Un director argentino viaja a la China, observa determinadamente todo lo que ve y escucha, escribe una historia y luego la filma; el resultado es una comedia de fantasmas y un retrato del capitalismo en el corazón de un país aún dirigido por el partido comunista. De eso conversamos con Mauro Andrizzi, director de Una novia de Shanghái (Roger Koza)
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