WHIPLASH
Por Marcela Gamberini
Whiplash es una película mediocre, chiquita, altisonante, molesta. Molesto es lo que cuenta, con su alarmante idea de arte y de música, y mediocre es como lo cuenta, con elipsis mal resueltas, esas donde los personajes tienen que especificar la cantidad de tiempo que pasó, como para que el espectador se sitúe; mediocre en la elección de los planos cortos para los momentos en los que los protagonistas se enfrentan, como para causar una empatía forzada con el espectador, planos poco sutiles, para que se vea el sudor, la lágrima, el sufrimiento en primer plano, las venas del cuello del maestro, la lágrima naciente del alumno. También la elección de sus espacios cerrados, agobiantes, oscuros, dan cuenta de la turbia encerrona en la que están esos personajes, lugar del que nunca podrán salir, entrelazados en una lógica del disciplinamiento, del sometimiento, en definitiva, una lógica del poder. Una película acotada, que no respira, que no da reposo al espectador- es más, es de esas que “se llevan puesto” al espectador-; éste es el tipo de películas que no resisten un análisis formal, porque no tiene ningún condimento que la haga interesante desde su confección, desde su estética.
Whiplash, Damien Chazelle, EE.UU., 2014
Como dos fieras que se acechan, el atildado maestro y el desprolijo alumno se encuentran atravesados por el jazz, esa música libre y que basa su razón de ser en la improvisación, en el desparpajo, en la falta de normas. Justamente, esta es la idea más incómoda de la película; el arte –en este caso en su expresión musical- ligado a la idea de martirio, de sufrimiento, de sangre. El sarmientino Damien Chazelle , su director, adapta la idea de “la letra con sangre entra” y hace sangrar a los protagonistas de manera literal (las manos ensangrentadas del batero protagonista, su cara sangrante después de un accidente automovilístico que lo retrasa en su audición, el violento golpe que rompe la batería) y de manera simbólica en la lucha feroz, en el enfrentamiento que se basa en la revancha y en los forzados giros de guión que establece a lo largo de la película. Que las prácticas artísticas requieren entrenamiento, práctica, es verdad; pero esto no quiere decir que ese entrenamiento agote el placer, normativice la improvisación, rechace el goce mismo. Tal vez, y esto es solo un tal vez, la idea de goce en Whiplash esté asociada a la idea de goce sexual, a cierta perversión en la relación maestro/alumno, a su juego de dominaciones; quizá a la homosexualidad que tiembla en la película y en los ojos de Simmons y de su alumno cuando se encuentran. Un mundo de hombres donde las mujeres – la única que aparece en realidad- son bobaliconas que molestan porque supuestamente no entenderían la pasión que siente este muchacho por su arte o tal vez, no entenderían la relación patológica que tiene con su maestro. La lógica sobre la que edifica la película es la de la humillación, el temor, el miedo, dos psicópatas juntos que alcanzan su duelo/ clímax (sexual?) con la escena final.
Otra vez nos topamos con películas reduccionistas, donde la obsesión está puesta en el rendimiento, en el marketing abstracto de la superación personal a través del sufrimiento –como la recientemente estrenada Foxcatcher– nunca hacer eje en el placer, en ese dejarse llevar mágico que tiene el arte, en el momento de incertidumbre y de goce que tiene la hoja en blanco, la inicial pantalla vacía y sus expectativas, el fugaz y conmovedor comienzo de una melodía. Es que el arte, la música, el jazz es una excusa para Chazelle, al que sólo le interesa mostrar su mundo de reprimidos hombres enfrentados.
Marcela Gamberini / Copyleft 2014
está muy bien, pero hacer una película con eje en el placer también es reduccionista. ¿por qué no focazalirse en el dolor? «sólo le interesa mostrar…» es una oración peligrosa. un director que no sepa exactamente lo que le interesa mostrar es un director perdido.
Gracias por la lectura Martín! Si me dan a elegir prefiero el placer antes que el sufrimiento, sobre todo cuendo se lo asocia al arte. Pero te agradezco tu comentario, me deja pensando un poco sobre el asunto.
Saludos
Marcela
Coincido muchísimo con su mirada Marcela Gamberini. Me pareció más interesante Foxcatcher, comparando una con la otra, ya que no necesita de gritos, de emociones fuertes, de peleas, de un montaje caprichoso (a tempo con la música), de planos poco sutiles (como usted dice) para generar interés en el espectador.
