SEMANA DEL 20 AL 27/ 04 EN LOS CINECLUBES
LA CUMBRE: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470.
22 de abril, a las 20.30hs: Película de apertura de temporada
Un cuento sobre la felicidad, de Mike Leigh, Reino Unido, 2008
118 minutos / No recomendada para menores de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Mi padre tiene 100 años, de Guy Maddin, Canadá, 2005
Mike Leigh, uno de los grandes realizadores británicos en actividad, apuesta a la felicidad pero no por ello se entorpece su lucidez para establecer un vínculo entre sus personajes y la sociedad que elige retratar en un tiempo histórico preciso. Si su personaje central, Poppy, una maestra de primaria excesivamente alegre, prefiere no leer El camino a la realidad, eso no significa que su jovialidad esté definida por un desprecio por lo real. La vitalidad de una mujer de 30 años y su empeño por vivir feliz no están exentos de obstáculos o motivos que indiquen que ese estado de ánimo no es propiedad de la mayoría. Poppy constatará la tristeza en su represivo y sufriente profesor de manejo, un niño de su clase, un esquizofrénico perdido en la calle, o en la mera opulencia de los yuppies. Este film sobre Londres, mujeres y el placer de aprender es fluido y elegante, y, como en toda película de Leigh, las interpretaciones son, paradójicamente, creíbles y estereotipadas, en parte por su método de trabajo, que implica meses de ensayo, y por su anhelo dramático y filosófico de que los personajes representen ciertas cualidades humanas específicas. Tanto el sofisticado montaje del inicio mientras Poppy conduce su bicicleta como el grandioso último plano panorámico en el que Poppy y una amiga disfrutan de un día en el río expresan una esperanza, extraña para el realizador de Naked y El secreto de Vera Drake, pero tan legítima y auténtica cuando no se engaña a la audiencia. (Roger Koza, programador)
Pueden ver el trailer: http://www.youtube.com/watch?v=jCI96syZYaA
ACTIVIDAD ESPECIAL: 25 DE ABRIL A LAS 18.00HS, EN EL MUSEO MUJICA LÁINEZ, A PROPÓSITO DE LA SEMANA DEL CINECLUBISMO EN CÓRDOBA: ¿PARA QUÉ SIRVEN LOS CINECLUBES?, CONFERENCIA DICTADA POR ROGER KOZA.
VILLA GIARDINO: SALA TEATRO-CINE ALEJANDRO GIARDINO
PELÍCULA DEL MES / SEMANA DEL CINECLUBISMO CORDOBÉS
26 de abril, a las 20.00hs: Película de apertura de temporada
El viajero, de Abbas Kiarostami, Irán, 1974
71 minutos / ATP
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje No todos los trenes van al mar, de Natalia Cárdenas, Argentina, 2008
El primer largometraje de Abbas Kiarostami contiene, potencialmente, la totalidad de su cine y, como suele ocurrir con las operas primas de los grandes maestros, se trata de una obra maestra. Como en los cortometrajes anteriores a El viajero, los protagonistas son los niños, aunque no se trata en este caso de un film con fines pedagógicos. La historia: un niño obsesionado por ir a Teherán a ver un partido de fútbol empieza a juntar dinero como puede. Tiene que escabullirse del control de su familia y el colegio. En un pasaje bellísimo, el niño oficia de fotógrafo escolar con una cámara que no funciona. Por cada foto posa un alumno de la escuela, incluso algunas madres. De algún modo, Kiarostami destituye la inocencia para convertirla en expresión poética. En otras palabras, determinados eventos ordinarios son trastocados para elevarlos a un contexto extraordinario. Como ocurriría tres décadas después con Offside, de Jafar Panahi, discípulo de Kiarostami, el fútbol y el deseo de un niño por entrar a la cancha funcionan indirectamente como un espejo en el que se reflejan la incompatibilidad e inconmensurabilidad entre el mundo adulto y el de la niñez. La cámara, como en ¿En dónde está la casa de mi amigo?, se mantiene irrestrictamente a la altura del niño que sostiene el relato. Es una perspectiva, una premisa ética y estética. Y también un análisis político: la niñez no es una institución, es más bien una forma que se institucionaliza. En el estadio tiene que esperar unas horas hasta que comience el partido que tanto espera. Explora la cancha y sus alrededores. Observa nadar a otros niños en una pileta del club y decide dormir una siesta. Todo esto no sólo sirve para que Kiarostami introduzca dos secuencias oníricas en las que se pueden ver las posibles puniciones que le esperan al niño, sino también para determinar el cruce entre el deseo y la ley en un orden social específico. Tan magistral es esta pieza temprana que tiene la delicadeza de ocultar su perfección. (RK)
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