WELCOME TO NEW YORK (01)
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
EL MONSTRUO DEL CAPITAL
Welcome to New York, EE.UU., 2014
Dirigida por Abel Ferrara. Escrita por A. Ferrara y Chris Zois.
*** Hay que verla
Gran película de Ferrara, extraordinario trabajo de Depardieu
Bienvenidos a Nueva York tiene a un monstruo absoluto del cine como protagonista: Gérard Depardieu. En unos de los mejores papeles de su carrera, el gran actor francés, ahora también ciudadano ruso, interpreta a un verdadero monstruo, pero no del cine sino de la Realpolitik: Dominique Strauss-Kahn, el famoso presidente del FMI y presunto candidato a presidente de Francia. En mayo de 2011, Strauss-Kahn fue detenido en el aeropuerto JKF de Nueva York por abuso sexual a una mucama del lujoso hotel en el que se hospedaba, y esto es lo que cuenta el film de Ferrara.
La película arranca con un toque de genialidad: Depardieu, más o menos interpretándose a sí mismo, explica, en una suerte de entrevista sobre su papel en la película, el desprecio que siente por todos los políticos: “Los odio”, y asocia ese sentimiento a una declaración de principios: “Soy un individualista, un anarquista”. Elegir a un actor que odia a quien debe interpretar, y que en cierto sentido tendrá que dignificar, es una excelente estrategia dialéctica: lo odioso se transforma aquí en una fuerza de descubrimiento y reconocimiento. De ese modo, el hedonismo hiperbólico del actor francés impregna su composición del funcionario: su gordura, sus excesos y su cansancio ontológico que se expresa bufando cada dos por tres son algo más de Depardieu que de Strauss-Kahn, aquí rebautizado como Georges Devereaux.
Bienvenidos a Nueva York reconstruye el escándalo (Devereaux masturbándose sobre el rostro de una mujer negra del servicio de limpieza del hotel), la detención, el juicio y la absolución, pero el valor agregado pasa por el contexto y las situaciones secundarias: las fiestas sexuales de los altos funcionarios del poder económico, la relación de Devereaux con su hija y su esposa millonaria humanizan al monstruo sin por ello justificarlo. Ferrara mantiene una mirada distante del personaje y jamás desestima el lugar de la víctima del caso.
El descontrol en Ferrara no está nunca al margen de cierta redención. Hay una escena precedida por un diálogo entre un terapeuta y Devereaux, en el que un monólogo interior shakespereano revela el “ADN” del monstruo y su pretérito sentido de justicia por un mundo arrasado por lo que él entiende como un tsunami simbólico y económico. Para Ferrara ese fenómeno impío tiene un nombre preciso: el capitalismo, y es por eso que ese parlamento se verbaliza en contraste con unos planos nocturnos en contrapicado de los rascacielos de Nueva York. Extraordinaria película de Ferrara, inolvidable composición de Depardieu.
Roger Koza / Copyleft 2014
Muy buena reseña, Roger. Hay algo (quizá me equivoco) que me pareció un hallazgo: los juegos coreográficos de dominador y dominadas que luego encuentran su correlato en los juegos coreográficos de dominadores (policías, jueces) y dominados (acusado). No sé si me explico, hay como una coreografía del poder –del dominio– que se instala en las escenas de orgías y luego reverbera en las otras escenas.
Saludos,
L.
Larsen: tal cual. Tu hipótesis es verificable en la película. La volví a ver en el día de ayer porque escribí una nota para Ñ. Es una película genial y GD está increíble.
Con todo lo que puede tener de interesante la reflexión sobre el capitalismo que pronuncia el personaje de Depardieu, me parece que más en general la película puede leerse también en comparación con The bad liutenant. Veintipico de años atrás Ferrara filmaba con una pasión y una intensidad que ya no posee, lo que para mi se advierte en la segunda parte de Welcome to NY, particularmente en las escenas entre los esposos que me resultaron tediosas e inconvincentes -la Bisset no hace pie en ningún momento en toda la película- y, después de la cárcel. salvo por el monólogo del protagonista, el film pierde para mi su centro de gravedad.
Siguiendo con la comparación: a Ferrara siempre le atrajeron los antihéroes y la escena del abuso en el hotel recuerda a la escena del abuso del policía que interpretaba Harvey Keitel frente a dos chicas a las que obligaba a verlo mastrurbándose en plena calle. A aquel, un monstruo creyente, lo salvaba por la vía de su fe; a este, un monstruo sin Dios, no sólo no le cabe la redención, el mismo personaje reniega de esa posibilidad.
Me parece que el film, más allá de ciertos pasajes interesantes y de la impresionante exposición de Depardieu, se queda a mitad de camino entre la crónica del caso y la posibilidad de articular con ella una reflexión más amplia sobre lo que relaciona la perversión de un sujeto con la perversidad de un sistema de poder al que pertenece y representa. En El rey de NY, un film con el que éste comparte una cierta forma de mirar y exponer la ciudad, Christopher Walken hablaba menos y decía mucho más del mundo alrededor.
Mirando más entre líneas, me parece que Welcome to NY confirma que Ferrara era uno de los directores más prometedores de su generación y en ese sentido, más allá de las causas, me parece que algo de lo que se percibe en la confesión de la decepción de Deveraux puede representar la decepción del propio Ferrara con el cine y con el mundo, o con el lugar del cine en el mundo. El problema es que el desaliento y el abatimiento del protagonista se confunde en muchos pasajes con el del propio director y se trasunta en una película rústica y, desde mi punto de vista, deshilachada.
Saludos