También estoy de acuerdo con su nota del film de Miller en que lo más interesante de aquella película es lo que no se muestra pero que se vislumbra (como el aspecto de la sexualidad de los personajes).
En lo que respecta a Whiplash me parece todo una gran obviedad de rivalidad y solo eso, por lo cual creo que esa discusión de personajes se agota en determinado momento de la película y no hace más que reiterarse hasta el climax que roza el cliché.
Un saludo!
gracias Nicolás. Efectivamente creo que hay muchos puntos de contacto con Foxcatcher. parecen películas de luchadores, de puros antagonistas. En esta, para mi, lo mas complicado es que está la música, como expresion artistica de por medio.
Saludos!!
Coincido en algunos puntos y me parece que tiene sus fallos, como cualquier filme. Pero de ahí a tildarla de mediocre, chiquita y molesta, no estoy de acuerdo. Especialmente estoy en contra de que la relación de ‘rivalidad’ (escribo entre comillas porque yo no la percibo como tal) entre Fletcher y Andrew tenga una base homosexual.
Para mí, Whiplash es un ataque cruel y directo al conformismo artístico y al abandonamiento de la excelencia artística, sobretodo dentro de lo que es el cine de género musical.
Irónico resulta que lo diga, pues desde lo fílmico es bastante conservador, que recurre a la violencia física y verbal entre los personajes para causar impacto innecesariamente, porque están lo bastante bien construidos como para no depender de dichos artilugios. Así también el ritmo del montaje, apegado de lleno a la banda sonora como reflejo del mundo interior del protagonista, pero que no va más allá de eso. Para ser un filme que busca incentivarnos a la búsqueda de la grandeza artística, se queda bastante en su zona de confort.
Por otro lado, y ya hablando de sus virtudes, hago hincapié en la relación entre Fletcher (J.K. Simmons) y Andrew (Miles Teller).
Creo que Fletcher es un ‘muro’, es la voz que nos dice que no podemos conseguir lo que queremos, que no hacemos lo suficiente por lo que amamos, que no estamos a la altura de nuestros sueños y talentos. Todo para incentivarnos, empujarnos, presionarnos a buscar la grandeza en nosotros.
El método radical y cruel que Fletcher aplica en sus clases tiene doble filo, porque bien puede hacer que el alumno se autodestruya (como casi ocurre con Andrew) o entienda su propósito, su fin, y se dedique de lleno a la búsqueda de la excelencia.
Para mí, la explosiva relación entre maestro y aprendiz y el fin último que conlleva por encima de la violencia, son el corazón del filme. Y eso a mi juicio, pese a sus fallos y tropiezos, lo vuelve una gran pieza de trabajo.
» No existen dos palabras en nuestro idioma más dañinas que ‘buen trabajo’ »
¡Saludos!
Gracias Carlos! Tu aporte me resulta interesante, me quedo pensando.
Saludos!!!
Marcela antes que nada, buenas noches, en cuanto a tu critica, la verdad hablando vulgarmente, me pareció una mierda, pero la agradezco, gracias a ella me interesó la película. No tenemos por que pensar igual no ?. Creo que tu crítica esta llena de prejuicios y con leves tonos de feminismo in-censurado, con el cual no estoy de acuerdo. En si el comienzo del film no es muy bueno, no introduce a una escena real compleja, es muy básica, al principio pareciera que le faltan argumentos. Se ve una transformación interesante en el personaje principal, intentando seguir un sueño que no lo estaba viviendo realmente, el mundo sencillo que rodea la vida de la joven que invita a salir, va entrando en disonancia, con respecto a los sueños de el. Empieza a creer en si mismo, llenándose de egocentrismo que será lo que genere la confrontación con sus pares y con el profesor.
El papel de J.K Simmons es impecable, sin desperdicios, es un poeta inconformista con la realidad del jazz actual, que ve como se pierden los altos valores de la música por culturas que adaptan estos estilos para enmarcarlos y globalizarlos en tendencias como starbucks, los hipsters y toda la mierda de querer vender apariencias.
En cuanto a los enfoques cerrados que criticas de la transpiración, la sangre, las curitas,creo que son perfectos para entender el sacrifico que estaba realizando para llegar a cumplir sus sueños, que no los habría podido logrado con la conformidad , el «buen trabajo» que significa reducirlo a la sencillez y que no puede dar mas.
El final del film llena de regocijo los ojos, después del momento tenso de una supuesta venganza , logra su objetivo el profesor y el alumno, que no se de por vencido, y demuestre lo que ha aprendido, imposible no mirar con una sonrisa el final de la película.
