos. El director más afrancesado entre los coreanos construye un relato dividido en dos en el que su mirada sombría sobre los vínculos amorosos entre hombres y mujeres se entrecruza con un tema recurrente en su filmografía: la yuxtaposición y proximidad de lo real y la ficción, aquí como una película dentro de otra película. La transición entre una película y “lo real” es un prodigio de puesta en escena: primero se escucha, después, paulatinamente, se ve. La historia es breve, casi anecdótica: un joven estudiante en plenas vacaciones recibe dinero de su hermano mayor y en vez de ir de paseo con él decide caminar solo. Se encontrará con una ex novia, e insólitamente deciden morir juntos. Posteriormente, Tongsu, un director de cine, sale de ver un film de un amigo suyo, a quien se le dedica una retrospectiva, quizás porque está a punto de morir. Es posible que el relato esté inspirado en episodios de su vida, cree y confiesa. Tongsu conocerá a la actriz del film, y la invitará a “repetir” una experiencia y a “visitar” locaciones de la película. Es en Un cuento de cine en donde Hong empezó a utilizar el zoom como su modo preferencial de encuadrar en un mismo registro y denotar en el acercamiento repentino cambios en el discurso de sus intérpretes, evitando así el plano-contraplano característico en el registro de la interacción verbal. La voz en off es otra novedad: como en sus películas futuras, le corresponderá generalmente a un personaje masculino. Su sentido del tiempo de las escenas es formidable y la comprensión topológica de una ciudad como un espacio en el que se habita resulta admirable. Su poca propensión a sacralizar el sexo no lo convierte en un moralista sino en un sociólogo lúcido de la intimidad: los placeres de la carne, si bien existen y son gloriosos, no son tan frecuentes entre quienes se acuestan e intentan gozar. El inesperado cierre funciona como una paradoja misteriosa y maldita a propósito de una confrontación impía entre quienes pueden vivir y no quieren y quienes quieren vivir y no pueden, insensatez de esa criatura denominada hombre. (Roger Koza)
Hace un mes me vi una pelicula interesante llamada La escalera de Jacob, solo queria saber si sabias de la existencia de la misma y si es asi que me des tu opinion, sino la viste, como humilde espectador y critico, te recomiendo que la veas. Muchas gracias
Gracias por la recomendación. Sí, la vi, pero no la recuerdo, o más bien tengo una impresión del film como interesante por su tema aunque con una puesta en escena excesiva, como suele suceder con las películas de A. Lyne. Saludos. RK
A que te referís con puesta en escena «excesiva», y el tema es interesante, de las otras películas de A.Lyne no puedo decir nada porque no las vi, ya las veré algún día.
Subrayados formales y explicaciones varias (igual debería verla otra vez) y los temas elegidos de AL como lo traumático y su genealogía en este film, la perversión en Lolita, los límites difusos de la dignidad y el deseo como experiencia indescifrable en Una propuesta indecente, o sólo el deseo en Infiel y Atracción fatal, me parecen interesantes. No es un cineasta muy elegante, tampoco un creador de formas, pero es inquieto. RK