En fin, soy un simple aficionado al cine, te pido que no defenestres las películas de ese modo, tenes un punto de vista acorde a tu personalidad, cultura, emociones momentáneas, y como crítica podes hacer que mucha gente se pierda de este film o no, pensando que si es defenestrada así debe ser mala. Decir que cierta gente no nos conformamos con eso , 🙂 saludos
Hola Augusto!!!
me alegra que mi comentario te haya dado la posibilidad de ver la películas. Qué de eso se trata la crítica, no? de la discusion, de la confrontacion de ideas, de incitar un poquito a los espectadores a ver las películas.
Gracias por tu comentario!
Hola Marcela: Leí tu texto y, si bien entiendo que la película no es la obra maestra que algunos proclaman, tampoco me parece fallida, mucho menos desde lo formal. Si bien es clásica (y esto no tiene por qué ser un signo negativo) es inexorablemente enérgica. De hecho, decís que no resiste un análisis formal, sin embargo la lectura sexual reprimida que señalás (sobre la que también escribí, porque me resultó lo más interesante del relato) está implícita en el trabajo de puesta. Quiero decir, para llegar a esa conclusión es necesario desglosar los elementos formales que la componen.
Otro punto con el que no concuerdo es cuando te referís al rol de la mujer. Cierto es que no ocupa un lugar central en la historia, o más bien que no ocupa ninguno, pero de ahí a quedar expuesta como una bobalicona me parece que está a años luz. La chica se ve muy segura de ella misma, tanto que en la primera cita señala uno de sus defectos, ella le facilita el encare al pibe y cuando él decide dejarla, no se victimiza innecesariamente y se consigue otro novio, dato que le echa en cara al protagonista cuando vuelve con el rabo entre las piernas. A su vez, la madre del chico se tomó el palo con otro tipo, y viendo al padre termina siendo comprensible. Las mujeres no necesitan lugar en la película, y las formas de ausencia responden a seguridades mayores que las infinitas dudas (existenciales y sexuales) que tienen todos los personajes masculinos de la película.
Tampoco creo que la presencia de dolor anule necesariamente la instancia de placer, al contrario, siento que la película trabaja de manera consciente la amalgama posible de ambos términos. En realidad el pibe es tan sumiso como todos los demás, lo que lo diferencia (y lo que paradójicamente lo vuelve un «activo») es que él asume ese lugar y decide transitar su placer a través del dolor y el sacrificio. Lo hace carne en lugar de reprimirlo. Lo conservador en la película está en simbolizar el inconsciente homosexual y sadomaso en lugar de explicitarlo, pero bueno, los desplazamientos son casi una constante en los relatos clásicos «mainstream».
Un abrazo!
Nuria
Hola Nuria.
Te agradezco ante todo tu lectura atenta.
Hay cuestiones similares en tu lectura de la película y en la mia. Como desglosarías los elementos formales que te llevan a leer la «represión sexual» implíccita en la pelíla? Para mi, ciertamente, los signos son tan convencionales: esos especios cerrados y agobiantes, el acercamientos de los rostros de los personajes, la constante necesidad de saber del otro, entre otras cosas, revelan para mi algo de esa represion que mencionas. Y nunca dije que el clasisismo sea algo negativo; sino que creo que la película podría haberse trabajado con otros parámetros más actuales.
La chica se ve segura de si misma, si. Lo que veo es la mirada de los hombres hacia ella, como cierta subestimación.
Y no creo que el chico sea sumiso, asi es como lo ven los demás, pero sobre el final demuestra que de sumiso y pasivo no tiene nada.
En definitiva, te agradezco tus comentarios que se pueden complementar con los mios sin problemas.
Creo que en el fondo, lo que más me molesta, es que, como en Foxcatcher y en otras tantas pelíclas actuales (que se regodeanen cierta modernidad) flota una especie de sadismo de época con el que no acuerdo.
Saludos y un abrazo para vos!!!
Hola Marcela
Si bien Foxcatcher transita la senda del amo y el esclavo con mayor lucidez, Whiplash me sigue pareciendo una película válida de ver. El personaje femenino no me resulta para nada «bobalicón», esa puede ser la versión de los personajes masculinos, pero no la del director. Queda claro que es ella la que le pone los puntos al pibe, no es ninguna boluda.
Haciendo clic en mi nombre podés leer una crítica donde desarrollo algunas ideas que me disparó Whiplash.
Hola MGE
Coincido en lo que decís y claro que es una película digna de ver, de hecho nos encotramos discutiendo sobre ella. Cosa que celebro!!!
Lo de la chica, sigo pensando que la mirada que se aplica sobre ella es la de la debilidad y peor aun, es aquella que supone que «no entendería una pasión».
Gracias por tu lectura y por tu nota que leí con interés
Marcela
Marcela, leo tu artículo y tengo la sensación de que reparamos en los mismos indicios y de que nos preocupan, hasta cierto punto, las mismas cosas. No obstante, hago una lectura bastante distinta.
Leí varias críticas antes de escribir mi texto y ahora lamento que la tuya no estuviera todavía porque podría haber dialogado y pensado las cosas de otros modos.
Sobre todo, no puedo ver la película como otra cosa que como una manera de aparecer de rasgos estructurales que atraviesan a la sociedad estadounidense de arriba a abajo. No puedo entender la historia como otra cosa que como una fábula o una parábola, y las decisiones formales tan… irritantes -si querés- me parece que responden a ese lenguaje.
Leí también con mucho interés la intervención de Nuria.
En fin, abundo más en mi texto, si hiciera falta.
Seguiremos pensando.
Un abrazo.
Gracias por tu lectura Carla.
Si, leyendo tu nota reparamos ambas en los mismos signos y obviamente que concuerdo en que la película es transparente de los rasgos estructurales que atraviesan a la sociedad manericana. Lo mismo pasaba con Foxcatcher.
Interesante tu mirada que se conecta con la mia y también con la de Nuria.
celebro estos cruces que enriquecen los comentarios.
Gracias
Marcela
Gracias, Marcela.
Bueh, no sé qué leíste, porque esta mañana entré para agregar (un poco irónicamente acerca de mi misma) la imagen de un tuit con la noticia de que Whiplash ganó el premio al montaje en BAFTA y borré medio artículo sin darme cuenta. Recién ahora lo veo. No tiene importancia, de todo modos.
Lo que sí me interesa es que, por supuesto, uno puede decir que siempre toda película transparenta sus condiciones. Pero: a) lo interesante es cómo lo hace; b) ese interés no es igual en todas. Y aquí hay algo de paradójico.
Foxcatcher es una gran película (o una muy buena, si preferís). Es una película hiperconsciente, controlada, austera, que sin moralizar a la violeta, tiene el propósito indudable de exhibir (e inveitablemente, denunciar) cierta naturaleza perversa del poder económico en los EEUU, sus conexiones con la industria bélica, con las FFAA, con la política.
La historia vale por si misma, los personajes que aparecen representan a personas que realmente existieron y que, por distintas razones, salieron de lo común. Cada detalle está extremadamente cuidado, la puesta transmite sin fisuras el carácter único y peculiar de ese poder y sus contrastes.
Paradójicamente, encuentro más interés en lo que revela una película como Whiplash, de la que ignoro si se lo propone o no. Encuentro interés en que su valor autoral sea mínimo o ninguno. En sus errores, en esa misma imposibilidad de determinar nada acerca de su propósito. Haya tenido la intención que haya tenido Chazelle no puede evitar poner en escena esa estructura. Y eso confiere una certeza sobre su presencia indeclinable en la cultura estadounidense. Convoca a pensar en la historicidad de esa estructura, en su pasado y en la modalidad de su presente.
Al revés, cuando las cosas están más claras, cuando el autor tiene más peso, tanta claridad parece enceguecer, como queda mostrado en varias de las intervenciones en el debate sobre American Sniper en este mismo blog.
Cariños.
Carla
leí esta mañana lo que escribiste. En cuanto pueda vuelvo a leerlo. No cambies tan seguido que no llego a leer todo!!!
Concuerdo en el fondo con lo que decís. Foxcatcher, sin embargo, por esa autoconciencia que la hace tan acartonada y previsible, me resultó insufrible. Esta, paradójicamente (todo es una cuestion de gustos y poder fundamentarlos) tampoco me gusto por la inconsistencia en la transparencia de su dispositivo, tal cual vos decís, como cierta irresponsabilidad, como no hacerse cargo de esa carga un poco reaccionaria que tiene. No sé, realmente, si es una cuestion autoral, si no es pura irresponsabilidad. La verdad es que no lo sé, seguiré pensando en el tema.
Gracias por tu aporte, enriquece!!
Cariños
Marcela: deje una sugerencia para vos, en un comentario de la entrada «Cinefilia online(10)..»
gracias!!!!
Ja! No cambié nada, el post está igual que ayer. Solo que por torpeza y por lo mal que funciona tambler, borré sin querer todo una bloque y quedó así por un rato; creo que justo el rato en que entraste. Pero realmente no tiene importancia.
La verdad es que cada vez me importa menos mi gusto y más otras consideraciones. Extremando, diría que voy a dejar de ver el cine que (creo que) me gusta y solo ver el que creo que tiene algún interés para otra cosa.
Una vez le preguntaron a Marguerite Duras por qué no había incluido a Sartre en su canon de autores franceses y ella respondió que porque Sartre «tenía preocupaciones anejas» a la literatura. Bien, eso es lo único, lamentablemente, en que podría aproximarme a Sartre. Siempre, al final, lo que importa es otra cosa.
si, sería bueno tener en claro que es esa «otra cosa». A veces si focalizamos tanto en esa otra cosa, perdemos de vista algunas cuestiones interesantes.
Y, si, no somos Sartre, ni soquiera Simone…… somos otra cosa.
Cariños!!!
Para mantener el tono del post de Augusto Lorenzatto, diré que la película me parece una mierda. Estoy de acuerdo en líneas generales con la crítica de Marcela aunque no veo tan claro el componente homosexual en la relación entre los dos protagonistas.
No puedo coincidir con la caracterización que hace el mismo Augusto del profesor como «un poeta inconformista con la realidad del jazz actual» cuando la música que propone es marcadamente conservadora y alejada de cualquier propuesta innovadora. Algo similar ocurre con el baterista; la batería ha tenido a lo largo de la historia del jazz numerosos exponentes de gran valía (Gene Krupa, el enorme Max Roach, capaz de grabar un disco de batería sola, Philly Joe Jones, Elvin Jones y muchísimos otros). El protagonista se muestra como un instrumentista efectista y superficial, un «palero» que solo incorpora velocidad a sus solos, como se ve en el concierto final. Y el mencionado «poeta…» que provocó el suicidio de uno de sus alumnos, no es más que un energúmeno autoritario y fascistoide al que Charlie Parker (a quien se atreve a mencionar con una anécdota inexistente), de haberlo tenido como profesor, es muy probable que lo hubiera cagado a patadas.
Y en cuanto a la crítica a Marcela por «defenestrar» la película, siempre cabe la posibilidad de dirigirse al blog Todas las críticas en la que sobre 48 reseñas, 46 son favorables (!!!)
«Todas las críticas» no es un blog, es un sitio. Los porcentajes son relativos: ellos mismos ponen los de diarios y revistas, que es por otra parte lo ùnico que se molestan en subir por su cuenta (por lo que tampoco son «todas» las crìticas), tal como dijo su responsable aquì mismo, y pese a que sigue sin aclararlo en su propio sitio. Claro que para ser totalmente honestos deberìan directamente cambiarle el nombre, no solo la info sobre su funcionamiento.
No sé de que película hablan en la crítica (mencionar la homosexualidad, por el amor de dios), pero de Whiplash no es, deberían haber revisado bien su boleto antes de entrar a la sala porque se deben haber equivocado, yo podría decir, humildemente, que la película podría estar dirigida (no necesariamente) para un público con afición por la música que tiene la capacidad de entender a los personajes, con alma de músico. La película empieza estática y luego es una ametralladora de sensaciones, de incomodidad y de maravilla, de personajes enérgicos, llena de potencia, de buenas escenas, una detrás de otra sin parar, luego viene un primer climax de frustración y de mierda para el protagonista, la historia nos da un respiro, nos permite tomar aire, y luego cuando no lo esperabamos, una secuencia impresionante llena de Jazz nos sacude sin paliativos durante poco más de 15 minutos, aue bestialidad de película, con cojones, terminé la película sudando, excitado, emocionado. Sin embargo voy a reconocer, que la parte de la relación de amor no se desarrolla mucho y casi ni tiene la importancia que debiera, para el desarrollo del protagonista, pero qué pedazo de película, me quito el sombrero. Solo me queda decir que extraño a Roger Ebert carajo.
No entendí la crítica. ¿Cómo se hace una película sin tensión dramática…? ¿Ponen al protagonista a retozar de placer mientras toca la batería y su maestro querido lo abraza y lo felicita? Del placer en el momento de la creación artística se podría escribir un capítulo largo…pero hay menos placer que esfuerzo, sacrificio y ganas de superarse, y esas cosas no tienen nada que ver con el placer, digo, me parece…